jueves, agosto 31, 2017

¿Cómo Saber si Tienes Ansiedad?

¿Cómo Saber si Tienes Ansiedad? Los 10 Signos Principales  
Saber si tienes ansiedad observando los síntomas es muy importante para poder tratarla adecuadamente. La ansiedad es una de las alteraciones psicológicas más comunes, que se presenta en un mayor número de personas y que cada una de nosotros puede experimentar en algún momento de su vida.
Sin embargo, a menudo puede resultar difícil detectar qué sensaciones responden a un trastorno de ansiedad y cuando se está sufriendo realmente una alteración de este tipo.
¿Cómo se detecta la ansiedad?
Para interpretar adecuadamente la ansiedad como síntoma psicológico primero de todo debemos mencionar que la ansiedad en sí no siempre tiene por qué constituir una alteración mental.
De hecho, la ansiedad se interpreta como un mecanismo de activación mental y física que utilizamos las personas en múltiples ocasiones d nuestra vida.
Las personas podemos experimentar ansiedad cuando tenemos mucho trabajo a realizar en poco tiempo, cuando queremos conseguir un objetivo concreto o cuando estamos estudiando un examen de vital importancia.
De este modo, la ansiedad aparece cada vez que necesitamos activarnos de una forma especial para realizar unas tareas determinadas.
Sin embargo, cuando esta activación aparece en un contexto en el que no existe ningún motivo por el cual deberíamos activarnos más de lo normal para nuestro óptimo funcionamiento aparece lo que se denomina ansiedad patológica.
Así pues, en estos casos las personas sufren una activación anormalmente elevada y experimentan muchas dificultades para revertir la situación, volver a un estado de mayor tranquilidad o conseguir calmarse.
Este hecho pone de manifiesto las dificultades para diferenciar la activación normal o adecuada de nuestro cuerpo con la ansiedad y el estado psicológico que le caracteriza, el cual puede resultar muy molesto y desagradable.
Como hemos dicho, el principal aspecto que nos permite diferenciar un estado del otro es la presencia de un estímulo que motive la sobreactivación de nuestro cuerpo y nuestra mente.
Sin embargo, a menudo los estímulos pueden resultar muy ambiguos, ya que cualquier cosa que pueda motivar un estado de mayor activación en una persona, será siempre interpretado de modo subjetivo.
Esto provoca que la divergencia de opiniones sobre si una persona padece o no ansiedad sea un aspecto más que común en este tipo de alteraciones, y las personas a veces no sepan a ciencia cierta si padecen ansiedad o no.
Así pues, para ayudar a delimitar qué aspectos caracterizan un estado de ansiedad y qué sensaciones experimenta una persona nerviosa, es de vital importancia tener en consideración los siguientes signos.
10 signos para descubrir si tienes ansiedad
1-Problemas para dormir
Posiblemente la principal característica que se presenta en los trastornos de ansiedad son los problemas para dormir.
Con problemas para dormir no se hace referencia a días puntuales en los que sea hace dificultoso conciliar el sueño o días en los que uno se despierta más temprano de lo habitual, sino problemas continuos y reiterados en los intentos de descansar adecuadamente.
Una persona con ansiedad muy seguramente tendrá problemas para conciliar el sueño por la noche a pesar de haber realizado un notable desgaste físico y psicológico durante el día.
Así pues, a pesar de que se pueda sentir cansado o con necesidad de descansar, a una persona ansiosa le suele ser muy complicado dormirse cuando se acuesta en la cama.
Este hecho se explica debido a la sobreactivación tanto física como psíquica que experimenta una persona que un trastorno de ansiedad.
Los individuos ansiosos tiene una mayor activación cerebral en todos los momentos del día y les cuesta mucho desviar la atención de sus pensamientos durante todo el día.
De este modo, cuando están cansados o se van a la cama, les cuesta mucho realizar el simple ejercicio mental de evitar pensamientos extremos para conseguir conciliar el sueño.
Para poder dormir adecuadamente las personas necesitamos un mínimo estado de calma y relajación, por lo que las personas que no consiguen alcanzarlo tiene muchas dificultades para conciliar el sueño.
2-Tensión muscular

Otro aspecto fundamental que caracteriza los estados de nerviosismo es la tensión muscular.
Como venimos remarcando, cuando aparece la ansiedad se produce de inmediato un incremento en la activación de la mente y del cuerpo.
De este modo, los músculos del cuerpo, en vez de estar relajados y con un tono normal durante la mayor parte del tiempo como la mayoría de las personas, estos están en constante tensión.
Para que se entienda mejor pondremos el siguiente ejemplo:
La ansiedad es ese mecanismo cerebral que nos permite poner nuestro cuerpo en marcha antes situaciones que requiere una respuesta rápida y efectiva.
Por ejemplo, si estás en medio del bosque y oyes un ruido amenazador, la ansiedad permitirá que actives tu cuerpo de la forma pertinente para que, en caso de emergencia, puedas responder adecuadamente.
De este modo, una de las principales acciones que realizará tu mente sobre tu cuerpo será tensionar fuertemente los músculos para que estos estén preparados para la acción.
Si este estado de ansiedad se presenta únicamente durante esta situación, los músculos estarán fuertemente tensionados durante un periodo delimitado de tiempo, y en cuento la amenaza desaparezca estos volverán a su tono normal.
Sin embargo, cuando presentas ansiedad patológica, tu mente estará activando tus músculos de forma continua durante todo el día, durante todos los días.
De este modo, si padeces ansiedad tus músculos se irán tensionando cada vez más, serás incapaz de relajarlos y muy probablemente sentirás dolores de espalda o de cervicales.
3-Malestar físico

Debido a los mismos motivos que hemos comentado anteriormente, la ansiedad puede provocar un gran número de dolores o malestares físicos.
Como nuestro cuerpo está permanentemente activado, este no puede relajarse nunca y empezamos a experimentar ciertas sensaciones molestas.
Las sensaciones físicas que se pueden experimentar en la ansiedad pueden ser diversas, sin embargo, la más común suelen ser los típicos “nervios en el estómago“.
Esta sensación se caracteriza por una serie de molestias desagradables en esa parte del cuerpo que se interpretan como sensaciones nerviosas, como si los nervios estuvieran almacenados en el estómago.
Esto se debe a que el intestino es un órgano altamente sensible a las tensiones psicológicas, por lo que experimentamos la permanente activación de esa parte del cuerpo como muy molesta y desagradable.
Así mismo, estas sensaciones nos pueden originar hinchazón, gases, estreñimiento u otros problemas digestivos.
No obstante, “los nervios en el estómago” no son la única molestia física que puede causar la ansiedad.
Palpitaciones, elevación de la frecuencia cardíaca, sudoración, temblores, sensación de ahogo, opresión torácica, inestabilidad, mareos o náuseas pueden ser otros de los síntomas físicos experimentados en la ansiedad.
4-Pensamiento incontrolable

Otra de las características de la ansiedad es la incapacidad de controlar el pensamiento.
Cuando la ansiedad aparece en nuestra mente, esta toma el control de forma total y nos impide detenerlo cuando nos provoca malestar.
Los pensamientos empiezan a surgir sin ningún tipo de control, se deslizan por nuestra mente con total libertad y, a veces, por mucho que lo intentemos no somos capaces de detenerlo.
Así pues, por muy molestos que sean los pensamientos que tengamos y aunque tengamos ganas de que desaparezca, este sigue funcionando como si tuviera vida propia.
Es como si la hemorragia de emociones y sensaciones que provoca la ansiedad tuvieran un mayor control sobre lo que pensamos que nosotros mismos.
De este modo, la tranquilidad se nos presencia como inalcanzable, ya que sólo somos capaces de prestar atención a nuestros pensamientos, los cuales incrementan e incrementan nuestro estado de ansiedad.
5-Preocupación excesiva
Así mismo, los pensamientos incontrolables descritos en el apartado anterior no suelen poseer un contenido agradable y optimista.
Más bien todo lo contrario, suelen centrarse en aspectos que nos provocan mucha preocupación y aumentan nuestra sensación de ansiedad y nerviosismo.
De este modo, las preocupaciones aparecen en la mente sin ningún tipo de control, y estas se van haciendo cada vez más grandes, confeccionando un bucle sin fin con nuestras sensaciones físicas de ansiedad.
6-Miedos irracionales

En algunos casos, las preocupaciones excesivas pueden convertirse en miedos totalmente irracionales hacia distintos aspectos.
Estos problemas de ansiedad son los que se conocen como fobias, y se caracterizan por temer de forma excesiva y sin ningún tipo de motivo algún aspecto concreto.
Estos miedos irracionales pueden aparecer ante cualquier elemento (serpientes, arañas, alturas, sangre, etc.) o situaciones (al conducir, al relacionarte con otra gente, al estar solo, etc.).
Así mismo, la persona que los padece es capaz de interpretarlos como irracionales pero a pesar de ser consciente de que no tiene sentido tener un miedo tan extremo, es incapaz de extinguirlo y/o reducirlo.
Otra vez más estamos ante la incontrolabilidad del pensamiento, este empieza a producir contenido altamente ansioso y desagradable, y por muchos esfuerzos que se realicen siempre parecen ganar la partida.
7-Perfeccionismo

Uno de los rasgos más comunes de las personas que padecen ansiedad es el perfeccionismo y la necesidad de realizar las cosas de la mejor manera posible.
En este caso, el perfeccionismo en si no es un signo que demuestre la apariencia de la ansiedad pero sí que puede explicar en muchas ocasiones el origen y el mantenimiento de este tipo de alteraciones.
Las personas perfeccionistas tendrán una mayor motivación para realizar adecuadamente las cosas pero a su vez tendrán una menor sensación de control al percibir la imperfección de muchas de los elementos que les rodean.
De este modo, una persona muy perfeccionista puede experimentar elevados estados de ansiedad por aspectos que pasarían desapercibidos para otras personas que no se centren tanto en los detalles.
8-Sensación de inseguridad
La inseguridad es un síntoma común en la mayoría de trastornos de ansiedad.
Este signos se caracteriza por el surgimiento de una sensación determinada en la que se experimentan sentimientos de incontrolabilidad, dificultad para reconocer lo adecuado y ausencia de estímulos que reafirmen el dominio de las cosas.
De hecho, muchos trastornos de ansiedad pueden originarse en la ausencia de control de aspectos que se constituyen como vitales para una persona.
¿Mi puesto de trabajo me garantiza un futuro laboral estable? ¿Conseguiré mejorar la relación con mi pareja y casarme con ella? ¿Elegí bien los estudios que realice y me garantizarán encontrar trabajo?.
Aspectos como estos pueden generar un sensación de falta de control en la persona que se experimente con elevados estados y emociones de ansiedad.
En estos casos, el eje central de la ansiedad puede ser esta ausencia de seguridad y la necesidad de estar activado constantemente al realizar intentos en vano de conseguir un mayor control de la situación.
9-Dificultad para concentrarse

Cuando se está ansioso o extremadamente nervioso, concentrarse y pensar con claridad suele presentarse como una tarea altamente complicada.
El motivo es que para concentrarse adecuadamente se requiere una cantidad notable de energía y una dirección total de nuestra atención hacia un estímulo concreto.
Sin embargo, una persona ansiosa tendrá su mente en constante funcionamiento, invirtiendo altos niveles de energía en mantener los pensamientos permanentes que definen su estado de ansiedad.
De este modo, cuando la persona se dispone a cambiar su foco de atención y no hacer caso a sus pensamientos para poder concentrarse en cualquier tarea, su cerebro suele no hacerle caso.
Para la mente de un persona con ansiedad, los pensamientos ansiosos que alberga en su interior parecen ser mucho más importantes que cualquier otro aspecto, de este modo, hacerle cambiar de opinión y conseguir que se concentre en otras cosas suele resultar complicado.
10-Inquietud o impaciencia

Finalmente, el último signo que caracteriza la ansiedad y que resulta muy útil para detectar este tipo de estados es la inquietud o impaciencia.
Las personas nerviosas suelen tener muchas dificultades para tranquilizarse por lo que su cuerpo estará permanente activad e inquieto.
Así mismo, este estado de sobreactivación provocará que la persona se presente altamente impaciente ante cualquier cosa.
El organismo de una persona con ansiedad va más acelerado que el resto, por lo que espera que las cosas funcionen a la misma velocidad que él. Cuando esto no sucede, los sentimientos y los pensamientos de impaciencia aparecen al instante.
¿Y tú qué otros síntomas de la ansiedad tienes?

martes, agosto 29, 2017

MINI TEST DEL ESTRÉS

Mini test del estrés 

Dedícale cinco minutos a este sencillo test que te puede ayudar a conocer mejor tu nivel de estrés.
Ten en cuenta que estamos hablando de un cuestionario muy previo y meramente orientativo, pero en cualquier caso si ya contestando a estas preguntas descubres que tienes unos niveles importantes de riesgo, deberías empezar a pensar en tomar medidas…ya sabes, ¡mejor prevenir que curar!

Contesta pensando en tus sensaciones durante las últimas dos semanas como máximo y gradúa tu respuesta del siguiente modo:
§       0- Nada en absoluto
§       1- De vez en cuando
§       2- Dos a tres veces por semana
§       3- A diario
§       4- De manera continua
Te ponemos las preguntas en forma de tabla, por si quisieras imprimirla:
Sientes taquicardias o palpitaciones
Sufres dolor de cabeza
Tienes problemas gastrointestinales
Fumas
Presentas falta o exceso de apetito
Tienes dolor de espalda
Duermes mal o de manera irregular
Te sientes irascible, irritad@
Notas dificultades de concentración
Tienes sensación de pérdida de control

Recuerda, anota tu sensación o la frecuencia con que notes estos síntomas en las dos últimas semanas y revisa tus resultados….

Resultados:
§        0-10: Enhorabuena, tienes el estrés controlado o al menos no te afecta en tu vida diaria. Pero recuerda, no bajes la guardia…
§       11-24: Empiezas a tener un problema…Conviene que empieces a plantearte que debes cambiar algo en tu estilo de vida, porque el estrés comienza a ganarte la batalla…
§       Más de 24: Alerta roja. Estás en zona de riesgo. Deberías controlar tu estrés YA.


¿Cómo estás? Si no tienes estrés, enhorabuena; si crees que algo está fallando… no esperes más, empieza a tomar medidas hoy mismo, comienza a cambiar tu vida y recupera el control. 


lunes, agosto 28, 2017

Señales que demuestran que estás demasiado estresado

Señales que demuestran que estás demasiado estresado 


Generalmente lidiamos con tantas cosas en nuestro día a día que es muy común sufrir estrés. Y como no padecerlo si los problemas parecen no terminar nunca, personales, laborales, la familia, el hogar, etcétera, un conjunto que termina por abrumarnos y hacen que este siempre esté presente en nuestras vidas.
1-48Aunque lo dudemos, el estrés puede traernos muchas enfermedades, no sólo nos referimos al cansancio y dolores musculares, también nuestras defensas bajan y nuestro sistema inmune se debilita. ¿Ya lo sabías?
Cuando ya estamos padeciendo alguna enfermedad ignoramos la causa, pero muchas veces la principal puede ser el estrés pues este suele ser asintomático y no nos damos cuenta de lo mal que estamos hasta que caemos muy enfermos.
Signos de que estás excesivamente estresado:
  1. No logras sacar de tu mente los problemas:
Entre más pienses en aquellos problemas que nos has podido resolver, mayor será tu estrés y más propenso estarás a enfermedades. Trata de relajarte un poco y despejar tu mente, pues de lo contrario el agotamiento físico y mental se apoderará de ti.
  1. Cada vez tienes menos paciencia:
Cuando todo parece irritarnos y la paciencia parece estar escondida, es un síntoma que el estrés te está consumiendo, ¡ojo!
  1. Tu peso comienza a descontrolarse:
Con el estrés podemos tener dos reacciones: dejar de comer o comer en exceso. Esto termina ocasionando que perdamos peso o que subamos considerablemente. No olvides que el estrés ocasiona la pérdida de células de oxígeno.
  1. Ni que decir de tu humor, ¡pésimo!:
Cuando sufrimos de estrés, es muy común que nuestro humor varíe mucho, de un estado feliz podemos pasar a uno triste y de repente explotar de rabia, ¡cuidado con los que están a tu alrededor!
  1. Pérdida de la libido:
El estrés hace que nuestra libido disminuya de manera considerable, pues sentimos que el agotamiento nos derrota, sin embargo, irónicamente el acto sexual es una gran solución para liberarnos del estrés.
  1. No te es fácil dormir:
Si permites que la tensión se apodere de tu vida y los problemas de tu mente, te será muy difícil poder conciliar el sueño y si lo logras, sentirás que no dormiste bien ni descansaste. Además de ser el insomnio uno de los síntomas más comunes de que sufres de estrés.
  1. Perdida del cabello:
Es muy común que en tus días de estrés el cabello comience a caerse. Pero ¡cuidado! Pues expertos revelan que cuando es así, aproximadamente 100 cabellos son los que se caen por día, no querrás terminar calvo(a) ¿verdad?
  1. Tu cuerpo se convierte en un caos:
El estrés va acompañado de ansiedad. Siempre sentirás la necesidad de hacer algo aunque te sientas agotado y finalmente no harás nada, pues querrás hacer todo al mismo tiempo. El estrés va acompañado de ansiedad. Siempre sentirás la necesidad de hacer algo aunque te sientas agotado y finalmente no harás nada, pues querrás hacer todo al mismo tiempo.
El estrés se manifiesta de muchas formas, como por ejemplo a través de: músculos tensos, problemas estomacales (diarrea o estreñimiento), tensiones excesivas, artritis, los dolores de cabeza, entre muchos otros.
Lo mejor que podemos hacer es tratar de vivir más relajados, ser más organizados con nuestras ocupaciones y darle prioridad a nuestra salud. No olvides consentirte de vez en cuando, tu cuerpo también merece un descanso, opta por un masaje, asistir a un spa, salir de vacaciones o simplemente tomarte un día para dormir todo lo que te plazca, la idea es salir de la rutina y olvidarte del estrés. ¡Cuídate

sábado, agosto 26, 2017

ESTRÉS FINANCIERO

ESTRÉS FINANCIERO 
Tener calma es el primer paso para encontrar una salida a la angustia que genera no poder cancelar a tiempo lo que se debe.
Desde que Camelia, de 40 años, no pudo cancelar como acostumbraba sus cuentas por pagar, empezó a experimentar lo que actualmente muchas personas sufren: estrés por deudas.
Cuando suena el teléfono en su casa, ella se aterra y automáticamente le duele el estómago y la cabeza, porque piensa que son los acreedores que la están llamando. “Nunca me ha gustado deber, pero como me quitaron las horas extras en mi trabajo, esto me causó un desbalance financiero”.
Camelia ha buscado formas de pagar lo que debe, pero no ha podido. Cambiarse de trabajo, dice, sería peor, porque al menos en la empresa donde labora tiene estabilidad. “Lo único que puedo hacer es trabajar para ir pagando poco a poco mis deudas, aunque me tome dos o tres años. Sin embargo, no tengo vida, no me puedo comprar nada y si de diversión se trata, menos”.
Juan Carlos, en cambio, a sus 52 años, dice que ya nada le afecta. Al principio experimentaba mucho estrés a causa de sus deudas, como presión en el pecho, falta de sueño y mal humor, e incluso creía que su vida iba de mal en peor, hasta que encontró una solución.
“A mis tarjetas de crédito le puse seguro de desgravamen por si me muero, al menos las deudas no le quedarán a mi esposa y a mi hijos. Pero eso no significa que sea irresponsable y no las esté pagando, solo que ahora estoy un poquito más relajado”.
Origen del estrés
Para la psiquiatra Julieta Sagnay, directora de la Clínica de la Conducta, el origen del estrés se encuentra en el cerebro, que es el responsable de reconocer y responder de distintas formas a los estresores. “Es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante”.
En realidad, agrega, el estrés es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia y bajo determinadas circunstancias puede desencadenar problemas graves de salud como, por ejemplo, mala memoria, alteraciones en el ánimo, falta de concentración; y en las mujeres, puede producir cambios hormonales, infertilidad, obesidad, sobrepeso, pérdida del cabello, depresión, reducción del deseo sexual, insomnio, enfermedades cardiacas, úlceras gástricas, entre otros síntomas.
Incluso, el estrés crónico también está relacionado con los trastornos de ansiedad y provoca inmunodepresión. Por ende, explica la psiquiatra, las consecuencias terminan siendo fisiológicas, psicológicas y conductuales.
Los llamados estresores o factores estresantes, menciona, son las situaciones desencadenantes del estrés y pueden ser cualquier estímulo, externo o interno (tanto físico, químico, como sociocultural), que, de manera directa o indirecta, propicie la desestabilización en el equilibrio dinámico del organismo. Entre esos se encuentran las percepciones de amenaza, enfermedades, adicciones, problemas económicos, frustraciones, relaciones sociales complicadas o fallidas, entre otras.
“Cuando las deudas o factores económicos generan estrés, le damos un valor psicológico. Es decir que nos calificamos de acuerdo con la cantidad que tenemos o que queremos tener, creemos que cuando tenemos mucho dinero tenemos poder, somos valiosos, importantes, la gente nos quiere o nos toma en cuenta, somos exitosos, entre otros. Por lo tanto, creemos que el dinero es el que nos da nuestro bienestar y felicidad y si no lo tenemos, pensamos que es todo lo contrario”.
Deudas por dinero
Según el psicólogo clínico Jorge Tello, el dinero y el trabajo son los motivos que más estrés producen, ya sea por su abundancia o carencia. Quienes tienen mucho dinero viven preocupados por adquirir más o por no perder lo que tienen; y si no lo poseen, viven preocupados por conseguirlo.
Con el trabajo, en cambio, muchos están preocupados porque laboran más de la cuenta, mientras que otros, porque no tienen empleo. “En ambos casos, el entorno social y familiar se ven involucrados.
Entonces, explica Tello, experimentar estrés por no tener dinero, por falta de trabajo, por deudas adquiridas o por malos negocios, entre otros, afecta la cotidianidad de una persona y la de su entorno familiar.
Por eso, cuando se tienen deudas estas producen preocupación, que al ser mal manejada origina angustia, y si esta a su vez, al no poder cubrir lo que se debe, aumenta, provoca –en algunas personas– situaciones de pánico.
El endeudado, agrega, no alcanza a visualizar una salida. Se siente atado de manos, además responsable o culpable por los cambios que van a producirse en su vida, si no logra cubrir las deudas.
Generalmente, dice, el continuo estrés por deudas no resueltas es el factor desencadenante de la depresión. Cuando una persona está angustiada continuamente no tiene tranquilidad, no descansa, no puede dormir, pierde el apetito y tiende a aislarse.
“Por ello, si alguien con deuda siente que ha llegado el momento en que no puede manejar su angustia, debe darse cuenta de que es tiempo de buscar ayuda de una persona especializada”.
Buscar una salida
Tello recomienda a las personas que están agobiadas por las deudas y no alcanzan a ver una salida, lo primero, no perder la calma. Luego realizar un plan para buscar maneras de pagar las deudas, ya sea haciendo recortes en el presupuesto, cambios en el nivel de vida y, en algunos casos, los hijos deberán cambiarse a estudiar en una institución fiscal o en una privada menos costosa.
También, añade, se pueden modificar los lugares habituales de esparcimiento. “Hay muchas posibilidades que la mayoría de personas no las vieron mientras no estaban agobiadas por las deudas. Incluso, realizar ejercicio físico ayuda a desestresarse”.
Su última recomendación, va dirigida a los familiares, ya que deben aprender a aceptar la situación y a ayudar a la persona deudora a no desalentarse. Deben mostrarle que están con ella en las buenas y en las malas. No recriminarle ni hacerla sentir más culpable de lo que se siente ya por las deudas adquiridas. 
RECOMENDACIONES CLAVES

Si su situación económica le provoca estrés, la psiquiatra Julieta Sagnay sugiere:

• Hacer un presupuesto, distinguiendo entre lo indispensable, lo necesario, lo importante y lo prescindible.
• Evitar caer en la negatividad. Esto puede generar altos niveles de ansiedad y llevarlo a tomar decisiones incorrectas.
• Evitar la tendencia a reaccionar exageradamente o a caer en la pasividad.
• Considerar iniciar un tratamiento psicofarmacológico para mejorar los síntomas. El apoyo profesional puede ayudar a manejar el estrés y cambiar los comportamientos nocivos que lo generan.
La Asociación Americana de Psicología también ofrece las siguientes recomendaciones para manejar su estrés relacionado con el dinero:
• Evaluar su situación financiera y las causas de su estrés.
• Tomar apuntes sobre las diferentes formas en que usted y su familia pueden reducir los gastos o manejar sus finanzas con más eficiencia.
• Si tiene problemas pagando las cuentas o manteniendo el control de sus deudas, buscar ayuda llamando a su banco, a la compañía de servicios públicos o de su tarjeta de crédito.
• Identificar las maneras cómo maneja el estrés relacionado con el dinero. Mucha gente es más propensa a tratar de aliviar el estrés con ayuda de actividades nocivas, como fumar, beber alcohol, apostar dinero o comer en gran cantidad.

jueves, agosto 24, 2017

LA ANSIEDAD EN LA SOCIEDAD



La ansiedad generalizada en la sociedad actual


Sin lugar a dudas, los hábitos de las personas han ido cambiando y se fueron adaptando a la vida agitada y repleta de actividades que hoy existen. Lamentablemente, este estilo de vida genera a corto o mediano plazo, trastornos como la ansiedad que requieren de atención profesional para poder combatirla. La ansiedad generalizada es un trastorno frecuente en el mundo que vivimos y puede provocar otro tipo de alteraciones si no es detectada a tiempo.
El síntoma fundamental es la ansiedad, que es persistente en el tiempo (dura más de 6 meses) y generalizada, sobre una amplia gama de acontecimientos o actividades (como el rendimiento laboral o escolar), no estando restringida a una situación en particular como en las fobias ni presentándose exclusivamente en forma de crisis, como en el caso de las Crisis de Pánico. El estado de ansiedad es casi permanente, oscilando levemente durante el transcurso del día y afectando la calidad del sueño.
La ansiedad esta asociada muy frecuentemente a preocupaciones excesivas (llamada expectación aprensiva). Por ejemplo: miedo a que algún familiar cercano o la misma persona que sufre este trastorno puedan tener un accidente, enfermarse o morir. A la persona le resulta difícil controlar este estado de constante preocupación.
La ansiedad y preocupación se asocian a 3 o más de los siguientes síntomas:
  • Nerviosismo, inquietud o impaciencia
  • Fatigabilidad (cansancio) fácil
  • Dificultad para concentrarse o poner la mente en blanco
  • Irritabilidad
  • Tensión muscular, temblor, cefalea (dolor de cabeza), movimiento de las piernas e incapacidad para relajarse
  • Alteraciones del sueño: dificultad para conciliar, mantener el sueño o sensación al despertarse de no haber descansado bien (sueño no reparador)
  • Sudoración, palpitaciones o taquicardia, problemas gastrointestinales, sequedad de boca, mareos, hiperventilación (aumento del número de respiraciones por minuto)
La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos provocan un malestar significativo o deterioro en las relaciones familiares, sociales, laborales o de otras áreas importantes de la actividad de la persona.
Los síntomas de ansiedad en el Trastorno de Ansiedad Generalizada son constantes a diferencia de lo que ocurre en el Trastorno de Pánico donde la ansiedad-pánico aparece en forma paroxística tomando la forma de una Crisis de Pánico. La Crisis de Pánico no suele durar más de 30 minutos pero deja a quien la padece con mucho temor a presentar una nueva crisis. Este “miedo al miedo” se lo denomina “Ansiedad Anticipatoria” y puede confundírselo con un Trastorno de Ansiedad Generalizada.
Es importante además descartar que los síntomas de ansiedad no sean debidos a la ingesta de algún tipo de sustancia ansiogénica: cafeína, anfetaminas o a una enfermedad médica (hipertiroidismo por ej.). Existen muchas causas que pueden provocar ansiedad en forma secundaria, mayor información al respecto se encuentra disponible en la página Ansiedad Secundaria. Asimismo los Trastornos Depresivos se asocian con mucha frecuencia a ansiedad. Es muy importante realizar un correcto “Diagnóstico Diferencial” para poder arribar a un diagnóstico acertado de lo que le ocurre a quien se encuentra padeciendo un cuadro de ansiedad. La principal causa de fracaso terapéutico es la falta de diagnóstico o un diagnóstico incorrecto.
El Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) es mucho más de lo que una persona normal con ansiedad experimenta en su vida diaria. Son preocupación y tensión crónicas aún cuando nada parece provocarlas. El padecer este trastorno significa anticipar siempre un desastre, frecuentemente preocupándose excesivamente por la salud, el dinero, la familia o el trabajo. Sin embargo, a veces, la raíz de la preocupación es difícil de localizar. El simple hecho de pensar en afrontar el día puede provocar ansiedad.
Original tomado de : https://www.todosobrelaansiedad.com/1813/