Cómo dejar de pelear con mi pareja constantemente: 8 Recomendaciones
Varias
recomendaciones para prevenir la aparición de discusiones y para que no se
acumule el resentimiento.
Las relaciones
de pareja son siempre complicadas, porque la convivencia con personas con las
que se comparte mucho siempre lo es. La implicación emocional, las expectativas
de planes de futuro y el hecho de tener que repartirse tareas son potenciales
fuentes de conflicto, a lo que además le tenemos que añadir otros sacrificios
relacionados con el noviazgo y el matrimonio.
Esto hace que
muchas personas se planteen… ¿cómo dejar de pelear tanto con mi pareja en el día a
día? En este artículo veremos
varios consejos acerca de cómo gestionar la convivencia entre personas
enamoradas, haciendo que las discusiones sean menos frecuentes.
¿Cómo dejar de pelear tanto con mi pareja?
Sigue estas
pautas para regular mejor la comunicación y las emociones en tu relación de
pareja, adaptando estas ideas a tu caso específico.
1. Controla tus expectativas
No debes asumir
que el objetivo es no discutir nunca más con tu pareja, porque eso es poco
realista. El
hecho de adoptar la expectativa de mantener una relación ideal en la
que todo son sonrisas constantemente puede ser, en sí, un motivo de conflicto,
algo que nos predispone a frustrarnos y a enojarnos por cualquier detalle e
imperfección.
2. No te guardes nada
importante
El hecho de
evitar el conflicto ocultando información también es algo que puede agravar el
problema, haciendo que la cadena de mentiras creadas para ocultar eso generen
malestar y eventualmente enojos cuando
aparecen sorpresas desagradables.
3. Adopta actitudes
constructivas
Hay quien
confunde señalar que el otro ha hecho algo malo con humillar al otro porque ha
hecho algo malo. Lo primero es necesario para que esa conducta no se vuelva a
repetir, pero lo segundo solo sirve para que la otra persona se ponga a la
defensiva, se
reafirme y crea que no ha hecho nada malo.
Es un fenómeno
que se da a través de un proceso conocido como disonancia cognitiva: si la otra
persona muestra una imagen muy mala de nosotros, una que merece burla, entonces
la otra persona está equivocada y como consecuencia no tiene razón al criticar
nuestro comportamiento.
4. Evita mezclar reproches
Es importante
que, al quejarnos por algo, nos refiramos solo a aquello que estamos criticando
en ese momento, y que no aprovechemos eso como una excusa para sacar el tema de
una discusión anterior con tal de tener más munición con la que atacar a la
otra persona. Esto
último no es honesto, no sirve para solucionar el problema y además
favorece la aparición de conflictos.
5. Da muestras de afecto
Este es un
consejo básico: dado que amas a la otra persona, demuéstralo a través de las
muestras de cariño cotidianas. De no ser así, lo único que quedará patente es
la frustración y el descontento en los momentos en los que se discuta, pero no
el amor. Por ello, la relación se puede convertir en un campo de batalla.
En definitiva,
es importante tener claro que el amor no es algo que se da por sentado; debe
ser expresado.
6. Hablad mucho sobre lo
que os pasa
Otro de los
consejos sobre cómo dejar de discutir tanto se fundamenta en la idea de que
muchas veces estos enfrentamientos se producen por una falta de comunicación.
Esto hace que uno de los miembros de la pareja permanezca en la ignorancia con
respecto a un tema que en caso de conocer consideraría importante, y que cuando
sabe de él, le hace preguntarse a qué se debe esa falta de transparencia: ¿falta de
confianza? ¿Incapacidad de pensar en la otra persona? ¿Desinterés en su punto
de vista?
7. Ponerle un límite al
humor
Hay quien
confunde el humor con ridiculizar constantemente a la otra persona. Esto no
solo no tiene sentido, sino que a la práctica puede convertirse en algo que
daña significativamente a la pareja, y que en casos extremos y frecuentes puede ser
considerado un tipo de maltrato psicológico, tal y como ocurre con
el gaslighting.
Una cosa es
reírse con una persona, y la otra es reírse de la persona. El humor no puede
ser un escudo con el que cubrir la crueldad y los ataques a la dignidad del
otro, porque eso genera frustraciones y enfados, y lo que es más importante,
daña a la víctima.
8. Hablar sobre vuestras
prioridades
Conocer las
preocupaciones e intereses de la otra persona es fundamental para entender qué
es lo que la mueve a actuar. Ser consciente del mundo mental del otro permite
trazar planes conjuntos con mayor facilidad y que no ocurra una situación en la
que las necesidades de uno quedan sometidas a las del otro, con el consiguiente
resentimiento y frustraciones acumuladas.
por Arturo Torres psicologiaymente.com/pareja/como-dejar-de-discutir-pareja