lunes, febrero 20, 2017

¿PUEDE UN CRISTIANO ASISTIR A UN PSICÓLOGO o PSIQUIATRA?

"¿PUEDE UN CRISTIANO ASISTIR A UN PSICÓLOGO o PSIQUIATRA?"

(Hago esta pregunta ante la reiterada y muy absurda negativa de algunos líderes religiosos a que sus feligreses asistan a terapia psicológica o psiquiátrica.)

Respuesta:

La pregunta de si un cristiano puede ver a un psicólogo o a un psiquiatra como la solución para superar las enfermedades mentales, se está volviendo más y más un punto de discusión. Hay un gran número de psicólogos, psiquiatras y consejeros cristianos, y los creyentes están buscando regularmente sus consejos, la mayor parte de las veces por depresión y ansiedad. Por unos pocos incidentes registrados en las Escrituras que tratan sobre síntomas que parecen ser similares a las enfermedades mentales de la actualidad, muchos cristianos asumen que todos los problemas psicológicos pueden ser atribuidos a demonios. Sin embargo, no hay forma de que sepamos si estas personas estaban mentalmente enfermas según nuestro moderno sentido del término, y aún si eso es o no relevante. El problema es que hay una amplia variedad de desórdenes psicológicos, algunos de los cuales son emocionales y algunos físicos, pero todos ellos tienen un componente espiritual.

Un estilo de vida pecaminoso puede ser una causa de depresión o ansiedad. En el caso de un verdadero creyente en Cristo, la persona necesita darse cuenta de que Dios está esperando que confiese sus pecados, se arrepienta de ellos, y regrese a Él. La Biblia nos dice que Satanás tiene una significativa cantidad de influencia sobre la gente (2 Corintios 4:4). Es más fácil obedecer a Satanás de lo que es obedecer a Dios, porque Satanás nos anima a ser indulgentes con la naturaleza pecaminosa que todos tenemos. De esta forma, una persona mentalmente enferma puede ser influenciada por demonios. Es importante recordar, sin embargo, que los cristianos no pueden ser poseídos por demonios o influenciados más allá de una tolerable intensidad de tentación (1 Corintios 10:13). Esto es porque los creyentes ya están poseídos por el Espíritu de Dios (Romanos 8:9-11), y el templo para el Espíritu Santo no compartirá espacios con los demonios.

Otra cosa que la gente no toma en consideración, es que Dios ha permitido que la humanidad invente y desarrolle diferentes clases de medicinas para la salud. Si una persona tiene una verdadera enfermedad mental, causada por desbalances hormonales o químicos en el cerebro, la medicación puede ser necesaria. No es diferente a ir al doctor para obtener un medicamento para un problema de la tiroides, o diabetes, o cualquier otra enfermedad física. Esto no quiere decir que Dios no pueda curar milagrosamente, porque Él puede hacerlo. Pero Él no siempre interviene de esta manera.

Si está, o no está bien usar medicamentos es una decisión personal. Esto se convierte en una cuestión de conciencia, porque la Biblia no trata con ello específicamente.

Algunas cosas que debemos considerar son: ¿Afecta mi comportamiento a otros, especialmente a mi familia? ¿Mi enfermedad está causando que desobedezca a Dios y me resista a permitir que el Espíritu Santo trabaje a través de mí? ¿Mi testimonio por Cristo está sufriendo por esta incapacidad? Si una persona sabe que está enferma, pero se rehúsa a conseguir ayuda por razones egoístas, es pecado. Si el tomar medicinas para enfermedades cerebrales, está fuertemente en contra del sistema de creencias de la persona, y pasa mucho tiempo en oración y meditación, ésta debe discutir cualquier otra alternativa con su doctor, o su pastor o ministro.

No es pecado tomar los medicamentos necesarios o ver a un psiquiatra. Esto no muestra una falta de fe en Dios, aunque siempre debemos acudir primeramente a Él para pedir salud y dirección. Él quiere encargarse de cada parte de nuestras vidas, y nosotros debemos sentirnos libres de llevar nuestros problemas a Él en oración para cada situación y cada circunstancia. Con frecuencia Él usa medicamentos y terapeutas para curar a Sus hijos. Sin embargo definitivamente es preferible ver a un consejero o psiquiatra cristiano capacitado, a ver a un terapeuta secular, quien sólo dará consejos desde el punto de vista del mundo, en vez del punto de vista bíblico. Dejemos que las palabras del salmista David nos animen: “Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios...” (Salmo 40:2-3).

“Según he estudiado la Biblia y las enseñanzas en el seminario pienso sobre el tema lo siguiente:

Una cosa que hay que tomar en consideración, es la verdad de que Dios ha permitido que la humanidad invente y desarrolle diferentes clases de medicinas para la salud y el beneficio de las personas. Si una persona tiene un verdadero desequilibrio emocional, causado por desbalances hormonales o químicos en su cerebro o por traumas y situaciones insoportables como la pérdida de un ser querido o una violación, la medicación puede ser necesaria y el padecimiento debe tratarse con la misma seriedad y objetividad con el que se trata una cirugía o una enfermedad de consideración, sin entrar en fanatismos o en legalismos. No debe ser diferente a ir al doctor para obtener un medicamento para un problema de la tiroides, o diabetes, o cualquier otra enfermedad física.

Esto no quiere decir que Dios no pueda obrar milagrosamente en la persona, porque para Dios todo es posible, sin embargo muchos al pedirle a Dios por su enfermedad esperan ver un destello de luz o una manifestación sobrenatural suceder de forma inmediata e instantánea, pero si bien es cierto Dios hace estas cosas cuando él quiere, la mayoría de las veces el actúa de forma discreta a través de muchas formas diferentes las cuales al ser muy normales para nosotros y al no tener nada de sobrenatural terminamos diciendo que el que sanó fue un médico o nosotros mismos, sin entender que Dios está detrás de todo, pues si no es por su voluntad no sanaríamos ni siquiera de un simple resfrío.

Si está o no está bien usar medicamentos para tratar una depresión o la ansiedad es una decisión personal  que debe tomarse con seriedad, conocimiento de la situación y responsabilidad, pues si bien es cierto no todo caso a merita medicación, no toda situación puede manejarse en un comienzo sin estos.

Si es correcto o no ver un psiquiatra o un psicólogo es algo que dependerá de la situación y la persona, es algo personal que debe tratarse con responsabilidad y es algo que no debería demonizarse ni señalarse pues esto primero que todo no muestra una falta de fe en Dios, más siempre debemos acudir primeramente a Dios para pedir salud y dirección y que sea Él quien tome control de nuestro proceso de sanidad y utilice a los médicos si es el caso de la mejor forma. Dios quiere encargarse de cada parte de nuestras vidas, y nosotros debemos sentirnos libres de llevar nuestros problemas a Él en oración para cada situación y cada circunstancia”. (Apreciación de un pastor amigo)


Porque entonces con absoluto respeto hago unas preguntas:

“Porque el Señor da la sabiduría; conocimiento y ciencia brotan de sus labios”.
Proverbios 2:6 - NVI

“Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie”.
Santiago 1:5 - NVI

Si tomamos esto literalmente, entonces, ¿YA NO HAY QUE MANDAR A LOS HIJOS AL COLEGIO NI A LA UNIVERSIDAD?


“Más él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”.
Isaías53:5 - RVR1960

Y como ya fuimos curados, entonces ¿TAMPOCO DEBEMOS IR AL MÉDICO NI LLEVAR A NUESTROS FAMILIARES?


“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”.
1 Juan 2:1 - Reina Valera 1960

Además como en Cristo tenemos abogado, si tenemos un problema jurídico, ¿TAMPOCO DEBEMOS RECIBIR ASESORÍA JURÍDICA DE UN ABOGADO?


Yo más bien me pregunto:

¿Cuál es el miedo a ser valorados en una asesoría psicológica?

¿Sera que tienen cosas escondidas que prefieres encubrirse en una falsa y fanática religiosidad para que no le sean sacadas a la luz?

Hummmmm…. Vaya uno a saber!



Como dicen por allí:

   “CARAS VEMOS TRASTORNOS MENTALES NO SABEMOS”!!!!!