viernes, diciembre 29, 2017

Por qué las personas que juzgan constantemente hablan desde el rencor

Por qué las personas que juzgan constantemente hablan desde el rencor

Quienes basan sus vidas en criticar a los demás tienen un serio problema de autoestima.



Uno de los aspectos de la sociedad actual es que ahora tenemos más medios para observarnos los unos a los otros. Internet y las redes sociales han hecho que exista mucha información publicada sobre cada persona y que sea muy fácil conocer pedazos de ida de gente a la que ni siquiera hemos hablado nunca.
La mayoría de las personas han aprendido a adaptarse a este cambio tratando de utilizarlo a su favor: es decir, viéndolo como una oportunidad de llegar a más personas, expandir amistades o buscar opciones laborales y empresariales. Independientemente de si queremos hacer uso de esta clase de herramientas, la opción está ahí, y en todo caso, no se busca hacerle daño a nadie: tan solo mejorar uno mismo en algún aspecto a través del modo de relacionarnos con los demás.
Sin embargo, hay quien ve las relaciones sociales desde una perspectiva opuesta. En vez de aprovechar las múltiples maneras de conectar con los demás que nos ofrece el presente, prefieren dedicar buena parte de su tiempo libre en expresar actitudes negativas sobre la gente que les rodea. Se trata de las personas que juzgan y critican a los demás de manera constantey sistemática. En este artículo hablaremos sobre por qué actúan de este modo y cómo podemos aprender de ellas sobre cómo no enfocar nuestras relaciones personales.
Así son las personas que juzgan a los demás
Empecemos por lo básico: ¿cómo reconocer en el día a día a las personas que andan siempre criticando a las demás? Entre las características y hábitos que las definen, las más típicas son las siguientes (no se dan todas a la vez en todos los casos, evidentemente).
1. Quieren seducir a los demás mediante la crítica
Puede sonar contradictorio, pero el hábito de ir siempre juzgando a los demás puede servir para establecer vínculos informales entre personas. Vínculos que son similares a la amistad.
¿Cómo ocurre esto? Por un lado, ir siempre contra los demás pero a la vez tener trato con una persona da a entender la idea de que esa persona es mejor que la gran mayoría. Por omisión, el hecho de que alguien que siempre critica a otros tolere nuestra presencia e incluso parezca disfrutar con ella puede llegar a hacernos sentir bien.
Por el otro, el hecho de sentido juzgado por alguien cercano a nosotros, sumado a lo anterior, hace que creamos que esa persona que siempre critica puede ayudarnos a detectar nuestras debilidades, con lo cual será más fácil vencerlas. El razonamiento es el siguiente: los demás no tienen la oportunidad de tener cerca a alguien que las esté corrigiendo, pero nosotros sí, así que debemos de ser unos privilegiados.
Algo que indica que esto es una forma sutil de manipulación es el hecho de que aunque los comentarios vejatorios o los intentos de ridiculización son frecuentes (lo que se supone que nos tendría que ayudar a reconocer nuestros propios fallos), resulta inimaginable la idea de que la persona que nos lanza esos puñales también nos ayudase a superar esas supuestas imperfecciones.
2. Son incapaces de centrar una discusión en los argumentos
Cuando toca discutir constructivamente acerca de un tema, las personas habituadas a juzgar tienden a dirigir sus comentarios hacia las características negativas que supuestamente presenta el contrario como persona: la falacia ad hominem es su perdición, incluso aunque en un principio estuviesen defendiendo la opción correcta.
3. Utilizan cualquier excusa para ridiculizar
Un estilismo arriesgado, una acción que se desvíe ligeramente de las convenciones sociales o una opinión que simplemente no coincide con la propia son motivos de mofa o de ser usados para “leer la mente” de esa persona y atribuirle todo tipo de imperfecciones de inteligencia o personalidad.
Estos comentarios pueden resultar más o menos ingeniosos dependiendo del caso, pero lo que está claro es que no vienen al caso y hablan sobre características o hechos muy poco relevantes.
4. En las redes sociales, poca sutileza criticando
En Internet, las personas que juzgan a los demás habitualmente sienten que cuantan con la protección extra del anonimato, por lo que aprovechan para dar rienda suelta a su crueldad. Eso significa que dejan toda clase de comentarios despectivos, a la vista de todo el mundo, sabiendo que el impacto negativo de esta clase de publicaciones es más notoria: todo el mundo puede saber quién es el blanco de las críticas, pero no queda muy claro quién las emite.
Además, como Internet suele ser un lugar en el que evitar una discusión o debate racional no tiene un alto coste (a diferencia de un diálogo cara a cara, en el que siempre queda claro quién quiere dejar de intervenir) estas críticas son simples y poco sofisticada, dado que no tienen por qué dar pie a un intercambio de opiniones. Son poco más que insultos que se alargan a través de varias palabras colocadas formando una frase.
¿Por qué critican tanto?
Hay muchos motivos que pueden llevar a una persona a criticar constantemente a los demás, pero varios de ellos son especialmente frecuentes. El principal de ellos es que juzgar a otro de un modo superficial es una manera fácil y sencilla de sentirse superior a alguien y, por comparación, sentirse mejor con uno mismo.
Cuando una de estas personas formula un pensamiento dirigido a hundir a otra persona (ya sea pronunciándolo en voz alta o guardándoselo para sí), en realidad está tratando de evadirse temporalmente de la ruina que es su propia autoestima.
Lo más negativo de estas personas no es lo que ocurre cuando piensan en términos negativos o denigrantes acerca de alguien más, ya que esta clase de ideas son tan simples y poco elaboradas que nadie tiene por qué tomárselas en serio. Lo más negativo es lo que está ocurriendo durante el resto del tiempo en su propia mente, es decir, el reinado de un resentimiento que somete totalmente a la autoestima.
Del mismo modo en el que quienes piensan obsesivamente en una idea que les causa ansiedad tratan de buscar distracciones de manera desesperada, como atracones de comida, el consumo de drogas o incluso los cortes en la piel, hay quien trata de rescatar su autoimagen por un breve instante creando la ficción de que se está muy por encima de alguien más.
Es por eso que, en una época en la que la lucha de egos está a la orden del día, concierne no tomar como normal esos arranques de desprecio hacia otros con los que algunas personas tratan de hacerse notar ante otros y ante sí mismos. Quien necesita arrojar dardo a los demás para mantenerse a flote está mostrando claramente que no tiene nada que ofrecer y que solo le queda pedir ayuda.



https://psicologiaymente.net/personalidad/personas-que-juzgan

jueves, diciembre 28, 2017

4 pasos para sentirse mejor con uno mismo

4 pasos para sentirse mejor con uno mismo

Pautas para reparar la propia autoestima y dejar de ajustarse a expectativas demasiado rígidas.

Muchas veces olvidamos que, si las relaciones personales ya son complicadas, a veces lo verdaderamente difícil es relacionarse con uno mismo.
Y es que sentirse bien con uno mismo es, para algunas personas, una meta prácticamente inalcanzable, algo que parece incluso más improbable que aprender las habilidades más complejas. A fin de cuentas, mientras que para aprender a jugar al ajedrez o completar una cerrera universitaria los pasos a seguir son bastante claros, no ocurre lo mismo con la ardua tarea de reparar nuestra autoestima.
En este artículo veremos una propuesta de varios pasos a seguir para sentirse mejor con uno mismo, con ejemplos e indicaciones.
Sentirse mejor con uno mismo es posible
En el mundo de la mente humana pocas cosas son inmutables, y los sentimientos aparentemente más persistentes de desprecio hacia uno mismo pueden desaparecer si aprendemos a vernos con otros ojos.
Para ello, deberás cambiar tanto tus patrones de pensamiento como tu manera de relacionarte con el entorno y con los demás. Esta doble vía de acción, enfocada hacia las creencias y hacia las acciones, es la base de las terapias cognitivo-conductuales, y aunque el hecho de no pasar por la consulta del psicólogo hace que las posibilidades de éxito se reduzcan, sigue valiendo la pena implementar estas estrategias en el día a día.
1. Revisa tu estilo de atribución
Las personas con problemas de autoestima tienden a atribuir sus logros a la suerte o a los demás; en definitiva, a elementos que no son parte del propio mérito. Al mismo tiempo, creen que la mayor parte de las cosas malas que les ocurren sí son su culpa, incluso aunque la relación causa-efecto no esté clara.
Así pues, ante la pregunta de "¿cómo sentirme mejor conmigo mismo?" debes empezar reflexionando profundamente sobre tu estilo de atribución en aquellos casos en los que te sucedan cosas significativamente buenas o significativamente malas. Lo ideal sería hacerlo lo más habitualmente posible, pero como seguramente te faltará tiempo y energías para estar aplicándolo todo el rato, es mejor ir a lo práctico y hacerlo en los casos más especiales. Con el tiempo, automáticamente irás perdiendo la necesidad de hacerlo.
Por ejemplo, si te felicitan por un proyecto de universidad, es mucho más razonable que esto sea gracias a tus méritos a que sea a causa de que le caes bien a quien evalúa (simplemente, porque la mayoría de evaluadores hacen su trabajo). Del mismo modo, es muy frecuente que las personas maltratadas crean que esos ataques son su culpa, aunque esto evidentemente no sea así.
2. Practica la compasión
Si tienes problemas para aceptarte, posiblemente estés aplicando unas expectativas muy rígidas a esas creencias acerca de lo que deberías ser y no eres. Por ejemplo, hay millones de mujeres que se culpan por no parecerse a mujeres que literalmente no existen, dado que son modelos irreconocibles tras pasar por una capa de programas de edición de imagen por ordenador.
Así pues, del mismo modo en el que empatizas con el resto de personas, practica la compasión contigo mismo, y acepta que no tienes por qué estar sujeto o sujeta a condiciones tiránicas de comportamiento. No es obligatorio adaptarse perfectamente a esos ideales que tenemos, simplemente tender a ellos, si eso es lo que queremos. Para ello, dedica 5 minutos al día a reflexionar acerca de si tu "Yo ideal" es razonable o no, y si tratas de parecerte demasiado a esa persona que solo existe en tu imaginación.
3. Ama tus aparentes imperfecciones
La realidad es demasiado compleja para poder ser dividida en "lo bueno" y "lo malo". Por supuesto, hay situaciones en las que sí está claro que algo está bien y su opuesto no lo está, pero esto no ocurre siempre, porque el mundo no está hecho para encajar en categorías de pensamiento tan herméticas y delimitadas.
Una de las consecuencias de esto es que lo que creemos que son imperfecciones propias no tienen por qué serlo.
De hecho, hay quien ama esas características personales de las que otros se avergonzarían. Por ejemplo, el carácter desinhibido de quienes no tienen complejos pero viven en sociedades fuertemente conservadoras, o incluso las arrugas, que en un contexto en el que la discriminación a las personas maduras es generalizada, pueden ser vistas como un valor estético positivo, al ser un signo de experiencia.
Del mismo modo, hay manías y rasgos "muy propios" que pueden resultar adorables o carismáticos si dejamos de verlos como fallos en uno mismo: evidentemente, si nos avergonzamos de ellos, eso se nota, y el resto de personas actuarán como si efectivamente esas características fuesen algo malo.
4. Dedícate a lo que te gusta
Una de las causas más habituales por las que las personas tienen dificultades para aceptarse a ellas mismas es que creen que desperdician su tiempo. Para evitar esto, la solución es reinventarse. Trabajar para llegar a una situación en la que podemos dedicarnos a lo que amamos. Si hacemos esto, incluso podemos estar orgullosos del camino que realizamos para llegar a ese puto de la vida, aunque aún no se haya llegado a él.

Oriéntate hacia la acción. Evita ensañarte contigo a través de los pensamientos negativos, que a la práctica no son más que una excusa para no mejorar, y concéntrate en dirigir tu acción a hacer cosas que realmente sientas que te hacen crecer. Crea motivos para sentir orgullo para ser quien eres, en tu situación y con los medios con los que dispongas.

https://psicologiaymente.net/psicologia/sentirse-mejor-con-uno-mismo

miércoles, diciembre 27, 2017

El efecto que tienen en las niñas los juguetes sexistas

El efecto que tienen en las niñas los juguetes sexistas

A edades muy tempranas, encasillar a las niñas en los juguetes "femeninos" puede ser perjudicial.

Durante milenios, las sociedades han hecho que los niños y las niñas, esos miembros de la humanidad que pertenecen a las nuevas generaciones, tengan claro cuál es su género desde los primeros años de vida. Esto, entre otras cosas, se hace a través de los estilos de juego y los juguetes.
Por ejemplo, hasta mediados del siglo XX la mayoría de los juguetes indicaban en sus cajas para cuál de los dos sexos estaba indicado el producto, algo que cambió con la llegada de los feminismos de la segunda y tercera ola, entre los años 70 y los 90. Hoy, sin embargo, los juguetes siguen teniendo una fuerte carga de género. Es natural asociar los muñecos de acción a los niños y los juegos de cocinitas a las niñas, por ejemplo.
Pero... ¿hace esto que los juguetes sean sexistas? Puede ser que la existencia de esta distinción de roles hacer que aparezca la desigualdad? Actualmente hay buenos motivos para pensar que sí existen los juguetes sexistas, y que se ceban especialmente con las niñas.
Los juguetes sexistas y la carga de género
El tipo de juguetes que usan los niños y las niñas no obedece a una diferenciación causal. En la gran mayoría de los casos, estos juegos son un reflejo de los estereotipos de género. Por ejemplo, a las niñas se les regala juegos que tratan sobre el cuidado de bebés, la importancia de la estética y de la imagen personal, o las labores del hogar, mientras que a los niños se les regala muñecos de acción y juegos que tienen que ver con lidiar con situaciones imaginarias que, en caso de ser reales, darían miedo, serían violentas o darían asco. Ahora bien... ¿esto es así porque existe una predisposición genética a que siendo de un sexo determinado atraigan ciertos juegos y no otros, o se debe todo al efecto de la cultura, lo que nos enseña la sociedad durante la infancia?
Por lo que se ha visto, existen pruebas de que parte de estas preferencias por juguetes con una carga estereotipada de género se debe a factores biológicos, no culturales. Por ejemplo, se ha visto que los pequeños de entre uno y dos años de edad, una época en la que aún no se socializa en grupo, ya prefieren los juguetes que se asocian a su género. Además, en casos de algunas enfermedades que alteran los niveles hormonales de las niñas haciendo que estos sean más "masculinos", las preferencias por los juguetes de estas también viran más hacia lo masculino.
Sin embargo, estas diferencias entre niños y niñas no tienen por qué ser muy profundas.
La influencia del entorno
Hay que tener en cuenta que en la mayoría de experimentos en los que se explora la reacción de los pequeños ante juguetes que no se corresponden con su género, se trabaja con juguetes concretos, con unas propiedades específicas. En estas situaciones, los efectos de las diferencias hormonales, que son amplios, pueden parecer muy concretas, y reforzar falsamente roles de género demasiado rígidos.
Por ejemplo, que los niños prefieran jugar con muñecos de acción no quiere decir que sientan atracción por esa categoría de entretenimiento que llamamos "muñecos de acción", sino que hay algo en esos objetos que les parece interesante. La posibilidad de fantasear con situaciones arriesgadas es una de ellas.
Pero las situaciones violentas (aquellas a las que solemos asociar el juego con muñecos de acción) no son las únicas en las que se asumen riesgos y se siente emoción ante el peligro. De hecho, es perfectamente posible que muchas de ellas no se asocien a la masculinidad.
Por otro lado, se ha visto que los hombres son por lo general ligeramente mejores que las mujeres en tareas que implican procesamiento espacial, y esto también se nota en el uso de los juguetes. Los niños tienden a preferir puzzles más elaborados que los que juegan las niñas, y estos juguetes tienen que ver con las habilidades cognitivas relacionadas con el pensamiento espacial.
Sin embargo, también se ha visto que los padres y madres animan más a los niños cuando juegan a esta clase de juegos, y lo hacen menos cuando lo hacen la pequeñas. Puede parecer poco importante, pero si esta asimetría social sucede a edades tan tempranas, puede dejar una huella en el desarrollo mental de las personas.
Vemos pues, que si bien parece haber diferencias hormonales que influyen en la preferencia por juguetes dependiendo del sexo al que se pertenezca, se interpreta esto como si fuese la carga de género de estos juegos, y no las situaciones a las que dan pie, las que hacen que ellos tiendan a entretenerse con unas cosas y ellas lo hagan con otras.
Las niñas quedan en desventaja
¿Cómo afecta esto a las niñas? Básicamente, refuerza unos roles de género fuertemente implantados y que ponen a la mujer en situación de desventaja. Por ejemplo, gran parte de las profesiones mejor pagadas están muy relacionadas con el razonamiento espacial, y si se anima más a los niños a jugar con los juguetes que promueven esta habilidad, estos tendrán ventaja a la hora de copar puestos de ingeniería.
Por otro lado, si se asume que como los niños sienten predilección por los muñecos de acción las mujeres deben ser asignadas al ámbito "seguro" de lo doméstico, su existencia será más parecida a la du una mascota que a la de una persona con capacidad para ser independiente.

En definitiva, el efecto que tienen los juguetes sexistas sobre las niñas es el poder de encasillarlas en unos roles que han sido creados por la sociedad y que son dados a priori: basta con coincidir con ciertas características relacionadas con este tipo de rol, para que se de por supuesto que toda la personalidad de esa niña (futura mujer) puede ser resumida por "lo femenino". Las consecuencias de esto es, en definitiva, más sexismo y más posibilidades d que más niñas sean encasilladas en ese estilo de vida.

https://psicologiaymente.net/desarrollo/efecto-ninas-juguetes-sexistas

sábado, diciembre 23, 2017

Los beneficios de las caricias (según la ciencia)

Los beneficios de las caricias (según la ciencia)

Las caricias provocan cambios en nuestro cuerpo y en nuestra mente.

Una nueva investigación de la Asociación de Neuropsicoanálisis parece indicar que las caricias juegan un papel importante en cómo el cerebro desarrolla la imagen mental del cuerpo. Este estudio apoya la idea de que las señales interoceptivas como el contacto afectivo son importantes para la comprensión del cuerpo y ayudan a crear un sentido coherente sobre uno mismo. 
La disminución en la percepción de estas señales se han relacionado con problemas de imagen corporal, dolor fantasma, anorexia nerviosa y bulimia. Además, otros estudios relacionados con el dolor o la depresión también apoyan la idea de que las caricias aportan beneficios a la salud y al bienestar.

Las caricias ayudan a mantener un sentido del “yo” positivo

La caricia con cariño, un gesto habitual entre madres e hijos o entre parejas, puede incrementar la habilidad del cerebro para construir el sentido de propiedad del cuerpo de uno mismo y mantener un sentido del “yo” sano.
El estudio al que hacemos referencia, fue publicado en Frontiers Psychology, y estuvo encabezado por el Dr. Aikaterini Fotopoulou, director de la Asociación de Neuropsicoanálisis, y por Mark Jenkinson, profesor del departamento de Psicología de la Universidad de Hertfordshire en el Reino Unido.
Participaron 52 adultos sanos y utilizó una técnica experimental conocida como “ilusión de la mano de goma”. En esta técnica el participante se sienta en una mesa con los ojos semitapados (para reducir su campo visual). Coloca los brazos sobre la mesa, pero uno queda oculto, pues tiene la mano de goma encima. Al estimular la mano de goma, el individuo percibe que están estimulando su mano real, aunque es la de goma la que recibe las caricias. Esta técnica demuestra la naturaleza cambiante de la percepción del propio cuerpo.
En estudios anteriores, se ha demostrado que una caricia afectiva, caracterizada por un estimulación lenta de la piel (entre 1 y 10 cm por segundo), correlaciona con emociones placenteras y mejora los síntomas ansiosos. El equipo del Dr. Fotopoulou quería saber si la caricia afectiva afectaba a la comprensión del cuerpo por parte del cerebro.
En esta investigación se adaptó la técnica de la ilusión de la mano de goma para incorporar distintos tipos de caricias: caricias lentas y rápidas (sincronizadas y no sincronizadas ambas), y caricias afectivas. Tras la prueba se pidió a los participantes que rellenaran un cuestionario que medía su experiencia subjetiva del experimento.
Este estudio apoya la idea de que la percepción de las señales interoceptivas como el contacto afectivo ayudan a construir imagen mental del propio cuerpo, pues la percepción del tacto afectivo en el cerebro es parte de una serie de señales que ayudan a monitorear la homeostasis.

Las caricias ayudan a calmar el dolor, la depresión, y fortalecen el sistema inmunológico


Un estudio llevado a cabo por American Journal of Psychiatry parece indicar que las caricias favorecen la liberación de oxitocina, una hormona que induce a la relajación y nos ayuda a sentir plenos y felices. Según los autores del estudio, las personas que están solteras y sin una relación romántica suelen estar más deprimidos y tristes.Las caricias no solo hacen sentir bien y comunican sentimientos positivos, sino que son varios los estudios que demuestran que éstas pueden ser eficaces para combatir el dolor, fortalecer el sistema inmunológico o combatir la depresión.

Otros beneficios de las caricias

Además de los beneficios que ya hemos indicado respecto a las caricias, la ciencia parece aportar más datos que apoyan la idea de que las caricias favorecen al bienestar de todos nosotros. A continuación presentamos algunos ejemplos:

Las caricias maternas sanan los efectos del estrés de la gestación en los hijos

Las emociones que vive la madre durante el embarazo afectan de una u otra forma al bebé en gestación. Al vivir una situación estresante, su organismo reacciona liberando hormonas que llegan al bebé a través de la placenta, lo cual se asocia con diversas alteraciones en su desarrollo. Un estudio publicado en PLOSone parece indicar que las caricias de las madres a sus hijos cuando nacen reduce el estrés y las emociones negativas de éste tras el nacimiento y favorece su adaptabilidad fisiológica.

Mejora la función pulmonar

Una investigación de la Universidad de Touch Research Institute de Miami, parece revelar que acariciar mejora la función pulmonar, la función inmune y mejora la salud de nuestro corazón. El toque humano es importante para todas las edades.

Ayuda a controlar la presión arterial

Según un estudio de la Universidad de Carolina del Norte parece ser que las personas dan abrazos y caricias de manera regular a su pareja, tienen una presión arterial más baja y sufren menos patologías asociadas al corazón.

https://psicologiaymente.net/vida/beneficios-caricias-ciencia

viernes, diciembre 22, 2017

Obsesión por el dinero: así es como aparece en nuestra vida

Obsesión por el dinero: así es como aparece en nuestra vida

La economía ha invadido la mentalidad de muchos. Hay quien lo valora todo según su valor económico.



Teóricamente, el dinero es útil porque es un lenguaje que todo el mundo entiende. Gracias a él, podemos entendernos con todo tipo de personas, incluso con aquellas con las que no compartimos ni hábitos ni intereses, y llevar a cabo intercambios provechosos para ambas partes.
Sin embargo, a medida que la historia avanza y las sociedades van encontrando nuevas maneras de producir todo tipo de bienes y servicios, van apareciendo consecuencias indeseadas relacionadas con este elemento de cooperación. La obsesión por el dinero es un ejemplo de esto.
¿Por qué aparece la obsesión por el dinero?
Si atendemos a toda esa cantidad de citas célebres, reflexiones y lemas que hablan acerca de la felicidad como algo que está más allá del poder económico que uno tiene, puede parecer extraño que exista la obsesión por el dinero. En la vida hay muchas cosas que nos pueden hacer sentir bien: ¿por qué centrarse tanto en algo que en teoría tan solo es un medio para intercambiar cosas? Tal y como veremos, hay varias causas que lo explican.
La asociación con el placer
Hace tiempo que los psicólogos descubrieron algo muy revelador acerca del comportamiento humano (y, de hecho, el comportamiento animal en general). Cuando asociamos un estímulo placentero a una acción, en un contexto determinado, tenemos a repetirlo, incluso a pesar de que no seamos conscientes de ello. La racionalidad es sin duda un elemento muy importante en nuestro día a día, pero su poder es muy limitado, y no puede cambiar estas tendencias.
Por ejemplo, del mismo modo en el que la fobia a los pájaros pueden producirse al tener una mala experiencia teniendo uno de estos animales cerca, si aprendemos a relacionar el placer a un elemento, aunque ese elemento en sí no tuviese por qué proporcionárnoslo en otra situación, desearemos volver a entrar en contacto con él.
Teniendo en cuenta esto, pensemos por un momento en la omnipresencia del dinero. Es un elemento que está presente prácticamente por obligación en la vida de cualquier persona, pero que cobra especial importancia en el momento de realizar las transacciones comerciales. Menos en el caso de las estafas, esto son experiencias que pueden llegar a producir mucho placer, especialmente en el caso de las compras costosas para obtener productos que no se tenía antes.
Todos recordamos la ilusión que hemos sentido en algún momento de nuestra vida al obtener productos como cámaras de fotografía, noches en hoteles de lujo, un coche, etc. Se trata de momentos en los que se puede llegar a experimentar la emoción y los nervios que despiertan la anticipación. Puede ser, incluso, que en algún momento de la vida organicemos todo un día en torno al hecho de realizar una compra especial.
Este es uno de los motivos por los que tiene sentido que exista la obsesión por el dinero: es muy habitual que esté presente en situaciones en las que nos sentimos bien. Pero no es el único.
La inestabilidad y los cambios
En teoría, la obtención y gasto del dinero obedece, u obedecía hasta hace poco, a dos facetas diferenciadas de la vida: lo personal y lo profesional. Uno gana ingresos en su faceta laboral, y lo gasta en la personal, en la mayoría de los casos.
Sin embargo, con el desarrollo del modo capitalista de producción, cada vez hay un límite más difuso entre estos dos ámbitos. Por ejemplo, es frecuente llevarse trabajo a casa o incluso trabajar durante las vacaciones. Del mismo modo, los horarios, en muchos puestos de trabajo, tienen poco significado, y la posibilidad de comunicarse constantemente gracias al uso de ordenadores portátiles y de smartphones hace que muchas tareas puedan ser realizadas casi en cualquier parte.
Además, hay más inestabilidad en la vida laboral. El modelo de trabajo basado en obtener un empleo que dure varias décadas ha caducado, y hoy en día es frecuente temer por conservar un cargo, o asumir que un empleo tan solo va a durar unos pocos años, o incluso meses.
Ante este panorama, la obsesión por el dinero no es más que un síntoma de lo que ocurre: el único hilo conductor que estructura nuestro día a día, a falta de un horario fijo, es el flujo de ganar y perder poder económico. Como es frecuente incluso gastar para poder trabajar, lo económico es visto como algo fluido e imprevisible, una parte de la vida a la que siempre hay que prestar atención. El riesgo siempre está ahí, y por eso hay motivos para pensar cada semana en el estado de la cuenta bancaria, incluso si se dispone de un buen estatus económico, dado que las certezas no existen.
En conclusión

La obsesión por el dinero es una muestra de cómo, poco a poco, lo económico y lo profesional ha entrado totalmente en nuestra mentalidad a la hora de percibir las cosas en nuestra vida privada. En estos tiempos pensamos constantemente como empresarios, justamente porque la realidad nos está enseñando que todo está en venta y que todo puede poner en riesgo aquello que dábamos por garantizado.

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martes, diciembre 19, 2017

Cambios de humor: qué son, y 9 consejos para controlarlos

Cambios de humor: qué son, y 9 consejos para controlarlos

Si no los controlamos, los vaivenes emocionales pueden dejarnos fuera de combate durante un tiempo.

Muchos de nosotros hemos vivido esta situación: en un día normal en el que nos sentimos bien y todo parece transcurrir con tranquilidad aparece algún pensamiento o circunstancia que de repente hace que nuestro humor cambie y comencemos a sentirnos mal.
Si estos cambios de humor se dan con más frecuencia pueden llegar a condicionar nuestras relaciones y día día. A continuación, veremos qué son los cambios de humos, cuáles son sus posibles causas y ofreceremos una serie de claves para gestionarlos mejor.
¿Qué son los cambios de humor?
Las alteraciones en el estado de ánimo o los cambios de humor repentinos consisten en una serie de vaivenes emocionales que aparecen de forma súbita y en las que la persona experimenta diversas emociones en un plazo de tiempo muy corto.
En estos momentos la persona puede pasar de un estado de ánimo jovial o satisfecho a una angustia profunda o un nerviosismo intenso sin que ocurra nada que lo provoque de manera directa o consciente.
La inestabilidad emocional puede causar numerosas interferencias en el ritmo de vida diario de la persona, tanto a nivel personal, como social o laboral.
Aunque habitualmente estos cambios de humor han sido adjudicados a las mujeres en mayor debida, a causa de la relación que estos tienen con los cambios hormonales de la menstruación o la menopausia, la verdad es que estos pueden darse en cualquier sexo o edad.
¿Qué los causa?
Existen muchísimas causas que pueden provocar cambios de humor repentinos. Algunos de estos cambios pueden deberse a factores o sucesos externos, a cambios hormonales o a ciertas afecciones o trastornos mentales.
Algunas de estas causas incluyen:
·         Adolescencia.
·         Síndrome premenstrual (SPM).
·         Menopausia.
·         Trastornos de la conducta alimentaria.
·         Trastorno de la personalidad como el trastorno de personalidad límite o histriónico.
No obstante, existen muchos casos o momentos en los que no es fácil determinar qué ha provocado un cambio de humor repentino. La aparición y manejo de las emociones es un hecho tan variable y que se ve afectado por tantos factores que en muchas ocasiones resulta complicado saber concretar qué nos afectando.
Claves para gestionar los cambios de humor
A pesar de que en ocasiones se asocien con algún tipo de afección, es completamente natural experimentar cambios de humor cuando nos suceden un serie de acontecimientos en nuestras vidas.
Experimentar vaivenes emocionales es algo habitual, no obstante si no sabemos manejarlos o gestionarlos de una forma adecuada, estos pueden acabar interfiriendo en nuestras relaciones sociales o en nuestro trato con otras personas.
De la misma manera, pueden suponer un descenso en nuestro rendimiento de trabajo, puesto que estos cambios emocionales y un estado de ánimo bajo pueden llevar a la desmotivación y a una falta de productividad.
Para poder sobrellevar mejor estos cambios presentamos una serie de claves tanto para controlar como para evitar estos cambios de humor. Y es que existen una serie de claves o pautas a seguir cuando percibimos que estamos experimentando menos estabilidad emocional. Estas pautas te ayudarán a gestionar tus cambios de humor una vez hayan aparecido.
1. Establecer una serie de rutinas calmantes
Nadie mejor que nosotros mismos saber qué cosas nos relajan, calman o sosegan y qué otras pueden llegar a activarnos todavía más. Por lo tanto, es recomendable encontrar una serie de rutinas o lugares con los cuales podamos estabilizar nuestras emociones.
Rutinas como escuchar algo de música, salir a pasear o tomar una bebida caliente pueden ayudarnos a serenar nuestro humor. Una vez identificada nuestra rutina ideal debemos completarla cada vez que aparezca un cambio de humor. Poco a poco se convertirá en una especie de ritual que nos ayudará cada vez más.
2. Saber cuándo alejarse
Ser consciente de cuándo nuestro estado de ánimo está interfiriendo en las interacciones con los demás es esencial. Saber cuándo nuestras emociones pueden llegar a controlarnos es vital para interrumpir una discusión que sabemos de antemano que no podremos afrontar.
Los cambios repentinos de humor suelen acusarse más con las discusiones, por lo que vale la pena apartarse por unos momentos y volver cuando nuestra mente esté más despejada y nuestro ánimo haya vuelto a la normalidad.
3. Pensar antes de hablar
Este punto se encuentra muy relacionado con el anterior. Otra clave fundamental para que los cambios de humor no nos dominen es la de pararnos por un momento a pensar antes de contestar a la otra persona movidos por nuestras emociones.
4. Descansar de vez en cuando
En muchos de los momentos en los que experimentamos cambios repentinos en nuestro humor o en nuestro estado de ánimo un buena opción es tomarnos unos momentos para descansar y calmar la inestabilidad emocional.
Un cambio de contexto o de lugar es útil para despejar nuestras ideas. En los casos en los que las emociones nos invadan, es muy recomendable parar un momento, contar hasta diez y distraernos con cualquier otra cosa que nos ayude a relajarnos.
5. Hacer ejercicio
Realizar ejercicio aumenta los niveles de dopamina en sangre. Este neurotransmisor ejerce un papel esencial a la hora de regular nuestro estado de ánimo y hacernos sentir mejor.
No obstante, no es necesario realizar una gran cantidad de ejercicio al día. Dar pequeños paseos de uno 30 minutos aproximadamente puede ayudarnos a manejar y contener las emociones negativas que pueden aparecer durante un episodio de cambios de humor.
6. Hablar con alguien de confianza
Cuando los cambios de humor nos invaden y la angustia se apodera de nosotros puede ser de gran ayuda hablar con una persona de confianza.
Manifestar nuestras preocupaciones y expresar nuestros sentimientos a alguien con quien podamos confiar hará que nos sintamos mejor, que calmemos nuestros ánimos y, algo muy importante, hará que no nos sintamos solos ante estas situaciones.
No obstante, si estos cambios de humor aparecen de manera recurrente, lo más recomendable es acudir a un psicólogo o especialista en salud mental del ámbito médico que nos pueda ayudar.
7. Escribir
Escribir acerca de nuestros sentimientos puede servir de gran ayuda a la hora de desahogarnos, poner nuestras ideas en orden y ser conscientes acerca de qué circunstancias desencadenan o facilitan estos cambios.
Si además, registramos estos cambios diariamente podemos ser mucho más conscientes de nuestras fluctuaciones, saber qué las provoca o si existe algún patrón de comportamiento determinado. De esta manera nos será más fácil preverlas y, en la medida de la posible, evitarlas.
8. Saber qué nos provoca los cambios de humor
Aunque en muchas ocasiones no somos conscientes de los estímulos o hechos que nos alteran el estado de ánimo, es aconsejable conocer que situaciones, temporadas o estímulos pueden ejercer un efecto sobre nuestro humor.
Por ejemplo, si sabemos que durante el síndrome premenstrual pueden aparecer cambios bruscos de humor nos será algo más fácil manejarlos.
9. Solicita ayuda profesional
A pesar de que estos cambios de humor son normales y pueden aparecer sin que estén asociados a ningún tipo de afección mental o emocional, si estos se dan de manera recurrente pueden interferir de manera seria en nuestro día a día.

Además, los sentimientos de angustia pueden intensificarse y, si no aprendemos a manejarlos, los cambios de humor pueden aparecer cada vez más a menudo. Por lo tanto, es importante buscar ayuda profesional y que un especialista en psicología o salud mental nos guíe y ayude a gestionar estos altibajos.

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