jueves, septiembre 27, 2018

Estrés infantil

William Torres te invita a su próximo evento. 27 de Octubre 2018 
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Estrés infantil: algunos consejos para padres en apuros
Niños que sufren de estrés: ¿cómo ayudarles?



Normalmente vemos el mundo de los niños como un lugar bonito y lleno de felicidad. Los niños no tienen que trabajar ni pagar hipotecas, por lo que suelen pasar su tiempo jugando. Podría parecer que no tienen nada de por lo que preocuparse; sin embargo, éstos no están exentos de sufrir estrés y experimentar ansiedad.

Problemas del estrés

El estrés es la respuesta automática de nuestro organismo ante las situaciones que nos resultan amenazadoras o desafiantes. Nuestro día a día nos exige continuas adaptaciones; por tanto, es necesaria cierta cantidad de estrés o activación.

El estrés es consecuencia de la interacción entre los estresores y los recursos que poseemos para hacer frente a las situaciones estresantes. Cuando el estrés se prolonga en el tiempo, nuestra salud se ve resentida, nuestro desempeño académico desciende o nuestras relaciones interpersonales se ven afectadas.

Fuentes de estrés infantil

Los eventos generadores de estrés pueden ser negativos para unas personas y no para otras, pues el estrés ocurre debido a la manera en que interpretamos y pensamos acerca de lo que nos ocurre, y de los recursos que tenemos para afrontar las situaciones supuestamente amenazadoras.

En el caso de los niños, los estresores surgen de fuentes externas (como la familia, los amigos o la escuela), pero también de la persona. Las creencias que los niños tienen o la presión que se ponen, pueden provocar que las situaciones sean más estresantes de lo que realmente son.

La relación paterno-filial
A estas edades, una de las causas más frecuentes de estrés infantil puede ser la mala relación entre los padres o el divorcio. La separación de los progenitores puede ocasionar ansiedad en los niños y una nueva situación familiar a la que tendrán que acostumbrarse.


A medida que los niños crecen, el colegio se convierte en una parte muy importante de su vida, y las presiones académicas, o las relaciones sociales dentro del aula, también pueden pueden ser una fuente de estrés.

Padres demasiado exigentes
Además, muchos padres que exigen demasiado a sus hijos, más de lo que pueden soportar. Por ejemplo, padres obsesionados con que sus hijos aprendan idiomas o realicen muchas actividades extraescolares. En estos casos, los niños pueden sufrir la ausencia de tiempo para jugar o relajarse después de la escuela, y esto puede afectar a su bienestar.

A parte de estas fuentes de estrés, los niños también pueden sufrir por los problemas en el hogar (por ejemplo, los problemas en el trabajo de los padres, los problemas económicos, etc.). La figura de los padres es especialmente importante a la hora de reducir el estrés de sus hijos, y éstos deben ser conscientes de que los niños también sufren por sus comportamientos.

Por último, las enfermedades familiares, las muertes de seres queridos o cualquier cambio en su vida (por ejemplo, un cambio de residencia) pueden tener un impacto negativo para ellos.

Estrés infantil: consejos para padres
Las estrategias para afrontar el estrés buscan prevenir o controlar las demandas estresantes. Los estresores pueden ser distintos, pero la función de los padres para proteger la salud y el bienestar de sus hijos es: dar apoyo y reducir en lo posible el efecto negativo de estos estresores.

Si eres padre, a continuación, te presentamos algunos consejos para reducir y prevenir el estrés de tus hijos:

Alentar a tu hijo a afrontar sus miedos, no a huir de ellos.
Enséñale a tu hijo que es normal ser imperfecto.
Planifica y practica actividades relajantes con tu hijo.
Demuéstrale que estás ahí para él.
Como modelo para tu hijo, transmite un comportamiento positivo: autocuidado, pensamiento positivo, etc.
Refuerza a tu hijo cuando sea valiente.
Provoca buena higiene del sueño para tu hijo.
Ayuda a tu hijo a expresar sus emociones.
Muéstrale que estás calmado/a.
Trabaja en tu propio estrés.
Haz tiempo para estar con él: ir en bici, jugar al fútbol, etc.
Escucha a tu hijo.
Limita el estrés si es posible.
Sé paciente.
Aprende estrategias para que tu hijo tenga una autoestima saludable.




por Jonathan García-Allen



miércoles, septiembre 26, 2018

El estrés positivo o 'eustrés


William Torres te invita a su próximo evento. 27 de Octubre 2018 
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El estrés positivo o 'eustrés': cómo aprovecharse y sacar la parte positiva del estrés



¿Puede ser beneficioso el estrés? Todo apunta a que sí.

Conocemos con el nombre de estrés a aquella sensación de tensión o amenaza, provocada por diversos factores que exigen una demanda mayor a la que pensamos que podemos afrontar. Estos factores, conocidos como estresores, abarcan distintos eventos de nuestra vida cotidiana. Podemos sentir estrés ya sea por cambios de la vida, presiones, tensiones, noticias, frustraciones, conflictos, entre otras muchas causas.

De hecho, el estrés no es necesariamente causado por factores negativos. Un cambio positivo en nuestras vidas, como puede ser una boda, puede generar estrés.



El estrés: ¿puede llegar a ser de beneficio para nosotros?

Cuando sentimos estrés, presentamos una serie de síntomas físicos. Podemos tener dolores de cabeza, molestias en el pecho, fatiga frecuente, desórdenes estomacales e insomnio y pesadillas.

También podemos presentar síntomas psicológicos, como por ejemplo tics nerviosos, irritabilidad, ansiedad, dificultad para concentrarse, fobias y sensación de fracaso. A estos síntomas psíquicos se le suman, en casos severos, la pérdida de cabello, depresión, acné, menstruación irregular, entre otros. Los efectos del estrés podrían llegar a enfermarnos por su alto grado de somatización, pues podría desencadenar condiciones como asma, provocar úlceras, colitis u otras condiciones gastrointestinales.




Manejando el estrés: algunos consejos básicos

Es por esta razón es importante seguir las recomendaciones para manejar el estrés, algunas de las cuales incluyen lo siguiente:

Relajación
Ejercicio físico
Mejor manejo del tiempo
Descanso entre tareas
Dormir de 7 a 8 horas diarias
Practicar pasatiempos
Hablar con alguien de confianza
Escuchar música
Establecer prioridades
Tener una actitud mental positiva


Ciertamente, afrontar el estrés puede ser una tarea difícil. Sin embargo, se deben tener en cuenta los beneficios que una adecuada gestión del estrés nos puede aportar. Además, el estrés no siempre es negativo. En ocasiones, el estrés puede ser de gran ayuda para nosotros. Todo depende de la manera en que lo afrontemos. Si no lo afrontamos de la manera adecuada, podemos sufrir consecuencias negativas, como los síntomas y trastornos que antes hemos descrito. En cambio, si lo manejamos de la manera adecuada y tenemos una actitud positiva, podemos convertirlo en estrés positivo.


¿Qué es el ‘estrés positivo’ o ‘eustrés’?

El estrés positivo, o eustrés, es aquel estrés que nos estimula a enfrentarnos a los problemas. Permite que seamos creativos, tomemos iniciativa y respondamos eficientemente a aquellas situaciones que lo requieran.

La conversión al estrés positivo permite que estemos llenos de energía, favoreciendo así nuestras actividades cotidianas. Beneficia excepcionalmente a nuestra salud puesto que, al canalizar el estrés, no sentimos la tensión que nos provocaría el sentirnos abrumados por el estrés negativo. En lugar de sentirnos impotentes y fracasados, el estrés positivo permite que nos sintamos con llenos de vida, con energía y, en caso de que logremos salir airosos de aquellos proyectos que teníamos en mano, satisfechos por la experiencia.



Beneficios del estrés positivo

Pero, ¿cuáles son los beneficios del eustrés? Vamos a conocerlos a continuación.

1. Manejo directo al problema
Nos sentiremos estimulados a resolver el problema directamente.

2. Efecto positivo en nuestra salud
Al manejar el estrés y permitir que este se convierta en estrés positivo, no nos sentiremos en tensión. Tomaremos las cosas con más calma, estaremos más relajados, y no presentaremos los síntomas negativos que produce el distrés, o estrés negativo. Por otro lado, la energía y vitalidad que sentimos con el eustrés podría ser utilizada para envolvernos en la práctica de actividad física, lo cual es beneficioso para nuestra salud.

3. Mayor actividad productiva
La energía proveniente del estrés positivo proveerá mayor rapidez y eficiencia a la hora de resolver o cumplir con ciertas actividades. Podremos completarlas a tiempo, y así, envolvernos en más actividades y retos estimulantes.

4. Estimula nuestra creatividad
La persona será más creativa a la hora de enfrentar un problema, ya sea personal o en el trabajo. Podrá tener ideas innovadoras. Invertirá su tiempo de manera creativa y divertida. Los resultados podrían tener un buen efecto en su estado de ánimo.

5. Estamos alerta
Permite estar activo para responder a cualquier situación que merezca respuesta rápida. Favorece tanto en los estudios como en el trabajo.
 William Torres te invita a su próximo evento. 27 de Octubre 2018 
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6. Estabilidad emocional
Quien experimenta el estrés positivo podrá sentirse en un mayor control de sus emociones, y podrá resolver aquello que podría llegar a inquietarle de manera más exitosa. El hecho de tener una actitud positiva le ayudará a sentirse mejor consigo mismo y con su situación.



Aprendamos a positivizar el estrés

El estrés positivo ofrece muchos beneficios. Todos podemos sentir estrés en algún momento de nuestras vidas. Tenemos en nuestras en manos la opción de sacarle provecho y utilizarlo a nuestro favor. ¿Por qué mejor no asumimos una actitud positiva frente a una situación estresante? Los resultados de adquirir una actitud positiva podrían sorprenderte.

 por Ashley M. Pérez








sábado, septiembre 15, 2018

¿Libre Personalidad?


El Espectador - Opinion

Miércoles 12 De Septiembre 11, 2018



¿Libre Personalidad?

Admiré profundamente a Carlos Gaviria. Voté por él cuando lanzó su candidatura a la Presidencia. Lamenté su derrota. Este país habría sido muy diferente si él hubiera tomado las riendas. De eso estoy segura. También sentí que con su muerte habíamos perdido a un hombre irrepetible.

Sin embargo, jamás compartí su creencia de que el consumo de sustancias psicoactivas (marihuana, cocaína, bazuco, éxtasis) debería permitirse en las dosis mínimas, acudiendo al “libre desarrollo de la personalidad”. Siempre me pareció un contrasentido.

¿Cuál es la “dosis mínima” para un adicto? En mi caso, como adicta que soy, la mínima no existiría, porque siempre necesitaba más. Viví en carne propia lo que fue el “libre desarrollo de mi personalidad” cuando consumía. Como cada día me iba sumiendo en el caos, la depresión, los ataques incontrolables de ira, la vida ingobernable, la ausencia absoluta del deseo de vivir, la angustia de ver amanecer, la rabia al escuchar el canto de los pájaros, la ausencia de mis hijos porque no podía acercarme a ellos emocionalmente aun amándolos con desespero…

Mi personalidad quedó atrapada, encarcelada, estrangulada por las sustancias que se fueron convirtiendo en mi único dios. Perdí todas las batallas y ellas se ganaron todos los trofeos. Descubrí el infierno. Lo viví, lo sentí y jamás pensé que podría apartarme de ellas, porque se convirtieron en mi razón de existir.


Las conocí ya adulta y parida. No era una adolescente. Era una mujer ya “hecha y derecha” con un carácter estructurado dentro de unos parámetros y valores morales firmes y una educación privilegiada. En mi familia nuclear jamás vi consumir alcohol ni mucho menos otras sustancias. Tenía los cuatro ases en la mano. Y el inicio, primero social y luego frecuente, llegó a ser diario y el único motor de mi vida. Quedé en bancarrota espiritual, física y emocional. Sobredosis, lagunas, intento de suicidio… y otras yerbas.

Fue un proceso duro, doloroso, el de la recuperación. Recaí después de siete años y creí que jamás podría parar. Tuve que iniciar mi vida de cero otra vez y casi no lo logro. De eso hace ya 20 años. Me sirve el “Solo por hoy” y asistir a los grupos de apoyo.

Cuando veo en parques, clubes o salidas de colegios a jóvenes que están apenas iniciando su vida consumiendo su “dosis personal” y ejerciendo su derecho al “libre desarrollo de su personalidad” me llora el alma… Muchos serán afortunados y no pasarán de un consumo esporádico. Otros caerán en las garras diabólicas de la adicción. Pero todos están destruyendo sus neuronas, alterando sus emociones y atacando lo más sagrado que tenemos, que es, precisamente, la libertad de desarrollar la verdadera y auténtica personalidad. ¡No hay mejor droga que un cerebro limpio de drogas!


Una cosa muy diferente es la legalización de las plantaciones de coca y marihuana para acabar con el narcotráfico, que cada día aumenta, y otra muy diferente aceptar la “dosis personal” en jóvenes que no saben qué es “libre desarrollo de la personalidad” y se están jodiendo la vida al menudeo.


El Espectador - Opinion
Miércoles 12 De Septiembre11, 2018

¿Libre Personalidad?
Por: Aura Lucía Mera  


jueves, septiembre 13, 2018

Vida en pareja


Vida en pareja

Nuestros días están llenos de continuos cambios, desafíos y retos, vivimos en una sociedad en permanente innovación y evolución con nuevas y mayores exigencias. La relación de pareja está directamente afectada por ello, cada día son mayores los requerimientos que debemos cumplir como individuos: ser altamente competitivos, estudiar, especializarnos, trabajar, desarrollarnos, ser económicamente productivos.


Consolidar una relación de pareja, implica comprometernos, involucrarnos, ser parte de. A lo largo de mi práctica clínica he observado hombres y mujeres de todas las edades, culturas y ámbitos sociales estar en una relación de pareja en la que se sienten que no están con la persona correcta, que sus parejas ya no son las mismas de las que se enamoraron, que con sus parejas no hay emociones, no tienen diálogo, que disminuyeron o perdieron lo que les unían, que solamente los vinculan los hijos o los años juntos.

Iniciar una relación de pareja es muy sencillo, mas es el verdadero arte es el mantenimiento de una relación armoniosa y funcional a través de los meses y años, afrontando juntos buenos y malos momentos, este es un trabajo de compromiso y entrega mutua necesario en una relación funcional y armoniosa de pareja.

La decisión de formar una relación de pareja debe ser tomada con madurez y responsabilidad, conscientes de cuanto estoy dispuesta/o a dar, del grado de tolerancia, entendimiento, entrega, tiempo y sobretodo de sentimientos sinceros de amor, respeto, apoyo mutuo con los cuales podamos mantenemos una relación funcional y armoniosa. Esto es necesario desde el inicio de la relación y que únicamente con la convivencia, el compartir diario reflejara resultados satisfactorios.

Cada uno somos seres únicos, irrepetibles, genéticamente genuinos, somos sujetos marcados y moldeados por nuestros primeros años de vida, educación y enseñanzas inculcadas, crisis familiares, situaciones traumáticas, pérdidas de seres queridos, migraciones, mudanzas son una serie de factores que nos hacen individuos únicos con vivencias propias. Es entendible entonces que estos factores afectan nuestra autoestima, auto confianza, las emociones, el estilo de pensamientos y forma de relacionarnos con los demás y especialmente en nuestra convivencia de pareja, cada uno tenemos una forma y capacidad distinta de comunicarnos sea verbal o gestualmente, de expresar sentimientos de buscar el dialogo, de llegar a acuerdos o consensos.

La convivencia diaria en pareja requiere de un cumulo de enseñanzas que debemos aprenderlo a manejar adecuadamente, estos son estado de ánimo, bienestar laboral y económico, salud física y mental y sobretodo comunicarnos, expresar lo que realmente sientes de la manera adecuada con honestidad sin herir ni ofender al otro, desarrollar un control de la ira, manejo de tolerancia y respeto en momentos de conflicto y discusión, capacidad de pedir perdón, reconocer errores y enmendarlos.

Siempre que una relación de pareja este establecida en sólidas bases de amor, comprensión y respeto podrá crecer, desarrollarse y sobre todo mantenerse y fortalecerse ante las vicisitudes y vaivenes del diario convivir en el descubrimiento del uno al otro.

La comunicación es esencial en la vida y básica en relación de pareja, debemos manejarla interesándonos realmente en el otro, aprendiendo a escuchar, colocándonos en el lugar del otro, dándonos el tiempo necesario para ello, esto nos ayudara a un mayor y mejor entendimiento y conocimiento del otro. Ante todo evitaremos todo tipo de agresiones, gritos, ofensas e injurias que a la larga deterioran la relación y causan grandes heridas. Mantener una buena comunicación, amplia, sincera, asertiva y adecuada es la clave.

Solo siendo autentico y transparente puedes tener una comunicación profunda con tu pareja, sintiendo que tus sentimientos y pensamientos concuerdan con tus acciones, únicamente entonces crecerá tu capacidad de darte, de entregarte en una relación sólida y profunda. Solamente expresando, cultivando y cuidando del más grande sentimiento de amor hacia tu pareja desarrollaras una comunicación mutua, una total entrega y disfrutaras de una sexualidad plena y satisfactoria cristalizándose así tu vida en pareja.


Si estas vivenciando una relación de pareja analiza cuan sana y armoniosa, puedes requerir de la opinión de un especialista en terapia de pareja que te ayude a despejar dudas y encontrar soluciones, tomar decisiones y sobre todo modificar tu situación actual más aun cuando se encuentra involucrada y afectada toda una familia y no sólo la pareja.



Dra. Olga Siavichay Vélez

Psicóloga Clínica – Psicoterapeuta







martes, septiembre 11, 2018

Cuando el sexo encubre la Intimidad


Cuando el sexo encubre la Intimidad



Hasta hace pocos años la sexualidad era un tabú, algo absolutamente secreto que causaba una variedad de distorsiones en la salud mental de millones de personas, aquejadas de enfermedades que eran fruto de la represión sexual. Vivir el sexo motivados por deseos ajenos a la reproducción estaba muy mal visto y masturbarse constituía un peligro para la vida, según avisaban médicos, educadores y psicólogos.


Los tiempos han cambiado y la sociedad puritana y moralista de principios de siglo parece haber pasado a la historia. Digo parece porque, en algunos contextos, aún quedan resquicios de cierta fobia a la vida. Pero hoy día se habla de sexo deliberadamente en casi todos los rincones del planeta y hasta los medios de comunicación lo usan como gancho para sumar adeptos al consumo de cualquier cosa, a fuerza de estímulos sexuales.

Y como nos gustan tanto los extremos, se da en la sociedad actual una variante de la distorsión, que aparece perfectamente encubierta y que difícilmente se desvela a primera vista. Se trata del sexo como forma de esconder. El sexo como forma de evitar, de huir del contacto, de esquivar el conflicto, de no decir lo que hay que decir, de no mostrarse, de no dejarse conocer.

Pienso que esta es una de las derivaciones de la confusión entre el sexo y la sexualidad. El sexo puede ser algo mecánico, puramente físico, que no exige más que la presencia de dos cuerpos. Por supuesto que también puede ser satisfactorio y que no debería estar supeditado a normas o instituciones más allá del libre albedrío de las personas involucradas. La sexualidad es algo más complejo, que trasciende el coito –aunque en ocasiones lo incluya– y que ocupa un lugar primordial en la vida de cualquier persona, desde que nace hasta que muere. La sexualidad es vida, es energía, es juego, es trabajo, es creatividad, es amistad, es proyecto… y también es sexo.


¿Cómo se puede presentar esta variante de la distorsión sexual, en la que el sexo encubre la intimidad?

Recordemos algunas historias:

1. – Él llega a casa a las tantas y ella ha pasado la noche en vela preguntándose dónde estaría. La esperada pregunta no llega a pronunciarse, pero sí el sexo callado, doliente y evasivo, para luego dormir profundamente y no tener que ver, ni hablar y mucho menos discutir. Por supuesto, se puede invertir la historia siendo ella la que llega mientras él espera. O él y él, o ella y ella. Pero en todo caso, parece que aquí hay una conversación pendiente.


2.– Esta es una pareja con algún tiempo de relación, en la que se han acumulado “pequeñas“ molestias. El día que ella se enfadó por “nada”, la mañana que él no se acordó de llevar la basura, el domingo que hubo que cambiar la reunión de amigos por la visita familiar… Cosas “sin importancia” de las que nunca se ha hablado pero que, cuando estallan los rencores en los ojos y no hay forma de acallarlos, basta con cerrarlos y acudir a un sexo rabioso o resignado, lo que sea con tal de no tener que hablar del tema.


3.– Esta otra pareja vive en una batalla campal día sí y día no. Cuando a alguno de los dos le asalta la cordura y sólo le queda decir “adiós”, aparece un huracán que le lleva hacia otro mundo, el del sexo que descarga las tensiones, que modifica la percepción, que aleja del pensamiento la “loca idea” de entrar de lleno en el conflicto y resolverlo… o irse.


4.– Había una vez un hombre (o una mujer) con una apariencia de poder sexual indiscutible, que necesitaba hacer honor a su presencia y se dedicaba, en sus relaciones sexuales, a imitar las técnicas aprendidas en su web preferida, en plan: “Cómo satisfacer a una mujer”, ó, “10 tips para ser la/el mejor en la cama”. Con el programa preparado de antemano, difícilmente hubo lugar para la intimidad, la incerteza o la vulnerabilidad. Y mucho menos para la potencia sexual real. Pero no importaba pues, al fin y al cabo, dar la talla parecía ser la prioridad.



El problema no es el sexo, y ojalá estuviéramos tan lejos como creemos de las odiosas fobias puritanas del siglo pasado. La dificultad suele producirse cuando se usa el sexo como herramienta de evasión. Cuando se utiliza para no encontrarse, creando un corto circuito entre el cuerpo y la mente y enfermándolo todo, como sucede con cualquier droga cuando se usa para sentirse mejor persona, al menos por una hora.
Vivir la sexualidad y el sexo con placer, con salud y libertad es un derecho de todos y todas. Y también es un derecho tomar contacto con las emociones y comunicarlas más directamente, a quien y en donde corresponda. Tal vez así sea más fácil saber dónde estamos, para poder informar a los demás dónde pueden encontrarnos

by María Clara Ruiz





lunes, septiembre 10, 2018

¿Cuándo acudir a una terapia de pareja?


¿Cuándo acudir a una terapia de pareja?



¿Qué pareja a día de hoy no se ha planteado acudir a una terapia de pareja?. El estrés, las discusiones, la falta de sexo, el malestar generalizado en la convivencia, la rutina o la infidelidad, entre otros, pueden ser algunos de los motivos que conviertan la relación en algo insostenible y cada vez más perjudicial para ambos.


¿Qué es lo primero que se necesita para acudir a una terapia de pareja?

Motivación y el compromiso de acudir a la terapia de pareja. Lo más habitual es que los objetivos que plantee cada miembro sean distintos. Es muy importante acudir a terapia cuando ya se detectan los primeros problemas. Sin embargo, no suele ser así, y las parejas que recurren a una terapia de pareja ya llevan varios años desgastadas por los conflictos surgidos en la relación.
No significa tampoco que cualquier problema en la pareja implique una terapia. Una terapia de pareja es recomendada cuando ante una determinada situación, el problema persiste o sigue siendo un impedimento en la relación.

¿Qué es una terapia de pareja?

Es el proceso terapéutico guiado por un psicólogo en el cual acompañará a las parejas a resolver sus áreas de conflicto. La mayoría de las veces será para mejorar la relación, pero las terapias de pareja también sirven para ayudarles a separarse de la mejor forma posible.
En definitiva, una terapia de pareja lo que pretende conseguir es que uno se sienta mejor consigo mismo y también con el otro.

¿Qué proceso se sigue en una terapia de pareja?

En las primeras sesiones se hace una evaluación en sesiones conjuntas y por separado, para recoger información acerca de la historia de la relación, la elección de la pareja, las familias de origen de cada uno, la comunicación, expresión emocional, sexualidad, momentos de crisis previos, áreas fuertes de la pareja…

Lo más importante es detectar las áreas de conflicto que están causando la crisis en la relación y los puntos fuertes de la pareja, que tienen que seguir manteniendo.Por otro lado, potenciar el diálogo desde la escucha activa y la asertividad.

Hay que enseñar a la pareja a saber escuchar, a expresar los sentimientos sin herir a la otra persona, a intentar entender la postura de la otra persona evitando la tendencia a culpabilizar. Cuando se acude a terapia de pareja es porque el problema afecta a las dos personas y por tanto ambas tienen que responsabilizarse de ello.

Muchas veces es difícil que los dos miembros estén de acuerdo en acudir a terapia. También puede ocurrir que tras las sesiones de evaluación, se considere que es mejor una terapia individual de cada uno de los miembros por separado frente a la opción de comenzar una terapia de pareja. No siempre la terapia de pareja está recomendada.


¿Cuál es el objetivo de la terapia de pareja?

No se trata de ofrecer una fórmula mágica en la que nunca más vaya a haber problemas en la relación. En la terapia se aprende a poder solucionar los posibles futuros conflictos que pueda tener la pareja, sin necesidad de recurrir a ayuda externa.
Uno de los aspectos básicos que se mejora es la comunicación, facilitando la comprensión entre ambos miembros a pesar de las posibles diferencias existentes.

¿Sirve acudir a una terapia de pareja?

Cada vez son menos las parejas que ven la ayuda psicológica como algo vergonzoso. Como se comentaba anteriormente, una de las ventajas que ofrece la terapia es ayudar a conocerse mejor a uno mismo de forma individual y a conocer al otro. En el caso de que tenga lugar la ruptura de la relación, se ayudará a que sea de la mejor manera posible, y si existen hijos en la pareja, cómo transmitirles la noticia y cómo se reorganizará como padres a partir de ese momento.
Es importante recuperar la ilusión y la felicidad en la pareja. Cuando esto no es posible conseguirlo por cuenta propia, lo más indicado es buscar a un profesional que pueda ofrecer la ayuda necesaria.


www.psico.org/articulos/cuando-acudir-a-una-terapia-de-pareja/