Cómo influyen en los hijos los distintos estilos de crianza
La mayoría de los padres ni siquiera están
enterados de que hay diferente estilos de crianza, simplemente hacen lo mejor
que pueden en base a lo que han aprendido por experiencia propia y teniendo en
cuenta sus propias ideas y principios.
Independientemente de que lo sepan o no, es posible afirmar
que los padres adoptan alguno de los distintos estilos de crianza.
¿Cuáles son estos estilos?
Según la psicóloga del desarrollo Diana
Baumrind, los estilos de crianza son determinados por dos aspectos
fundamentales: 1) sensibilidad e interés y 2) exigencia y firmeza.
Esta
autora desarrolló una de las teorías más conocidas sobre los estilos de
crianza. Ella propuso tres categorías (estilo autoritario, estilo indulgente y
estilo asertivo), pero más tarde la teoría fue ampliada, incluyendo también a
los padres negligentes.
Cada estilo tiene una combinación diferente de
estos dos aspectos (puntos 1 y 2). No es de sorprender que, igual que en todos
los campos de la vida, el mejor estilo sea el que tiene un equilibrio de los
dos.
– El estilo Autoritario: el padre dice: “Es así
porque he dicho y punto.” (100% exigencia y firmeza). Se ejerce una supervisión
muy fuerte y la ternura queda restringida. En casos extremos, puede volverse
abusivo.
– El estilo Permisivo: el padre dice: “Haz lo que tú quieras, mi niño
lindo.” (100% sensibilidad e interés). El nivel de cuidado es de moderado a
alto, con poco control. No hay constancia en la aplicación de normas de
disciplina; se aceptan todos los deseos e impulsos de los niños.
– El
estilo Negligente: el niño dice: “¿Dónde está papi/mami?”
(0% exigencia y firmeza y 0% sensibilidad e interés). Estos padres carecen del
compromiso necesario para con sus hijos y la supervisión está ausente.
– El
estilo Democrático: el padre dice: “¿Ahora
entiendes por qué es tan importante que obedezcas las reglas?” (50% exigencia y
firmeza y 50% sensibilidad e interés). Suelen ser padres muy afectuosos que
ejercen un control moderado y favorecen las habilidades sociales. Acostumbran a
acompañar las exigencias con razones y respetan la independencia de sus hijos.
¿Qué
dicen las pruebas?
Todos los
estudios concuerdan en que los niños con padres que utilizan el estilo de
crianza democrático, o sea que tienen una disciplina moderada, mucha
comunicación, usan la lógica para obtener cooperación, y dan buenos ejemplos,
son los más exitosos a corto y a largo plazo.
Estos
niños son adaptables, independientes y cooperadores. La investigación también ha revelado que estos niños son
menos susceptibles a la presión negativa de un grupo y saben escoger buenos
amigos. Tienen una buena autoestima y respetan a los demás. Sí, parece un
sueño, ¿verdad? ¿Quién no quiere tener hijos así…?
Lo cierto
es que, aunque el estilo democrático de crianza es el más saludable y efectivo,
también es el más difícil de poner en práctica. ¿Por qué? Porque
exige mucho tiempo y energía por parte de los
padres; quizás por eso muchas optan por alguno de los otros estilos.
¿Realmente importa qué estilo “escogemos”?
Padres de
carácter no conflictivo tal vez opten por el estilo permisivo. No establecen reglas ni administran disciplina. Son “todo
amor y compresión”. En la superficie no suena tan malo. Después de todo, a
nadie le gusta ser “el malo de la película”, especialmente con un niño. No
obstante, los resultados no siempre son tan buenos. Los estudios muestran que
niños con este tipo de crianza son los más propensos a sufrir de depresión. Además,
revelan un enlace entre el estilo demasiado permisivo de crianza con el abuso
de drogas, la delincuencia y la promiscuidad. Lo más irónico de todo esto es que
muchos de esos niños llegan a creer que sus padres no los aman…
¿Qué tal del
estilo autoritario? Seguramente has escuchado decir: “Mi padre era muy estricto
y no me mostraba tanto amor, pero yo salí bien.” Según Dene Garvin Klinzing,
profesor de la Universidad de Delaware, el desenlace del niño no solo tiene que
ver con el estilo de crianza, sino también con el propio temperamento del niño.
Si el niño tiene un temperamento positivo y una mente abierta puede llegar a
florecer, a pesar de sus circunstancias. Sin embargo, tiene muchas más
posibilidades de éxito con
una buena crianza, por supuesto.
Los niños
con padres autoritarios aprenden a temprana edad a no hablar de sus
preocupaciones con sus padres y, por ende, son más influenciados por sus
amigos. A mendo se sienten frustrados y se
rebelan en contra de los valores y creencias de sus padres. Además, un estudio
hecho en el Boston Medical Center descubrió que los hijos de padres
autoritarios, con concepciones sumamente rígidas, tienen casi cinco veces más
probabilidades de ser obesos que los hijos de
padres con un estilo más flexible y democrático.
Claro,
todos estamos de acuerdo en que cualquier tipo de crianza es mejor que estar
ausente. De hecho, los estudios también
indican que los hijos de padres negligentes son los que despliegan más
problemas en su desarrollo y también en su vida de adultos. Tienen poco control
de sus emociones y se les hace difícil formar y mantener relaciones saludables.
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