lunes, marzo 19, 2007

¿ES EL ALCOHOLISMO REALMENTE UNA ENFERMEDAD?

EL ALCOHOLISMO UNA ENFERMEDAD


La Asociación Médica Norteamericana y la Organización Mundial de la Salud, como muchos otros grupos profesionales, consideran al alcoholismo como una enfermedad.


Los jueces y legisladores también lo van reconociendo como enfermedad. Algunas autoridades continúan mirándolo solamente como expresión de problemas emocionales ocultos. Otros lo ven como un síntoma que antecede a una enfermedad, aunque requiere tratamiento por sí mismo

.El Comité sobre Alcoholismo y Dependencia de las drogas, de la Asociación Médica Norteamericana, define al alcoholismo como una enfermedad en la cual se presenta ansiedad por el alcohol y/o pérdida del control sobre su consumo, como un tipo de dependencia que puede causar daño a la salud de la persona o interferir su habilidad para trabajar y para relacionarse con los demás, en especial con los familiares más cercanos.


El alcohólico bebe usualmente en grandes cantidades, y con frecuencia llega al estado de embriaguez. Sin embargo, la cantidad y la frecuencia no son más que síntomas. Si bien es cierto que algunos alcohólicos beben en menores proporciones que algunos bebedores sociales, este hecho no modifica su condición básica ni la hace menos grave. El factor clave está en la pérdida del control y la ansiedad por la droga, en este caso el alcohol. Los defectos físicos y las dificultades para ajustarse a la vida pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad, o ser un resultado de ella.

La bebida solitaria, o el beber temprano por la mañana pueden ser signos de alcoholismo, pero no siempre se presentan. En forma similar, el vivir en sitios de baja condición, la irresponsabilidad y otros tipos de conducta comúnmente asociados con el alcoholismo, ni se limitan a este desorden ni forman necesariamente parte de él.

En realidad, la clase de alcohólicos compuesta por miembros de alto nivel profesional y económico constituye probablemente la más numerosa, y con toda seguridad, una de las clases de alcoholismo más ignoradas en este país.

DEFINICIÓN:

El término alcoholismo intenta abarcar, no sin dificultad la definición de un fenómeno extraordinariamente complejo relacionado con el consumo de alcohol cuando este alcanza la condición de dependencia. Aparentemente la palabra alcoholismo fue utilizada por primera vez por el médico sueco Magnus Huss en el año 1.849 quien extendió su significado a todos los problemas sociales relacionados con el uso, el abuso y la dependencia de bebidas alcohólicas. En un sentido estricto, el alcoholismo es la dependencia física de una droga llamada alcohol, por lo que preferimos llamarla alcoholdependencia.

Al definir al alcoholismo como una farmacodependencia estamos destacando que se trata de una auténtica enfermedad. Una enfermedad reconocida y categorizada por la OMS como un trastorno mental por uso de sustancias al lado de las demás farmacodependencias. El alcoholismo es una enfermedad que como otra cualquiera posee una etiología, un curso evolutivo natural, un diagnóstico, un pronóstico y un tratamiento, y que también puede cursar con una serie de complicaciones.

Al insistir en que el alcoholismo o alcoholdependencia es una enfermedad lo hacemos porque infortunadamente muchas personas consideran todavía a este trastorno como una conducta viciosa, cuando no deplorable, malsana y hasta digna de rechazo, siendo esto una gran equivocación. Continuar considerando el alcoholismo como un vicio es un lamentable error al que es necesario poner fin.

Es importante destacar que el término alcoholismo no es utilizado actualmente por la OMS y que esta organización no utiliza tampoco la palabra enfermedad desde su última revisión. En su defecto identifica a la dependencia del alcohol como un trastorno mental por uso de sustancias categorizándola junto al resto de la adicciones a sustancias lícitas e ilícitas. Sin embargo, y a pesar de que la palabra alcoholismo no precisa la idea de enfermedad ni la define, debido a su uso universal para designar la dependencia del alcohol, la utilizamos en este sitio indistintamente junto a la palabra alcoholdependencia.

En un intento más preciso de definición podemos afirmar que el alcoholismo es una enfermedad insidiosa, progresiva, incurable y recurrente caracterizada por dos "imposibilidades" básicas que ayudan a distinguir a la persona alcohólica de la que no lo es. Estas dos imposibilidades son: a) la imposibilidad de abandonar el hábito de beber y b) la imposibilidad de interrumpir la ingesta una vez que se inicia.

Con relación a este tema existe una importante cantidad de implicaciones que serán revisadas en nuevas publicaciones de esta página. Por ahora nos limitaremos a considerar el alcoholismo en sentido estricto como una enfermedad orgánica; en otras palabras la dependencia del organismo humano de una sustancia química llamada alcohol. El alcoholismo o alcoholdependencia es la dependencia de una droga. Una dependencia en el amplio sentido de lo físico que se extiende a lo psicológico.

Según la Asociación Americana de Psiquiatría, la dependencia de una sustancia incluyendo el alcohol se define en su listado de siete criterios, siendo necesarios al menos tres para hacer el diagnóstico. Estos criterios deberán haber ocurrido durante los 12 meses previos a la evaluación y haber llevado al paciente a un daño físico y psicológico importante:

1. Tolerancia a la sustancia.
2. Síndrome de Abstinencia.
3. Uso de grandes cantidades durante un tiempo prolongado.
4. Deseo persistente para usar la sustancia, sin poder reducir el uso por falta de control de sí mismo.
5. Dedica gran parte de su tiempo en obtener la sustancia, consumirla y recuperarse posterior al uso de la misma.
6. Reduce al máximo sus actividades sociales, ocupacionales y recreacionales por el uso de la sustancia.
7. El uso continuado de la sustancia es la causa de la persistencia de los conflictos interpersonales, físicos y psicológicos.


ENFERMEDAD CRÓNICA

El alcoholismo es una enfermedad crónica producida por el consumo incontrolado de bebidas alcohólicas (alcohol etílico), bien en forma de bebidas alcohólicas o como constituyente de otras sustancias, lo cual interfiere en la salud física, mental, social y / o familiar así como en las responsabilidades laborales.

La Organización Mundial de la Salud define el alcoholismo como la ingestión diaria de alcohol superior a 50 gramos en la mujer y 70 gramos en el hombre (una copa de licor o un combinado tiene aproximadamente 40 gramos de alcohol, un cuarto de litro de vino 30 gramos y un cuarto de litro de cerveza 15 gramos). El alcoholismo parece ser producido por la combinación de diversos factores fisiológicos, psicológicos y genéticos. Se caracteriza por una dependencia emocional y a veces orgánica del alcohol, y produce un daño cerebral progresivo y finalmente la muerte.

La química del alcohol le permite afectar casi todo tipo de célula en el cuerpo, incluyendo las que se encuentran en el sistema nervioso central. En el cerebro, el alcohol interactúa con centros responsables del placer y otras sensaciones deseables; después de la exposición prolongada al alcohol, el cerebro se adapta a los cambios producidos por el alcohol y se vuelve dependiente a ellos. Para las personas que sufren de alcoholismo, el tomar se convierte en el medio principal a través del cual pueden interactuar con personas, trabajo y vida. El alcohol domina su pensamiento, emociones y acciones. La gravedad de esta enfermedad está afectada por factores de índole genéticos, psicológicos, cultural y de dolor físico.

CAUSAS

No hay una causa definida del alcoholismo pero hay factores que pueden jugar un papel en su desarrollo. Es más probable el desencadenamiento de un alcoholismo en las personas con algún familiar alcohólico que en otras que no lo tienen. No se conoce la razón, que puede encontrarse en anomalías genéticas o bioquímicas.

Entre los factores psicológicos se incluyen: la necesidad de consuelo para la ansiedad, conflictos en las relaciones personales, baja estima personal, Autoconcepto negativo, etc.

Los factores sociales incluyen: la facilidad de consumo de alcohol, historia familiar de consumo, la aceptación social del consumo de alcohol, estilos de vida de stress, etc.

La incidencia en la dependencia del alcohol está aumentando. Las estadísticas varían pero aproximadamente un 7% de adultos en Europa están afectados.



EFECTOS

La química cerebral. El deseo de alcohol durante la abstinencia, el dolor asociado con la supresión y la alta tasa de recaída se deben a la adaptación del cerebro y a la dependencia en los cambios químicos (cerebrales) causados por el uso de alcohol a largo plazo. El alcoholismo es un tipo de drogodependencia.

Hay dos tipos de dependencia en esta adicción la física y la psicológica. La dependencia física se revela por si misma, cuando se interrumpe la ingesta de alcohol, con síntomas muy claros como la tolerancia, cada vez mayor, al alcohol y enfermedades asociadas a su consumo.

El efecto directo del alcohol en el sistema nervioso es la depresión, como resultado de la disminución de la actividad, la ansiedad, tensión e inhibiciones. La concentración y el juicio empiezan a empeorar. En cantidades excesivas, el alcohol produce una intoxicación y envenenamiento.

El alcohol causa relajación y euforia pero a la vez también actúa como un depresivo en el sistema nervioso central. Inclusive después de años de investigación, los expertos todavía no saben exactamente cómo el alcohol afecta el cerebro. Parece ejercer efectos mayores en el hipocampo, un área en el cerebro asociada no sólo con el aprendizaje y la memoria sino también con la regulación de la emoción, el procesamiento sensorial, el apetito y el estrés.

Un estudio reciente encontró que productos mayores descompuestos del alcohol, ésteres de etilo de ácido graso, estimulan el flujo de potasio en las células del hipocampo, el cual inhibe neurotransmisores importantes (mensajeros químicos).

De especial importancia para los investigadores de alcoholismo son los neurotransmisores ácido gamma-aminobutírico (GABA), dopamina y serotonina, los cuales están muy asociados con, entre otras funciones, el comportamiento emocional y los antojos. El alcoholismo crónico causa depleción de la materia gris, tejido crucial en el sistema nervioso central.

El alcohol también afecta a otros sistemas corporales. Puede aparecer una irritación del tracto gastrointestinal con erosiones en las paredes del estómago debidas a las náuseas y vómitos. Las vitaminas no se absorben bien, y esto ocasiona deficiencias nutricionales en los alcohólicos de larga evolución. También ocasiona problemas en el hígado (cirrosis hepática).

El sistema cardiovascular se ve afectado por cardiopatías. También puede aparecer una alteración sexual causando una disfunción en la erección del pene en el hombre y una desaparición de la menstruación en la mujer. El consumo de alcohol durante el embarazo puede causar problemas en el desarrollo del feto, produciendo el llamado síndrome fetal del alcohol.

El problema más serio de los bebedores son las complicaciones físicas y mentales. Algunas personas son capaces de conseguir un control sobre su dependencia en las fases tempranas antes de la total pérdida del control.

Factores genéticos. En las personas que sufren de alcoholismo severo, los investigadores han identificado un gen que afecta la función de una estructura nervio-celular conocida como receptor de dopamina D2 (DRD2), el cual, a su vez, influye en la actividad de la dopamina. Este gen también se encuentra en las personas con trastorno de déficit de atención, las cuales corren un riesgo mayor de alcoholismo, y está también presente en las personas con el síndrome de Tourette y autismo. La asociación de este gen con estos problemas neurológicos conduce a algunos expertos a creer que el gen receptor de dopamina D2 no es una causa principal del alcoholismo, sino que las personas con este gen tienen una probabilidad mayor de tomar para medicar los síntomas psicológicos y conductuales de sus trastornos neurológicos. Además, un estudio mayor no encontró ninguna conexión entre el gen DRD2 y el alcoholismo. Se necesita llevar a cabo más investigación en esta área.

SÍNTOMAS

· Tolerancia de los efectos del alcohol (Mayor consumo: iguales efectos).
· Necesidad diaria o frecuente de alcohol para su funcionamiento
· Pérdida de control con incapacidad de interrumpir o reducir el consumo de alcohol.
· Bebedor solitario.
· Dar excusas para beber.
· Episodios de pérdida de memoria asociados al consumo de alcohol (ausencias negras).
· Episodios de violencia asociados al consumo de alcohol.
· Deterioro en las relaciones sociales y familiares y en la responsabilidad laboral.
· Absentismo laboral.
· Inexplicable mal genio.
· Conducta que tiende a esconder el alcoholismo.
· Hostilidad al hablar de la bebida.
· Negarse a la ingesta de alimento.
· Negar la apariencia física.
· Nauseas.
· Vómitos.
· Vacilación por las mañanas.
· Dolor abdominal.
· Calambres.
· Entorpecimiento y temblores.
· Enrojecimiento y capilares de la cara dilatados (especialmente en la nariz).
· Confusión.
· Temblores e incontroladas sacudidas del cuerpo.
· Cansancio y agitación.
· Insomnio.
· Pérdida de apetito e intolerancia a toda la comida.
· Confusión.
· Alucinaciones.
· Taquicardia.
· Sudores.
· Convulsiones.
· Problemas en la lengua.
· Lagrimeo.
· Desvanecimiento.


ETAPAS DEL ALCOHOLISMO

1. Primero se desarrolla la tolerancia alcohol. Esto ocurre en personas que son capaces de consumir una gran cantidad de alcohol antes de que se noten los efectos adversos.

2. Después de la tolerancia aparecerán los lapsus de memoria (lagunas).

3. Más tarde aparece la falta del control de beber, y la persona afectada no puede esperar a beber tan sólo cuando le apetece.