jueves, noviembre 26, 2020

El dilema de Heinz ¿ Qué harías tu?

EL DILEMA DE HEINZ

DILEMA a

En Europa, una mujer estaba gravemente enferma (próxima a morir) de un tipo especial de cáncer. Había un medicamento que los médicos creían que podía salvarla. Era una forma de radio que había descubierto recientemente un farmacéutico de la misma ciudad. El medicamento era costoso de fabricar y el farmacéutico cobraba diez veces la cantidad que le había costado hacerlo. Pagaba 200€ por el radio y cobraba 2000€ por una pequeña cantidad de la medicina. El marido de la enferma, Heinz, visitó a todos sus conocidos para pedir prestado el dinero e intentó todos los medios legales, pero sólo pudo reunir 1000€, la mitad del coste. Le dijo al farmacéutico que se lo vendiera más barato o que le permitiera pagarlo más tarde. Pero el farmacéutico dijo: "No. Yo he descubierto la medicina y quiero ganar dinero". Así que, habiendo intentado todos los medios legales, Heinz se desespera y piensa asaltar la farmacia y robar el medicamento para su mujer.

William Torres Psicólogo Clínico y de Familia

DILEMA b


Efectivamente, Heinz asaltó la farmacia. Robó el medicamento y se lo dio a su mujer. En los periódicos del día siguiente apareció la noticia del robo. El señor Bronce, un oficial de policía que conocía a Heinz, leyó la noticia y recordó haber visto a Heinz que se alejaba corriendo de la farmacia, por lo que se dió cuenta de que fue Heinz quien robó la medicina. El Sr. Bronce se pregunta si debe informar de que fue Heinz quien robó la medicina.

DILEMA c

El policía Bronce denuncia a Heinz. Detienen a Heinz y lo llevan ante el juez. Se elige un jurado. La misión del jurado es decidir si una persona es inocente o culpable de haber cometido un delito. El jurado declara culpable a Heinz. El juez tiene que dictar la sentencia.


Las preguntas que se formulan sobre el dilema a son:

1.-¿Debe robar el medicamento Heinz? ¿Por qué?

a) No, porque la ley es para todo el mundo; las leyes nos dicen qué está bien y qué no, la ley puede dar más importancia a la propiedad que a la vida.

b) No, porque se convertirá en un ladrón y, si le detienen, irá a prisión.

c) No, porque sus amigos no esperan de él un comportamiento de esta naturaleza.

d) No, porque los quebraderos de cabeza que tendrá no le convienen de ninguna manera.

e) No, porque hay unos acuerdos sociales y aunque ella tenga derecho a la vida, el farmacéutico tiene derecho a la libertad.

f) Sí, porque todo ser racional acepta que hay derechos que están por encima de todo: el derecho a la vida es más valioso que el derecho a la propiedad.

2.-¿Si Heinz no quisiera a su esposa? ¿debe robar el medicamento para ella? ¿Por qué?

3.-¿Cómo robar es malo, entonces ¿puede afirmarse que Heinz actuaria mal si roba el medicamento?

4.- Suponiendo que la persona que está por morir no es su esposa, sino una extraña, crees que Heinz debe robar la medicina. ¿Por qué?

5.-¿Te parece adecuado el proceder del farmacéutico?

6.-¿Si tu madre, esposa, novia, hermana ( del sexo opuesto al tuyo) ¿Qué harías en lugar de Heinz?

De acuerdo a las respuestas que se dan, se puede especular en que estadio moral se encuentra la persona (aunque Kohlber aplicaba varios dilemas y los complementaba con otras técnicas antes de hacerse una opinión, ya que no siempre la persona responde lo que verdaderamente haría).

William Torres Psicólogo Clínico y de Familia

Nivel Pre-convencional (moral de los niños muy pequeños y del ciertos adultos):

Estadio 1: El bien está asociado a lo que determina una autoridad, en el caso de los niños pequeños, lo que el padre o madre dice que es bueno. Se hace el bien por temor al castigo físico y no por empatía, se obedece sin exigir justificación, sólo por temor.

Estadio 2: Lo moral está determinado por los propios intereses (si me sirve para algo lo hago). Tengo el derecho a perseguir mis intereses y dejo al otro hacer lo mismo. La noción de justicia es únicamente el “ojo por ojo, diente por diente”. (En el dilema de Heinz, se podría responder, por ejemplo, no robaría porque me van a pegar si lo hago, o me van a meter a la cárcel, o robaría porque es “mi” mujer y no tendré quien me atienda si ella no está).

 Nivel Convencional: (lo posee la mayoría, son los considerados “buenas personas” para la sociedad)

Estadio 3: Ya no sólo se vela por el bien personal sino por bien el del grupo cercano. Existe una preocupación por la aprobación social, y por las expectativas que de uno tiene grupo.

Estadio 4: Se pasa de un “nosotros” concreto (el grupo cercano), a un nosotros abstracto. Lo moral es lo que dice la ley. Si obedezco la ley actúo bien moralmente. (la persona podría decir que robaría porque es lo que haría un buen esposo, o que no robaría porque la ley prohíbe robar).

William Torres Psicólogo Clínico y de Familia

Nivel Post-Convencional: (son muy pocos los que lo alcanzan, menos aun los que que se encuentran en el estadio 6)

Estadio 5: Se tiene la idea de beneficio para la mayor cantidad de personas posible, se reconoce que la ley puede entrar en conflicto con la moral (se diferencia entre legalidad y legitimidad). Dado que los valores son relativos al grupo, se opta por un contrato social.

Estadio 6: Capacidad de buscar soluciones creativamente basadas en los principios éticos universales (dignidad del ser humano, igualdad, etc.). Dado que la ley se apoya en estos principios universales, dichas soluciones son válidas normalmente. (la persona puede decir que robaría porque antes que el derecho a la propiedad está el derecho a la vida).

miércoles, noviembre 04, 2020

El respeto

 El respeto

El respeto es un concepto que hace referencia a la capacidad de valorar y honrar a otra persona, tanto sus palabras como sus acciones, aunque no aprobemos ni compartamos todo lo que haga.

La palabra respeto proviene del latín respectus y significa “atención” o “consideración”. De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), el respeto está relacionado con la veneración o el acatamiento que se hace a alguien. El respeto incluye miramiento, consideración y deferencia.

 El respeto es un valor que permite que el hombre pueda reconocer, aceptar, apreciar y valorar las cualidades del prójimo y sus derechos. Es decir, el respeto es el reconocimiento del valor propio y de los derechos de los individuos y de la sociedad.

Frecuentemente se confunde el respeto con alguna conducta en particular, como los buenos modales o la amabilidad, pero el respeto es algo diferente, es una actitud. Uno de los filósofos que mayor influencia ha ejercido sobre el concepto de respeto ha sido el alemán Immanuel Kant. En su filosofía moral, este pensador afirma que los seres humanos deben ser respetados porque son un fin en sí mismos. Al ser un fin en sí mismos conservan un valor intrínseco y absoluto.

El respeto exige la comprensión del otro: ponerse en sus zapatos, tratar de comprender su posición. No basta solamente con no agredirlo o ignorarlo, implica escucharlo con atención y sin el ánimo de cuestionar sus ideas. El respeto hace una diferenciación total entre la persona y lo que esta piense o diga en un momento dado. Impulsa al ser humano a aceptar sus diferencias personales, recordando que todos tienen derecho a ser como son.

William Torres Psicólogo Clínico y de Familia


¿Cómo podemos fortalecer el respeto?

 Aprendiendo a escuchar:

Miremos con respeto a todas las personas que se cruzan en nuestro camino, detengámonos un momento, saludemos, miremos a los ojos y deseemos un buen día, o simplemente demos las gracias con sinceridad.

   Tomemos la decisión de aprender:

El que cree que ya lo sabe todo, está estancado. El mundo cambia continuamente y nosotros con él y cada persona o situación que se presenta en la vida, es una valiosa oportunidad para aprender y crecer.

Coloquémonos en los zapatos del otro:

Nadie hace cosas por fastidiar al otro, usted no conoce la situación que otros pueden estar viviendo. De vez en cuando es necesario que tratemos de pensar y sentir como lo está haciendo la otra persona; es decir, desde nuestro punto de vista. Extender nuestra comprensión hacia los demás implica volverse más compasivo.

William Torres Psicólogo Clínico y de Familia

      No seamos intransigentes:

Que alguien tenga un defecto o que diga o haga cosas improcedentes, no lo condena como persona, siempre podemos recapacitar o cambiar nuestra actitud o comportamiento. Por lo tanto, no rechacemos, discriminemos o maltratemos a otros porque no hacen lo que deseamos o esperamos, tengamos más paciencia y comprensión.

 Nadie es más ni menos que nosotros:

Todos somos diferentes en lo personal. Cada persona llega a este mundo con limitaciones y condiciones distintas para superar, resolver y de las cuales aprender, en eso radica todo. Aceptemos a los demás con sus defectos y cualidades, sin juzgarlos con ligereza.

Enseñemos a los niños con el ejemplo:

Recuerde que es durante la primera infancia cuando se incorporan los valores esenciales. Cuando los niños y niñas crecen y se desarrollan en un entorno familiar de respeto hacia los demás y hacia sí mismos, tendrán una base fuerte para establecer en sus vidas relaciones llenas de respeto.

En el proceso de enseñar a un niño cómo vivir, su ejemplo es determinante; es usted quien los enseña a través del respeto hacia ellos.

      Vivamos con respeto:

Cuando vivimos con respeto hacia los demás, nos volvemos más tolerantes, pacientes, comprensivos, cumplidores y responsables de nuestra participación en el mundo y cuando nos volvemos respetuosos de nosotros mismos, establecemos límites con seguridad, nos valoramos más y confiamos en nuestra capacidad.

Una persona que se auto respeta es capaz de:

• Darse espacio a sí mismo y a los demás.

• Permanecer estable internamente, sin una sensación errónea de inferioridad o superioridad.

• Desprenderse y no presionar a los demás para satisfacer sus deseos.

• Ser libre y ayudar a los demás a liberarse.

• Expresarse con dulzura, naturalidad y espontaneidad, pero con honestidad y coraje.

• Procurar que sus palabras y acciones estén llenas de consideración, discerniendo siempre qué es lo más preciso para decir o hacer, de modo que nadie se sienta herido ni molesto.

• Respetar a los demás.


William Torres Psicólogo Clínico y de Familia

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Información tomada de:

  • http://www.scielo.org.bo/pdf/rip/n21/n21_a03.pdf
  • https://www.grupoice.com/wps/wcm/connect/29e3a524-2b61-4228-afea-ea858bc4ee87/33.pdf?MOD=AJPERES&CVID=l1Ew55E
  • https://www.redalyc.org/pdf/461/46148194012.pdf
  • http://200.23.113.51/pdf/28817.pdf
  • https://www.feandalucia.ccoo.es/docu/p5sd6306.pdf

La Responsabilidad

La Responsabilidad


Es muy frecuente hablar de libertad, de defender esta capacidad del hombre de ser libre, sin embargo, no se habla tanto de responsabilidad. Ser responsable supone asumir las consecuencias de los propios actos, de nuestras decisiones.

No significa

La responsabilidad no significa sólo responder ante uno mismo, hemos de responder también ante los demás.

Significa

Podemos definir a la persona responsable como aquella que asume las consecuencias de sus actos intencionados, resultado de las decisiones que tome o acepte; y también de sus actos no intencionados, de tal modo que los demás queden beneficiados lo más posible o, por lo menos, no perjudicados; preocupándose a la vez de que las otras personas en quienes puede influir hagan lo mismo.

William Torres Psicólogo Clínico y de Familia


La responsabilidad: condiciones y tipos.

a) ¿Qué es la responsabilidad?

 Una persona responsable toma decisiones conscientemente y acepta las consecuencias de sus actos, dispuesto a rendir cuenta de ellos. La responsabilidad es la virtud o disposición habitual de asumir las consecuencias de las propias decisiones, respondiendo de ellas ante alguien. Responsabilidad es la capacidad de dar respuesta de los propios actos.

b) Condiciones para que exista responsabilidad.

Para que pueda darse alguna responsabilidad son necesarios dos requisitos:

• Libertad. Para que exista responsabilidad, las acciones han de ser realizadas libremente. En este sentido, ni los animales, ni los locos, ni los niños pequeños son responsables de sus actos pues carecen de uso de razón (y el uso de razón es imprescindible para la libertad).

• Ley. Debe existir una norma desde la que se puedan juzgar los hechos realizados. La responsabilidad implica rendir cuenta de los propios actos ante alguien que ha regulado un comportamiento.

c) ¿Responsabilidad ante quién?

El hombre responde de sus actos ante sí mismo (juicio de conciencia) y otros hombres. A su vez, la responsabilidad ante los demás puede ser de varios tipos: responsabilidad jurídica (ante las leyes civiles), familiar doméstica (ante la familia), laboral, etc.

d) ¿Puede haber exceso de responsabilidad?

Sí. Hay exceso de responsabilidad cuando se piden cuentas -a sí mismo o a otros- de comportamientos que no estaban regulados o que no era preciso regular. Suele darse cuando falta amor a la libertad; por ejemplo, si se pretende regular y controlar todo y al detalle, atenazando

diversidad e iniciativas. Pero es más frecuente la irresponsabilidad.

William Torres Psicólogo Clínico y de Familia


 ¿Cómo mejorar la responsabilidad?

1) ¿Cómo ser más responsables?

 El camino más rápido para mejorar en responsabilidad es apreciar claramente que de nuestro comportamiento dependen cosas grandes. Los hombres con ideales y metas elevadas se responsabilizan enseguida de sus decisiones.

2) ¿Qué cualidades ayudan a la responsabilidad?

 Hay varias virtudes que se relacionan mutuamente con la responsabilidad. Digamos dos:

Valentía. Para dar cuenta de los propios actos hace falta un valor capaz de superar el temor al castigo. (Responsabilidad ante los demás).

Humildad. El orgullo dificulta pedir perdón; mientras que la persona humilde reconoce sus fallos. (Responsabilidad ante uno mismo).

3) ¿La responsabilidad mejora con la edad?

 Con la edad suelen tomarse decisiones más importantes, y normalmente la responsabilidad aumenta. Pero no mejora por el simple paso de los años, sino por los hábitos que se adquieren. Puede verse el tema madurez.

4) ¿Cómo ejercitar la responsabilidad?

La manera habitual de desarrollar esta virtud es aceptar responsabilidades por las acciones realizadas:

Responder de los encargos recibidos. Procurar cumplir los compromisos, las tareas, los deberes. No sólo laborales, también deportivos o familiares. Evitando atribularse con exceso de reglas que pueden conducir a rechazar regulaciones y responsabilidades.

Reflexionar ante la propia conciencia. Es bueno reconocer errores y culpas. Quien no reconoce culpas puede acabar siendo asesino en serie a quien todo da igual.

William Torres Psicólogo Clínico y de Familia



Información tomada de:
  • file:///C:/Users/Centro%20Terap%C3%A9utico%203/Downloads/Dialnet-ResponsabilidadEnPsicologia-6246262.pdf
  • https://www.educacion.navarra.es/documents/27590/51352/AUTONOMIA_Y_RESPONSABILIDAD.pdf/34e7af0a-341e-47eb-b7a6-5b44a2c56a4e
  • https://fundacioncanfranc.org/wp-content/uploads/2012/03/PDF-tema-10-RESPONSABILIDAD.pdf