martes, junio 26, 2018

11 síntomas característicos de la codependencia emocional


11 síntomas característicos de la codependencia emocional


Psicólogo William Torres +57 3204918648 
Un fenómeno que puede confundirse con amabilidad y cariño, pero que resulta dañino para la relación.

La codependencia emocional es un síntoma muy dañino para las relaciones de pareja, porque cuando la felicidad de uno mismo depende de otras personas, uno deja de ser quién realmente es y no es capaz de expresar su verdadero yo. La codependencia emocional, igual que ocurre con la dependencia emocional, es sinónimo de relación tóxica.

Es por eso que es bueno saber cómo gestionar este fenómeno allí donde se da; al fin y al cabo, nuestro bienestar está en juego.

Diferencia entre codependencia emocional y dependencia emocional
Muchos individuos piensan que dependencia emocional y codependencia emocional son sinónimos. Pero… ¿realmente es así? Nada más lejos de la realidad. La dependencia emocional y la codependencia emocional, si bien están relacionadas, son conceptos distintos.

La persona dependientes es aquella que debido a las características disfuncionales de su personalidad depende de otra persona para ser feliz, y usa a ésta para que llene el vacío que siente en su vida. Es incapaz de dar marcha atrás pese a que su situación es conflictiva y no tenga futuro. La dependencia emocional ocurre en uno de los miembros de la pareja, pero el otro no tiene por qué ser dependiente. Los individuos dependientes manipulan a su pareja para beneficiarse de su escasa autonomía, su nula capacidad de empoderamiento y su baja autoestima.

Sin embargo, la codependencia emocional tiene lugar cuando un miembro de la pareja es·"adicto" a la dependencia de su pareja y, por tanto, a la necesidad de ayudarle y preocuparse por su bienestar.
 Psicólogo William Torres +57 3204918648 
La codependencia no es un comportamiento altruista
La persona codependiente es una especie de controlador y manipulador más silencioso, que pasa todo el tiempo pendiente de conseguir lo que piensa que su pareja necesita. En este intento de proteger al otro deja de ser él mismo.

Su intención puede parecer altruista, pero en realidad no lo es. Las relaciones codependientes no son relaciones sanas y tienen un efecto negativo en la felicidad de la persona que es codependiente y de la pareja, pero también afecta a su trabajo, su salud e incluso otras relaciones interpersonales.

Síntomas de la este tipo de dependencia en la pareja
La codependencia emocional es un estilo relacional que es necesario corregir, y es una manera de pensar en la que la persona tiene la creencia de que debe sacrificar su bienestar por los demás, independientemente de las consecuencias.

Las personas codependientes presentan una serie de características o señales que se deben detectar para la buena marcha de la relación. Son las siguientes:

1. Se sienten responsables de los sentimientos de la pareja
Las personas codependientes gastan toda su energía para satisfacer las necesidades de su pareja y están constantemente haciendo sacrificios en su relación. Pese a que no es malo hacer algunos actos de amor por la pareja y ayudarla cuando lo está pasando mal, siempre debe existir un equilibrio.

A pesar de que la pareja de la persona codependientes pueda ser dependiente y tener una autoestima baja, el codependiente hace todo lo posible por la pareja, dejando de lado sus propias necesidades.

2. Se dejan llevar por la parte emocional más que racional
En realidad, las personas codependientes no tienen la capacidad de resolver los problemas de su enamorado, sino que se dejan llevar más por la parte emocional que racional. Tienen un déficit en sus relaciones interpersonales, por ejemplo, en cuanto a a la asertividad; y pese a sacrificar su bienestar por el otro, no consiguen su propósito porque no son personas mentalmente fuertes.

3. Se sienten usados y victimizados cuando las cosas no salen bien
Puesto que su comportamiento no es altruista, las personas codependientes suelen sentirse usadas y no apreciadas por todo lo que hacen por su pareja. El codependiente utilizará gran cantidad de energía para hacerse cargo de la vida de otro, todo bajo el disfraz del altruismo y del querer ayudar de manera sincera. Cuando la ayuda o el consejo es ignorado o no apreciado, el codependiente se siente enfadado y maltratado.



 Psicólogo William Torres +57 3204918648 
Así, es frecuente recurrir al chantaje emocional, como intento desesperado por hacer que los lazos que mantienen unida a la relación se mantengan fuertes. Lamentablemente, esta estrategia no solo causa malestar en la otra persona; además, consigue el efecto contrario al pretendido, ya que queda claro que es una forma de manipulación, muchas veces incluso cuando se accede a hacer lo que el otro quiere y parece que a corto plazo esa estrategia ha surtido efecto.

4. Tienen límites poco claros
Este tipo de individuos se lo toman todo como algo personal, puesto que los límites del codependiente emocional son poco claros. Los límites son una especie de línea imaginaria entre los miembros de la pareja, en que cada uno sabe hasta dónde ha de llegar para no herir al otro.

Esto tiene sentido, por ejemplo, para las relaciones íntimas o para las pertenencia, aunque también en los sentimientos, pensamientos y necesidades. En este sentido, tienen límites poco claros. Por un lado lo dan todo por la pareja, pero por otro les culpan y les echan todo en cara a la mínima de cambio.

5. Son controladoras
Las personas codependientes usan la manipulación o la culpa para controlar el comportamiento de los demás. Estas tácticas pueden ser inconscientes, pero al fin y al cabo el vacío y la necesidad de sentirse útil le convierte en una persona controladora, que busca constantemente ofrecer su ayuda aunque la otra persona no la necesite. Por tanto, en realidad no le ofrece ayuda real, sino que pretende satisfacer sus propias necesidades a través de este comportamiento que parece altruista.

6. Son obsesivas
Los individuos codependientes pasan demasiado tiempo pensando en otras personas y en cómo estarán éstas. Todo esto viene provocado por su dependencia, su ansiedad y sus miedos. También pueden quedarse obsesionados cuando piensan que han hecho o podrían haber cometido un error, porque se valoran negativamente y no toleran la frustración.

Así pues, uno de los elementos centrales del estado mental de estas personas es la ansiedad anticipatoria.

7. Tienen baja autoestima
Valorarse negativamente es frecuente en este tipo de individuos. Una de las principales causas de esta fenómeno es que tienen una autoestima baja. Son personas que además de codependientes son dependientes de la situación y temen el rechazo, pues no se sienten a gusto consigo mismas.

8. Habilidades sociales pobres
También son personas que no suelen tener unas habilidades sociales muy desarrolladas y, por tanto, canalizan gran parte de su energía en un solo individuo. Ayudar a otros es positivo, pero en este contexto de déficit de habilidades sociales, prestar la ayuda se convierte en una gran dependencia que tiene como objetivo sentirse valorado y apreciado.

9. Niegan la realidad
Son personas que suelen negar la realidad, especialmente frente a los problemas de la pareja y de la relación. Aunque estén muy pendientes en ayudar a su enamorado o enamorada y le presten mucha atención, tienen una pobre capacidad de resolución de problemas.
 Psicólogo William Torres +57 3204918648 
10. Quedan atrapados en una relación tóxica
Debido a la autoestima baja, es frecuente que estos individuos queden atrapados en una relación insatisfactoria y tóxica, incluso siendo conscientes de que no les beneficia. Las personas codepentientes pasan demasiado tiempo intentando cambiar a su pareja, porque en realidad son ellos los que tienen un problema que cambiar.

11. No son emocionalmente inteligentes
Estos individuos se mienten a sí mismos y se excusan por el mal comportamiento de los demás. Puesto que evitan sus propios sentimientos y tienen una pobre capacidad de autoconocimiento y reflexión, desarrollan técnicas para mentirse a sí mismos sobre el comportamiento de los demás.

No se conocen a sí mismas, ni regulan sus emociones ni disponen de buenas habilidades de comunicación. En definitiva, no son emocionalmente inteligentes.


por Juan Armando Corbin




viernes, junio 22, 2018

Aceptación y plenitud emocional: 7 claves para lograrlas


Aceptación y plenitud emocional: 7 claves para lograrlas
¿Cuáles son las características de las personas emocionalmente plenas?



Obviamente, la aceptación y plenitud emocional no surgen de la nada; requieren trabajo, esfuerzo, buenas intenciones y la voluntad de mirarnos a nosotros mismos. La plenitud emocional implica tener nuestros pensamientos en orden, así como nuestras emociones.

Claves para llegar a la plenitud emocional
A continuación veremos siete factores que las personas emocionalmente plenas tienen en común:

1. Saben cómo despedirse
Las personas solemos tener miedo a los cambios, a empezar una nueva etapa. Es natural que tengamos una sensación de inseguridad y miedo e incluso dolor ante las pérdidas, pero el estar preparado para atravesar todas las etapas y desde esta actitud, facilitará llegar a la meta de la aceptación.

El primer paso es querer el cambio, y el segundo, estar dispuestos a dar el primer paso. Los cambios son necesarios, y todo empieza por observar nuestros pensamientos y emociones para seleccionar aquellos que interesa reivindicar.

El mapa mental posee muchas dimensiones, y solemos elegir solo una. Pero si la mantenemos nuestra mente abierta, eso posibilitará que tengamos acceso a un gran abanico de posibilidades. Desde alli podremos elegir y nutrir el que más nos beneficie y nos permita evolucionar.

Pensar siempre en el pasado en lugar del presente nos daña. Nos impide liberarnos, desapegarnos y crecer. Y nos sumerge en el temor, en un abismo del que desosiego que nos impeidrá mejorar.

Las personas emocionalmente plenas saben que la vida es mucho mejor si se vive libremente, reparando nuestras heridas emocionales y avanzando desde el presente.



2. Pueden mirar sin sufrimiento hacia su pasado emocional.
El dolor es inevitable y necesario para evolucionar en nuestro trayecto emocional pero el sufrimiento es una elección. Martín Lutero dijo una vez: "no puedo evitar que la aves vuelen sobre mi cabeza, pero sí puedo evitar que hagan nido en mi cabeza".

Las personas emocionalmente plenas conocen lo importante que es el vivir en el presente, continuar y aceptar lo que ocurrió. Cuando aprendemos de nuestro dolor, avanzamos y crecemos.

Artículo relacionado: "Plasticidad emocional: usar las emociones para adaptarnos a los retos"

3. Son conscientes de sus pensamientos y sentimientos
Las personas emocionalmente plenas son conscientes de los pensamientos y sentimientos tanto personales como externos, se centran desde el presente en soluciones realistas, desde el cuidado, respeto, amor y la paz interior.

Esta mentalidad les permite resolver los problemas de la vida diaria de forma efectiva. Son más resilientees, saben que se pueden y van a caer, pero sson conscientes de que se van a levantar y a convertirse en personas icluso más fuertes y resolutivos desde el aprendizaje. Saben que saldrán de la tormenta, pero cambiados. Ellos determinan que cambios constructivos que no destructivos seguirán formando parte de ellos mismos.


4. Dejan de quejarse


Desplazan esa energía de la queja a la búsqueda de la mejor manera de empezar el cambio o aceptación.

La queja puede arrojarnos a cuartos oscuros sin salida. Somos en gran parte lo que pensamos, y las personas emocionalmente plenas lo tienen en cuenta. Saben que si toman un camino y no da los resultados esperados puede que no sea el acertado en ese momento, con lo cual tomarán la decisión de salir de esa zona de confort y, desde la humildad, rectificar y tomar ese otro camino que le proporcionará resultados diferentes y probablemente más satisfactorios.

5. Pueden empatizar sin permitir que les afecten las emociones de los demás
Ellos tienen la confianza de saber dirigir sus emociones. Son fieles a sus actos y esto les permite mantener un entendimiento más activo con sus propias emociones y de las ajenas. Desde el autoconocimiento y aceptación son más tolerantes y optimizarán la relación consigo mismos adí como con los demás.

Las relaciones son la clave para el equilibiro emocional, la calidad de tus relaciones es lo que hace posible que la vida sea más plena, empiezando con uno mismo.

6. No se culpan por fallar
Los errores son la mejor forma de aprender. Fallar nos permite ser tolerantes y saber corregir o reconocer qué otro camino necesitamos continuar. Las personas maduras aceptan los errores, es una forma de innovar.

Además, las personas emocionalmente plenas no se culpan por sus límites, más bien, los aceptan y trabajan para mejorar. No insisten en que las cosas siempre vayan bien, cada revés puede ser una buena oportunidad para crecer. Reconocer las emociones negativas que sentimos constituye un descanso reparador para la mente.

7. Apertura emocionalmente
Mantener la barrera emocional sólo dificulta las cosas. Por ese motivo, es muy importante abandonar el miedo al compromiso y a través del amor y la confianza en nosotros mismos identificaremos y gestionaremos mejor las dificultades y viviremos de forma más plena los grandes resultados.

Conclusión
El miedo es natural, es un mecanismo que tiene el cerebro para enfrentarse a situaciones amenazantes, pero lo importante es no permitir que nos paralice. Es como la decisión de tirarse en paracaidas; el primer paso es crucial, y una vez que estás ya en el avión a punto de dar el salto, la primera vez casi siempre se implora al instructor que es mejor tirar la toalla, pero el instructor no suele "escuchar" y da ese empujón para que salte.

La plenitud emocional permite tomar las riendas de la vida desde las decisiones más constructivas, desarrollar la propia visión del mundo y esforzarse por alcanzar los objetivos más satisfactorios.

La clave es estar abiertos a soluciones y no a expectativas cerradas. La vida es muy paradójica y tras la tormenta siempre aparece el sol, sólo hay que estar abierto a esta nueva luz que está por llegar, puede que siendo diferente a las expectativas. Y recuerda, ¡Tú eres el creador de tu mente!

por Susana Merino Lorente




miércoles, junio 20, 2018

La pereza puede llegar a provocar baja autoestima y depresión


La pereza puede llegar a provocar baja autoestima y depresión

Vagancia, holgazanería, pereza... analizamos los efectos de este pecado capital.



Qué gran lucha la que nos toca enfrentar a muchos de nosotros contra la pereza. Ese deseo de dejar para mañana (o pasado) lo que tenemos que hacer hoy (fenómeno que se conoce con el nombre de procrastinación). Y qué envidia me provocan, lo confieso, aquellos que son capaces de no desfallecer, de mantener el rumbo firme hacia su objetivo.

Acabo de asumir que me dominan al menos dos pecados capitales, pero en realidad casi nadie se escapa. A todas las edades y en todas las épocas de nuestra vida ahí está la pereza, agazapada y acechándonos dispuesta a dominarnos.

Pereza, flojera, vagancia, holgazanería… muchos sinónimos para un mismo estado de ánimo
Da igual si lo que nos ocupa es escribir, trabajar, hacer una dieta, dejar de fumar, estudiar para un exámen o ir al gimnasio, no importa, la pereza se nos colgará de la espalda en cualquier momento para tratar de que abandonemos nuestras “labores”.

Su objetivo no es otro que el de empujarnos en todo momento hacia el placer; un placer inmediato que nos evade del deber, que nos salva temporalmente de lo que no nos apetece hacer. Se trata del binomio inacción frente a movimiento, entropía frente a expansión.

Por qué debemos liberarnos de la pereza
Vencer la pereza produce satisfacción interna, sube la autoestima; mientras que dejarse arrastrar por ella nos la baja y puede terminar por deprimirnos. ¿Cómo ocurre esto? ahora lo entenderás.

Pongamos por caso que mi objetivo es perder peso. En esta situación la pereza aparecerá como una invitación constante a regalarme un momento de placer, por ejemplo abriendo un paquete de patatas fritas para escapar temporalmente de los sufrimientos a los que la disciplina dietética me obliga.

Pasado el momento de disfrute, una vez las primeras papas hayan pasado más allá del paladar, la vocecita (o el vozarrón) de mi Padre interno, ése que nos regaña por dentro haciéndonos sentir culpables, volverá su furia contra mí a modo de castigo: “¡Eres incapaz de mantener un mínimo de disciplina! ¡Nunca adelgazarás! ¡Nadie te va a querer así! ¡Estarás toda la vida hecho una foca!”, etc.



La retahíla de lindezas que somos capaces de decimos internamente debería estar penada por la ley.

Abandonarnos al placer inmediato baja nuestra autoestima
El abandono del deber por el placer inmediato trae automáticamente consigo el reproche interno. Nos convertimos en críticos de nosotros mismos, crueles y despiadados en muchas ocasiones, hasta llegar a odiarnos. Y por si fuera poco activamos la comparación con los demás, a quienes desde el sesgo psicológico que supone no estar en la cabeza del otro, juzgamos como mejores que nosotros, como más capaces.

De esta manera, el efecto negativo que tienen la pereza y el consiguiente autoreproche no es otro que el de afectar a nuestra autoestima: al nivel de valoración y de amor que sentimos hacia nuestra propia persona. La pereza hace que me quiera menos, que baje la consideración que tengo por mí.

Y cuanto menos me enfrento a ella, más poder tiene sobre mí. Es como una bola de nieve colina abajo, su fuerza es cada vez mayor a medida que avanza. En este caso la bola está formada por la pereza, el autorreproche y la baja autoestima que a medida que van ganando fuerza dentro nosotros deprimen nuestro estado de ánimo.

Una reflexión para afrontar la pereza y superarla
En el fondo, todo es cuestión de actitud, por eso los hay decididos a enfrentarse a ella con tesón y los hay (me incluyo ahí) que a veces ganan y otras muchas pierden. Y en este asunto de la vida no hay más que receta que la de luchar.

Superar la pereza, hacer lo que sabemos que hemos de hacer nos sube la autoestima, nos alegra el espíritu y nos aleja de la depresión. Para ello no hay más que cambiar el chip y asumir el sufrimiento que conlleva ir a por nuestro objetivo echándole un par de narices. Insisto, es sólo cuestión de actitud y hábito. Optar por evadirme o por afrontar. Quizás ahora, que sabes que el asunto también implica a tu autoestima y a tu salud psíquica te lo pienses mejor antes de dejarte arrastrar hacia el placer inmediato.

por Manuel Fernández Antón


martes, junio 05, 2018



Nomofobia: la creciente adicción al teléfono móvil

Las nuevas tecnologías nos hacen la vida más fácil, pero también generan adicción.
Tel: +57 320 4918648 William Torres Psicólogo

Debido a los avances tecnológicos, las redes sociales y la presencia de internet en prácticamente todos los teléfonos móviles, nos pasamos muchas horas del día conectados al “smartphone”.

Esto causa que cuando nos quedamos incomunicados, sin celular, nos sentimos perdidos en este mundo dependiente de las nuevas tecnologías.

Adicción al teléfono móvil: causas y síntomas

Pese a que el uso de la tecnología puede ser muy útil, pues nos permite estar constantemente en conexión con casi todos los rincones del planeta, la incomunicación nos puede llegar a producir una sensación de ansiedad que nos invade y nos hace desear intensamente el momento en que volvamos a estar conectados.

Los síntomas ansiosos y obsesivos que presentamos cuando nos quedamos sin móvil han sido reconocidos por los psicólogos, y este miedo excesivo e irracional a estar sin smartphone ha sido bautizado como “Nomofobia”. El término proviene de la expresión inglesa “no-mobile-phone phobia”. De este síndrome hablaremos hoy, no solo para poner el foco en los aspectos negativos de las nuevas tecnologías, sino también para intentar reflexionar sobre el uso que de ellas hacemos.


El primer estudio sobre Nomofobia
Tel: +57 320 4918648 William Torres Psicólogo
Muchos expertos hablan de la Nomofobia como la nueva enfermedad del siglo XXI. Los estudios sobre este fenómeno se iniciaron en 2011 en Reino Unido, con una investigación realizada por la Oficina de Correos de Reino Unido y el Instituto Demoscópico YouGo.

El estudio contó con 2.163 sujetos, y los datos revelaron que el 53% de los usuarios de teléfonos móviles en el Reino Unido sienten ansiedad cuando se agota la batería de su teléfono móvil, lo pierden o se quedan sin cobertura. El estudio también reveló que el 58% de los hombres y el 48% de las mujeres sufren este trastorno.

El estudio también concluyó que los niveles de estrés que presentaban las personas con Nomofobia eran equiparables al que puede tener una persona el día antes de su boda. Además, el 55% de los participantes manifestó “sentirse aislado” cuando no disponían del celular.

Cómo es una persona con Nomofobia

Son muchas las personas que sufren dependencia del teléfono móvil y están conctadas las 24 horas, y los expertos piensan que el perfil del nomofóbico es el de una persona que tiene poca autoconfianza en sí misma y baja autoestima, con carencia de habilidades sociales y de resolución de conflictos, y que en su tiempo de ocio solo usa el móvil y parece incapaz de disfrutar sin él.



En cuanto a la edad, este trastorno es más habitual en adolescentes, pues tienen más necesidad de ser aceptados por los demás y están más familiarizados con las nuevas tecnologías.

 Tel: +57 320 4918648 William Torres Psicólogo

Síntomas de la Nomofobia

Los síntomas que pueden presentar una persona con Nomofobia, son los siguientes:

1.    Sensación de ansiedad
2.    Taquicardias
3.    Pensamientos obsesivos
4.    Dolor de cabeza
5.    Dolor de estómago

La educación es básica para prevenir este tipo de patologías asociadas al uso de las nuevas tecnologías

La Nomofobia es otra de las patologías asociadas directamente al uso y desarrollo de las nuevas tecnologías. Desde que surgieron los smartphones, cada vez son más las personas que dependen exclusivamente de estos aparatos y cada vez son más los usuarios que han desarrollado este trastorno.

Pese a que los adultos también pueden sufrir este trastorno, son los niños y jóvenes los que tienen más probabilidad de sufrir problemas de salud mental como consecuencia de la dependencia a las nuevas tecnologías, pues pasan muchas horas conectados y desarrollan su identidad en las redes sociales. Son los "nativos digitales"; personas que han vivido desde su nacimiento rodeados de tecnologías de este tipo.


Aprendiendo a usar la tecnología con moderación

Respecto a esto, el psicólogo Jonathan García-Allen en el artículo “Síndrome FOMO: sentir que la vida de los demás es más interesante”, comenta que “la educación es básica para prevenir este tipo de patologías y debe hacerse desde edades tempranas“. Según el propio García-Allen, “El problema principal no son las nuevas tecnologías, sino el uso patológico de las mismas, que puede materializarse tanto en adicción como en usos que pueden generar problemas psicológicos”.

Por tanto, la clave no está en prohibir el uso de los smartphones a los niños y adolescentes, sino en hacerles entender la importancia del uso correcto de estos aparatos y velar por una educación que comprenda tanto los aspectos positivos de las nuevas tecnologías como los usos indebidos y patológicos. A este respecto, la prevención en el ámbito familiar y en la escuela es el elemento clave.

por Juan Armando Corbin