La esperanza
A veces, parece que ésta se ha marchado para no volver y nos
ha quedado abandonados. Por ello, ¿qué podemos hacer para conseguir lo que
queremos?
Recuperar la esperanza no es tarea fácil, por
eso muchísimas personas caen cada vez más en estados depresivos o de desánimo
continuo.
“Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a
brillar entre las nubes”
Ante esta situación de desesperanza,
tienes dos caminos:
1- Hundirte, pensar negativo, machacarte y pensar que jamás
conseguirás lo que quieres.
¿Qué obtendrás con esto? Desánimo, autodestrucción,
estancamiento y si la mente no está bien, tampoco estará bien tu cuerpo.
Además, con un estado de desánimo continuo podemos enfermar.
2- Aceptar la situación. En vez de hundirte con
pensamientos negativos, puedes poner todo el centro de atención en las
soluciones y los pasos que tienes que dar para profundizar en el
camino que quieres. Reflexionar sobre si lo que estás haciendo es suficiente o
tienes que cambiar de estrategia.
¿Qué obtendrás con esto? Esperanza, porque la
esperanza sólo aparece cuando pensamos que podemos conseguir lo que queremos, por
lo tanto, si estás centrado en encontrar soluciones y
en ponerte en marcha con nuevas acciones, estarás yendo en la dirección que te
lleve a tu objetivo.
Recuerda que cuando hay alguna frustración o algún
problema, tendemos a ver las cosas tres veces más negativas de lo que
son.
Es algo automático, sentirás tu situación desde una visión
menos realista que si estuvieras en un buen estado emocional, si eres
consciente de esto puedes pararlo.
Si tu estado de ánimo no está bien, no estás en buenas
condiciones para pensar de una manera realista y eficiente.
Pero, ¿cómo recuperar la esperanza?
A continuación unos puntos para que reflexiones:
Asegúrate de no centrar toda tu felicidad en un solo aspecto
Normalmente los que creen que su vida sólo merece la pena si
consiguen algo en especial, son los que más riesgo tienen de caer en el
desánimo.
En la vida hay muchísimas cosas buenas, cuantas más
puertas abiertas tengas, más fácil te resultará estar motivado.
Imagina la diferencia entre una persona que sólo tiene una
puerta abierta y otra que tiene 20 abiertas. La que tiene solo una, si un día
se cierra se quedará sin nada. En cambio la que tiene 20, aunque se le cierren
4 o 5, dispone de muchas más. Las puertas pueden ser personas, actividades,
hobbies, amistades, valores, etc...
Aferrarse a una sola cosa es peligroso, porque sin eso nos
sentimos desgraciados. Hay demasiadas opciones en la vida
como para aferrarse a sólo una, abre tu mente y expándete.
Haz una lista de las cosas de las que disfrutas en tu vida y si
son escasas, aumenta tus actividades y descubre nuevos hobbies.
Si tienes pocas amistades o no estás satisfecho con las que
tienes, conoce a nuevas personas. Ni siquiera las personas
somos irremplazables, siempre hay infinidad de opciones y gente de todo tipo.
El típico pensamiento de: “nunca conoceré a alguien igual”,
es totalmente erróneo, existe y existirán personas que encajen en tu vida.
Cuando has perdido a alguien de quien te habías encariñado,
es lógico que se te pase por la cabeza que no volverás a conocer a alguien
igual, pero si te pones en marcha de una manera eficiente, puedes descubrir
personas del perfil que te guste, incluso mejor de lo que habías conocido en
el pasado.
Las posibilidades son infinitas, pero siempre desde la
acción, las cosas raramente vienen solas.
La solución puede estar muy cerca, dentro de ti
¿Cómo recuperar la esperanza? Con altas dosis de
positividad. Este sería el punto clave, sé que suena a tópico, pero no
existe otro remedio milagroso que lo pueda conseguir.
Si tus emociones están bien podrás estar esperanzado, las emociones van en
función de tus pensamientos, así que la única manera de mejorar tu estado de
ánimo es a través de buenos pensamientos.
Te preguntarás: ¿Cómo puedo mantenerme positivo si las cosas
me van mal y estoy lejos de lo que quiero en mi vida?
Aprende de lo que no funciona, y en vez de utilizar
pensamientos como: “soy un desastre”, “no tiene solución”, “nunca conseguiré
nada”, etc… Usa la mente para impulsarte en vez de para hundirte.
Una buena manera sería utilizar nuestras capacidades para
buscar nuevos caminos y soluciones, es necesario no quedarse quieto.
La diferencia entre las personas que se hunden ante
los problemas y
las que cogen más fuerza para seguir adelante, está claramente en la forma de
pensar, en el centro de sus pensamientos.
Mientras hay lamentos, negatividades y autodestrucción, no
hay cabida para seguir adelante, en cambio, cuando la mente está ocupada buscando
soluciones para analizar lo que no funciona y poner en marcha nuevas
estrategias, tomarás el camino que solucionará tus problemas.
No dejes que nada te detenga, recuerda que hasta
el agua que parece débil, gota a gota, acaba erosionando una piedra
Orignal tomado de : https://lamenteesmaravillosa.com/como-recuperar-la-esperanza/
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