martes, enero 28, 2020

QUIENES SON PADRES TÓXICOS Y COMO PUEDES RECONOCER SI LOS TUVISTE



QUIENES SON PADRES TÓXICOS Y 
COMO PUEDES RECONOCER SI LOS TUVISTE


No se trata de tener una relación perfecta con los padres, sin embargo, los padres tóxicos tienen características que los distinguen del resto, y sus conductas y manera de persuadir a los hijos, puede traer graves consecuencias en la juventud y adultez del niño víctima de padres tóxicos.
Si tienes la suerte de llevar una relación positiva y saludable con tus padres la mayor parte del tiempo, quizás no te sientas identificado con estas características. Pero desafortunadamente, para algunas personas con padres tóxicos, no importa cuánto lo intenten, no pueden tener una relación mutuamente satisfactoria y respetuosa con las personas que son emocionalmente insanas y se sentirán identificadas con estas características.


¿QUÉ ES UN PADRE TÓXICO?


El término “padres tóxicos” es un poco nebuloso y probablemente todos lo definimos de manera diferente. A menudo, los narcisistas o aquellos con otros trastornos de la personalidad o enfermedades mentales, abusivos, emocionalmente inmaduros, y los padres alcohólicos o adictos se etiquetan como tóxicos.
Los niños pequeños, incluso aquellos con padres tóxicos, suponen que sus padres son típicos. Sin ninguna base para comparar, piensan que otras familias operan bajo las mismas reglas disfuncionales y que todos los padres son crueles, no están disponibles o son controladores.
Eventualmente, sin embargo, se van dando cuenta de que los padres emocionalmente sanos muestran preocupación genuina por los sentimientos de sus hijos, los alientan a seguir sus sueños, se disculpan cuando se equivocan y hablan sobre los problemas de una manera respetuosa. Entonces en ese punto de aprendizaje, se dan cuenta de que los padres que tienen son diferentes.
Los padres tóxicos causan mucho dolor y problemas psicológicos duraderos para sus hijos. La buena noticia es que es posible superar los efectos de los padres tóxicos. El primer paso es ser consciente de lo que realmente significa tener un padre tóxico y reconocer las formas particulares en que los padres son disfuncionales o emocionalmente insalubres.



SIGNOS PARA RECONOCER A LOS PADRES TÓXICOS

A continuación, se encuentran algunos de los signos comunes de un padre tóxico.
SON EGOCÉNTRICOS
Son egocéntricos y con una capacidad limitada para la empatía. Siempre priorizan sus propias necesidades y no tienen en cuenta las necesidades o sentimientos de otras personas. No piensan en cómo su comportamiento afecta a los demás y les cuesta entender cómo se sienten los demás.
Se pueden mostrar irrespetuosos y no tienden a minimizar sus comportamientos, no tratan con un nivel básico de respeto, cortesía y amabilidad, pero si exigen que los hijos devuelvan ese trato hacia ellos, y muchas veces, mediante castigos que confunden aún más al niño.



SON EMOCIONALMENTE REACTIVOS

Los padres que son tóxicos a menudo tienen dificultades para controlar sus emociones. Exageran cualquier situación y provocan, son “dramáticos” o impredecibles, de esta manera generan en el niño inseguridad y resentimientos, limitando su capacidad para confiar en los demás.
Ellos tratan de controlarlo todo, quieren decirles a sus hijos qué hacer, cuándo hacerlo y cómo hacerlo. Los padres tóxicos siempre quieren tener la sartén por el mango. La culpa y el dinero son formas comunes en que ejercen poder y control.

ESTÁN CONSTANTEMENTE ENOJADOS

Son duros y agresivos con sus hijos, y también suelen mostrar ese ejemplo siendo duros con otras personas. O pueden ser pasivos-agresivos, usan la persuasión silenciosa, emplean comentarios sarcásticos en voz baja y burlones, suelen despreciar y mostrar apatía por el logro de sus hijos.
Nada de lo que hagan sus hijos es lo suficientemente bueno para un padre tóxico. Encuentran fallas en todo y critican cada detalle, incluso si no lo encuentran, remueven en el pasado para resaltar aspectos negativos en sus hijos.

MANIPULAN Y USAN LA CULPA

Tuercen la verdad a su favor para poder manipular. Utilizan la culpa, la negación y la trivialización para obtener lo que quieren. No asumen la responsabilidad de su propio comportamiento, y pueden incluso responsabilizar a los hijos por la disfunción familiar.
Esperan que los hijos dejen todo para atender sus necesidades, no importa la edad que tengan ni los compromisos que hayan asumido, ellos siempre están primero, y sus hijos solo están para servirlos.


SON CRUELES Y DESVERGONZADOS

Estas personas inmaduras suelen ser una vergüenza para sus hijos. Causan este sentimiento de incomodidad en quienes están a su lado porque tienen tendencia a realizar chistes racistas, se meten en altercados físicos, menosprecian a la pareja o a los familiares.
Los padres tóxicos hacen y dicen cosas francamente malas. Se burlan de sus hijos, les ponen apodos que denotan desprecio, señalan sus defectos e intencionalmente sacan a relucir cosas de las que eres sensible.
Parecen no tener límites en sus conductas despreciativas, se inmiscuyen en el espacio personal y no aceptan que su hijo haya crecido, o que esté completamente separado de ellos. Quieren saber sobre la vida personal, se paran en su espacio personal, abren su correo, vienen sin haber sido invitados (cuando los hijos ya se han mudado), ofrecen consejos no solicitados y socavan su paternidad.


SON DEPENDIENTE DE SUS HIJOS

Esta clase de padres tienen una dependencia poco saludable de sus hijos. Comparten demasiada información personal con ellos (secretos o detalles de sus problemas maritales o de su vida matrimonial, por ejemplo) y confían en su hijo para que sea su principal fuente de apoyo emocional.
Se muestran competitivos, no solo siempre necesitan estar en lo correcto, sino que actúan como si compitieran con sus hijos. Entonces, en lugar de alegrarse y ser feliz por sus éxitos, intentan superarlos, disminuir sus logros o ignorarlos.

CÓMO SE SIENTE TENER PADRES QUE SON NOCIVOS

Es importante mencionar cuáles son los sentimientos de los hijos expuestos a padres tóxicos, por lo general se sienten mal cuando hablan, pasan tiempo o piensan en ellos: una clara señal es la sensación que queda después de un encuentro con tus padres, si es una mala sensación y que te llena de frustración por no poder conciliarte o sentirte amado, esta podría ser la razón.

Las personas que han sido criadas por gente nociva, a menudo siente miedo de hablar con ellos. Solo pensar en ellos puede ocasionar que el cuerpo se tense y el estómago se revuelva.
Recuerdos dolorosos pueden salir a la superficie. Su energía negativa contamina todo lo que tocan. Si tienes padres tóxicos, es probable que no hayas sido alentado a tener tus propios sentimientos, por lo que es posible que no estés acostumbrado a notarlos. Por lo tanto, asegúrate de prestar atención a tus sentimientos y observa si tus padres desencadenan sentimientos de ira, tristeza, culpa, vergüenza u otras emociones negativas.


NO ERES CULPABLE DE TENER PADRES TÓXICOS

Si tienes padres tóxicos, recuerda que no es tu culpa. No importa cuánto intenten culparte, tus padres no son “difíciles” por lo que hiciste o por quien eres. Ellos o alguno de ellos, es así porque no sabe ser de otra manera, tiene carencias muy grandes a nivel emocional y no fue educado correctamente. Su dificultad para manejar situaciones y comprender las repercusiones es un problema de ellos, no una consecuencia de haberte tenido como hijo.

ACEPTA LO QUE ES

Reconocer que tus padres tienen problemas importantes, y es poco probable que cambien, allana el camino a la aceptación. Y cuando aceptamos a las personas tal como son, nos liberamos de la lucha para intentar cambiarlas. Podemos lamentar la pérdida del tipo de relación padre-hijo que deseábamos, pero nos liberaremos.
La aceptación es muy útil para restablecer la tranquilidad. Pero, aun así, es muy estresante tener padres tóxicos y necesitas estrategias que te ayuden a sobrellevar la disfunción de tus padres. Una terapia psicológica puede ser el mejor aliado para sanar internamente.






Autor:
Martín Garello.
Es el fundador de Vida Lúcida. Es escritor y Editor.


jueves, enero 16, 2020

PERSONAS MANIPULADORAS, CÓMO DESCUBRIRLAS Y DESARMARLAS





PERSONAS MANIPULADORAS, CÓMO DESCUBRIRLAS Y DESARMARLAS



¿Quién no se ha topado alguna vez con un lobo con piel de cordero?

Esas personas que te convencen de que lo mejor para ti, casualmente es lo mejor para ellos, hasta que finalmente te encuentras haciendo cosas que realmente no deseabas hacer.
Esas personas que no tienen ningún reparo en pedirte que antepongas sus necesidades a las tuyas “por el bien común” o por cualquier otra estratagema.  Esas personas que después de lograr lo que querían de ti, ni siquiera se muestran agradecidos
Esas personas son manipuladoras, y son muy comunes en nuestra sociedad actual. Dichos sujetos tienen grandes habilidades a la hora de distorsionar tus capacidades, haciendo que dudes de ellas y haciéndote sentir frágil o inferior. Esa distorsión les da fuerza a la hora de llevarte a su terreno y de convencerte de que no eres capaz de hacer algo o de que deberías seguir su consejo ya que a él (ella) todo se le da mejor que a ti.
De la misma manera, su fuerte es la explotación emocional, es decir, el manejo de tus emociones para conseguir que te sientas culpable (por algo que seguramente ni siquiera has hecho) y que por ello accedas a sus peticiones o intereses.
De esta y otras maneras, las personas manipuladoras logran tomar el control y beneficiarse de las víctimas que le rodean de forma consciente y deliberada.



¿CÓMO SON LAS PERSONAS MANIPULADORAS?



Son especialistas en identificar tus debilidades

Todos las tenemos y son su mayor arma para herirte, ya que, si flaqueas en tus convicciones, si hay algo de lo que no te sientas orgulloso, el manipulador lo encontrará y te torturará con ello, dándole mil vueltas hasta convertirlo en un proyectil en tu dirección.

Son implacables a la hora de alcanzar sus objetivos
Eso significa que pasan por encima de quien sea necesario y por supuesto, para ellos “el fin justifica los medios”. Cuando trazan un plan de acción, no les tiembla el juicio para hacer o decir lo necesario, sea cruel, sádico o despiadado, con tal de llegar a donde querían.

Eso sí, casi ni te enterarás gracias a sus brillantes y magistrales interpretaciones, que te harán aplaudir de emoción.

Nunca tienen suficiente

Manipular es sinónimo de poder, y, por lo tanto, siempre quieren tener más, llegar más lejos, conquistar más. Alcanzar nuevos horizontes a costa de los demás.
Cuando ven que sus habilidades les permiten (sin escrúpulos morales) alcanzar metas que por medios propios no podrían, se les llena el corazón de ambición y ansias de más, una adicción que les lleva inevitablemente a la eterna insatisfacción por lo logrado.

La sensación de control

La que se procuran con todo este juego, les hace sentirse superiores al resto de mortales. Ese es un licor que embriaga a la vez que encadena en la búsqueda constante de mantener o mejorar el nivel alcanzado.
Por otro lado, las personas que necesitan sentirse superiores, especialmente a través de pisar a los demás, reflejan un interior podrido y pobre, lleno de carencias e inseguridades que protegen con esa falsa apariencia de poder y control.

¿TODOS LOS MANIPULADORES SIGUEN EL MISMO PATRÓN?



Ya que el arte de la manipulación engloba multitud de actitudes y cualidades, podemos diferenciar varios subtipos de este género:

La pobre víctima

Es un clásico. La persona es una víctima del mundo. Todo le pasa a ella y los demás se aprovechan de forma perenne. Este tipo de manipulador hace que te sientas culpable de sus desgracias y de lo injusta que es la vida con él, hasta que finalmente accedes a sus peticiones por una mezcla de pena y culpa que te embargan.
Después te sientes hastiado y ciertamente decepcionado porque no es lo que tú deseabas, pero de alguna manera ha conseguido convencerte con sus lágrimas de cocodrilo.

El eterno dependiente

Este manipulador juega con tu ego. Hace que te sientas muy superior, el mejor, mientras que él es poca cosa, débil e inútil, y por supuesto, incapaz de hacer cosas que tú sí que puedes hacer… Ahí te ha pillado.

Tu compasión hacia su debilidad sumada a tu ego personal de fortaleza y capacidad te pierden, obligándote sin que te des cuenta a hacer cosas que la otra persona puede hacer, pero que no hará porque se las haces tú. Así se libra de las consecuencias que puedan tener esos actos que te incita a realizar y se evita también el esfuerzo que suponen.




El provocador

Este manipulador juega totalmente al revés. No deja de mostrar tanto su fuerza como su agresividad, de tal modo que prefieres acabar cediendo a tener que enfrentarte a él o generar una disputa. Utilizando esta baza, el manipulador siempre se lleva el gato al agua, consiguiendo “un consenso” a su favor en la inmensa mayoría de los casos, y anulando al resto en su favor.
Los demás, a su vez, cada vez se sienten con menos capacidad de decisión o de convocación, por lo que poco a poco acaban allanándole el camino al macho alfa dominante.

El interpretador

Este sujeto resulta mucho más enrevesado y maquiavélico, ya que extrae las palabras de tu boca, para transformarlas en otra cosa, la cual supuestamente has dicho, pero que va a perjudicarte contundentemente.
Con sus malas artes, al final, acabarás sintiendo remordimientos por haber presuntamente dicho algo inapropiado o por haber herido a alguien con esos imaginados comentarios. También así, modificando levemente tus dichos, haciéndoselos llegar a la persona idónea y tergiversando ligeramente la perspectiva e intencionalidad del contenido, siendo el malo, sin haber tenido siquiera un papel en la función. ¡Bravísimo!

El desprestigiador

Este individuo se siente simplemente perfecto. Una deidad en estado puro. Cada vez que hagas un comentario que pueda aprovechar, va a hacer notar que te has equivocado, va a resaltar tus defectos cuando se le dé oportunidad, y va a ridiculizarte con sus ácidos comentarios hacia tus particularidades. Son los jueces del mundo y si estás en su punto de mira, cierran la sesión a golpe de mazo, sin posibilidad de réplica o defensa.

¿CÓMO DEFENDERNOS DE LAS PERSONAS MANIPULADORAS?
PRIMERO: HACERNOS CONSCIENTES


El primer paso es hacernos conscientes de que nos están manipulando. Existen unos derechos que son inviolables entre los que se encuentran:
  • Derecho a ser tratado con respeto.
  • Derecho a expresar tus sentimientos, opiniones e ideas.
  • Derecho a establecer tus propias prioridades.
  • Derecho a decir NO sin sentirte culpable.
  • Derecho a defenderte de las agresiones externas, sean físicas o emocionales.
Si sientes que cuando te relacionas con algunas personas, no puedes ejercer estos derechos, plantéate que puedes estar siendo manipulado.

SEGUNDO: MANTENER LA DISTANCIA

Aprende a mantener la distancia (emocional) de seguridad. Igual que en la carretera, si estás cerca de personas que puedan dar “frenazos o volantazos” de forma brusca e inesperada y lastimarte con ello, simplemente retrocede y mantente en una distancia adecuada que evite su aproximación estratégica. Nadie puede herirte sin tu consentimiento.

TERCERO: PREGUNTAS CLAVE

Hacer una serie de preguntas clave a tiempo puede salvarte de un manipulador:
– ¿Crees que lo que me pides es razonable o mínimamente justo?
– Según tu… ¿qué tendría que responder?
– ¿Me lo estás pidiendo o solo me lo estás comentado?
Preguntas de esta índole harán plantearse al manipulador que su plan ha sido descubierto y por lo tanto, es posible que busque a otra víctima más sensible a sus encantos.

CUARTO: NO ERES CULPABLE

Si te respondes NO a alguna de las preguntas antes citadas, plantéate que es posible que la víctima no sea el otro, sino que seas tú. De la misma manera no puedes tener la culpa de todo lo que pasa a tu alrededor así que si eso empieza a pasar, averigua qué es lo que está pasando.



QUINTO: TOMARSE EL TIEMPO NECESARIO

Tómate tu tiempo para responder a sus demandas. Ellos suelen jugar con la presión para obtener respuestas inmediatas. No te permiten pensar y la presión hace que finalmente cedas a sus peticiones. Solo hay prisa para amar, para el resto, tómate tu tiempo.

SEXTO: SER FIRME
Se firme en tus afirmaciones. Son grandes expertos en la lectura de tu comunicación no verbal, por lo que, si titubeas o vacilas, lo notarán, aumentando sus esfuerzos a la espera de tu caída.
Así que ya lo sabes, si te encuentras con uno de estos perversos delincuentes de almas y logras reconocerlo, no dudes en utilizar todas las armas de las que ahora SI dispones para reducirlo a  un mero  y vulgar payaso de parque.

Compartido por: