LA ENVIDIA
Una persona envidiosa vive
en un estado permanente de insatisfacción y queja. La envidia es una emoción
negativa y autodestructiva que hace que alguien desee tener lo que otro tiene,
o encontrarse en la misma situación que otro.
¿Por qué una persona siente
envidia? Porque alberga en su mente la creencia equivocada de que nunca será
capaz de tener lo que los demás tienen y disfrutan.
Aquel que envidia no solo se
lastima a sí mismo, sino que además se desenfoca de sus propias metas y sueños,
por estar todo el tiempo pendiente de lo ajeno. Así, lentamente y sin darse
cuenta, se va destruyendo interiormente con sentimientos como el dolor, el
enojo y la tristeza al alimentar la idea de que jamás logrará lo otros
lograron.
¿Qué cosas son objeto de envidia?
Por lo general, se envidia el éxito de una persona. Nadie siente envidia de
alguien que sufre o que fracasó en la vida. Se puede envidiar un auto último
modelo, una hermosa casa, una salud de hierro, un cuerpo escultural, una pareja
que atrae todas las miradas, determinada suma de dinero en el banco, un
excelente puesto laboral, una familia modelo, y todo aquello que conduzca a
concentrarse en lo que uno no tiene y cree que necesita para ser feliz.
Estos son algunos rasgos del
envidioso:
- Aunque demuestre lo
contrario, suele tener una estima pobre y lastimada. Esta es la razón por la
que no puede visualizarse alcanzando sus propios sueños y siendo protagonista
de su vida.
- Pasa mucho tiempo opinando y juzgando a los demás, en lugar de concentrarse en sus propios asuntos y buscar mejores oportunidades.
- Su objetivo siempre será perseguir a aquel que envidia y hará uso de dos de sus armas predilectas: la descalificación y la calumnia.
- Pasa mucho tiempo opinando y juzgando a los demás, en lugar de concentrarse en sus propios asuntos y buscar mejores oportunidades.
- Su objetivo siempre será perseguir a aquel que envidia y hará uso de dos de sus armas predilectas: la descalificación y la calumnia.
A continuación, te propongo
un test para descubrir si la envidia está tocando a tu puerta:
- ¿A menudo pensás que los
demás no reconocen cuánto valés?
- En la vida social, ¿te agrada ser el centro de atención?
- ¿Te sentís mal si un amigo te cuenta que lo ascendieron en el trabajo y ganará más que vos?
- ¿Te cuesta felicitar a la gente por sus logros?
- ¿Solés criticar a las personas a tu alrededor?
- ¿Te alegra saber que alguien exitoso ha caído en desgracia?
- ¿Te sentís mal cuando te dan el mismo tratamiento que a los demás?
- ¿Te produce incomodidad que se hable muy bien de alguien en tu presencia?
- En la vida social, ¿te agrada ser el centro de atención?
- ¿Te sentís mal si un amigo te cuenta que lo ascendieron en el trabajo y ganará más que vos?
- ¿Te cuesta felicitar a la gente por sus logros?
- ¿Solés criticar a las personas a tu alrededor?
- ¿Te alegra saber que alguien exitoso ha caído en desgracia?
- ¿Te sentís mal cuando te dan el mismo tratamiento que a los demás?
- ¿Te produce incomodidad que se hable muy bien de alguien en tu presencia?
Tres respuestas positivas
son un indicador de que deberías revisar si hay envidia en tu vida... un
ejercicio sano consiste en ver qué es lo que el otro hizo para lograr en su
vida todo lo que yo no logré en la mía.
La envidia no conoce de
sexo, ni de raza, ni de clase social. Si bien las mujeres parecen gozar de más
libertad que los varones a la hora de expresar lo que sienten y piensan, tanto
ellas como ellos la padecen.
Aunque tal vez los hombres
envidien por lo bajo, de manera oculta, y el objeto de su envidia difiera del
de las mujeres.
¿Existe tal cosa como la
envidia sana? En realidad, no. El envidioso es una persona incapaz de aceptar y
celebrar los triunfos ajenos, sufre por aquello que el otro tiene, y enfrenta
la vida con un sentimiento continuo de infelicidad, frustración y descontento.
Lo cierto es que aquellos
que hoy gozan de un lugar de privilegio, sea en el ámbito que sea, han sido
perseverantes y se han esforzado para alcanzar sus metas. En general, son
personas que buscan constantemente superarse a sí mismos y mejorar con cada año
que pasa, tal vez dedicando tiempo a sanarse interiormente y remover todo
obstáculo en su camino o derribar toda puerta cerrada. Alguien con esta actitud
jamás se detiene hasta lograr su cometido y cumplir su propósito en la vida.
Sabe que las limitaciones solo están en la mente y que nadie puede robarle nada
de lo que le pertenece. Y, sobre todo, es consciente de que la felicidad
depende exclusivamente de él y de nadie más y que el éxito está siempre a la
vuelta de la esquina.
Busquemos crecer a diario,
sin competir con nadie ni compararnos con los demás.
No envidiemos. Admiremos a
aquellos que no se detienen en la vida sino que, por el contrario, avanzan a
cada paso. Que cada logro ajeno sea para nosotros un motivo de inspiración y no
de envidia, pues esta emoción no solamente produce amargura de carácter, sino
que además puede enfermar nuestro cuerpo físico. Enfoquémonos en nuestros
propios proyectos y planes y no habrá nada ni nadie que nos pueda detener o
limitar.
El tema no se agota aquí, ya
que la personalidad humana responde a múltiples factores que le brindan
diversas formas y características. El nuestro es solo un aporte más que
pretende resultar útil a la hora de reflexionar sobre cuestiones tan complejas
como cotidianas.
¿Alguna vez te cruzaste con
alguien envidioso? ¿Cuál fue tu reacción ante esa persona?