5 maneras
de mejorar nuestro lenguaje gestual y corporal
Una serie de pautas para
potenciar esta forma de expresión desde casa a través del entrenamiento.
El lenguaje gestual y corporal es parte
de nuestra herencia recibida a través de nuestros antepasados, y por ende
también es parte de nuestro subconciente.
Nuestros movimientos musculares hablan por nosotros
de forma independiente a la expresión verbal. Si bien es cierto que los gestos
y movimientos suelen acompañar a nuestras palabras, en el momento en que el
consciente decide mentir esta paridad se disuelve, pues nuestro yo más profundo
es incapaz de dar falsas señales, a no ser que esté, además de dando una
información falsa, creyéndola cierta.
Desde su nacimiento hasta los tres años, el
niño se expresa casi en su totalidad mediante movimientos y gestos en
parte innatos y en parte aprendidos por imitación. Con su avance en la
capacidad de hablar, la gestualización pasa a un segundo plano; es en este
momento cuando el niño adquiere también la capacidad de mentir, como parte de
su desarrollo a partir de la imaginación, todo lo cual le conduce a la
construcción del juego que le servirá como entrenamiento ante la vida
real.
Sin embargo, el lenguaje corporal fue
aprendido previamente a la mentira, por lo que los gestos estarán siempre
asociados al subconsciente y a la verdad.
La importancia de mejorar el
lenguaje gestual y corporal
Entre un 60 y un 70% de nuestra comunicación se
realiza a través del lenguaje corporal: gestos, apariencia, postura,
mirada y expresión. Incluso a nivel inconsciente, captamos toda esta
información y la transformamos en significado, razón por la cual algunas
personas nos parecen más o menos dignas de confianza, en función a la cantidad
de incongruencias que hayamos detectado durante la conversación.
No necesariamente captamos toda la información,
depende de la atención que estemos prestando. Si conocemos además los
mecanismos del lenguaje gestual, podemos interpretarlo a nivel consciente
los mensajes como si de un idioma se tratase. Obvia decir que funciona en ambas
direcciones, y, si aprendemos a interpretarlos, podemos también aprender a
transmitir nuestros pensamientos a través de los gestos de todo nuestro cuerpo,
potenciando así la calidad del mensaje emitido y asegurándonos una mayor
empatía por parte del receptor.
Estudiar nuestra expresión corporal nos
permite observar nuestro aparato psicomotriz y borrar la expresión
habitual, en gran medida reglada e incluso autoimpuesta, y nos permite
encontrar un lenguaje propio para la comunicación con los demás.
Potenciar la libre expresión del cuerpo nos ayuda,
además, a optimizar la inteligencia computacional. Desde los primeros contactos
con su madre, el niño, a falta de palabras y símbolos en que apoyarse, imprime
sus sensaciones físicas y emocionales en la memoria corporal, que registra
y conserva toda esta información en el motor motriz del subconsciente.
Mediante
la expresión corporal podemos acceder a esta memoria, reconociendo los
registros para neutralizarlos y evitar así movimientos automáticos que pueden
dar una información errónea e inadecuada en determinadas situaciones.
Potenciando el lenguaje gestual
¿Cómo lo hacemos? Lo idóneo, sin duda, sobre todo
por el componente lúdico, es acudir para ello a talleres de clown, teatro,
danza… sin embargo, con la ayuda de un simple espejo podemos realizarlo sin
dificultad en nuestra casa siguiendo estas simples pautas:
1. Controlando nuestros gestos
El gesto es el movimiento corporal propio de las
articulaciones, principalmente de los movimientos corporales realizados
con las manos, brazos y cabeza. Antes de movernos, visualizaremos el movimiento
con los ojos cerrados y decidiremos si es o no el adecuado para lo que deseamos
expresar.
2. Relacionándonos con los
objetos
Un tenedor o un bolígrafo pueden tomarse de muchas
maneras diferentes… observémonos, ensayemos el movimiento, convirtamos en
nuestros los objetos.
3. Aprendiendo a relacionarnos
con otros cuerpos
Reaccionar de forma controlada y consciente a lo
que nos provocan el resto de expresiones a nuestro alrededor resulta muy
útil en este sentido.
4. Relacionándonos con el
espacio
Consiste en observar las dimensiones del espacio,
los sonidos que hay a nuestro alrededor, los aromas, las sensaciones que nos
produce el entorno. Esto hará que nos desplacemos por él con mayor seguridad.
5. Aprendiendo a respirar
Realizamos ejercicios de respiración de forma
regular hasta que logramos adaptar de modo natural su ritmo al que
requiera nuestro cuerpo; de este modo lograrás moverte de forma orgánica e
integrada en el entorno.
Ejercitar la expresión libre nos
otorga la consciencia de que tenemos una herramienta única y sumamente útil
para la comunicación: nuestro cuerpo.
Original tomado de: https://psicologiaymente.net/social/mejorar-lenguaje-gestual