8 consejos para ayudar a una persona con depresión
La depresión es una enfermedad que afecta al 5% de
la población , según estudios realizados este mismo año. Por lo
tanto, la mayoría de persona conocen, o incluso conviven con alguien que sufre
depresión en mayor o menor grado.
En vistas de estas
estadísticas y de las dificultades que esta afección conlleva, es conveniente
saber cómo podemos acompañar a estas personas, haciéndoles su día a día un poco
más fácil. Por eso, en este artículo repasaremos varios consejos para
ayudar a una persona con depresión.
¿Cómo se siente una persona con
depresión?
En primer lugar es
necesario aclarar que, a pesar de hablar de depresión en términos generales,
esta se puede presentar de diferentes formas y muchos grados dependiendo de la
persona. Sin embargo, existen una serie de sentimientos o pensamientos comunes
que suelen prevalecer en todas las personas afectadas por la depresión.
Asimismo, para poder
ayudar a una persona deprimida, o al menos facilitarle las cosas mientras está
en proceso de recuperación, es necesario saber primero cómo se siente y
qué piensa. Sabiendo cuales son aquellos sentimientos y creencias que
inundan la mente de una persona con depresión será más fácil para familia y
amigos poder acompañarla.
Algunos de los
pensamientos y sensaciones de una persona con depresión son los siguientes.
1. Devaluación de uno mismo,
desesperanza y aflicción
El estado de ánimo
depresivo se caracteriza por ir acompañado de sentimientos de desesperanza y
culpa, sentimientos que provocan una gran aflicción en
la persona que los experimenta.
Habitualmente, la
persona deprimida piensa que no hay nada que se pueda hacer para mejorar o
arreglar si situación, así como también experimenta un gran desconsideración o
desprecio hacia ella misma.
Puesto que la persona es
perfectamente consciente tanto de su sufrimiento como de la angustia que esto
provoca en las personas que le rodean, los sentimientos de culpabilidad
por provocar un padecimiento en los demás también son muy comunes.
Todos estas reflexiones
acaban ocasionando en la persona una sintomatología de carácter ansioso que se
exterioriza mediante palpitaciones, temblores sensación de asfixia y un
malestar general muy incapacitante.
2. Necesidad de aislamiento social
Debido a los
pensamientos y creencias anteriores, es habitual que la persona que padece la
depresión acabe rechazando una gran parte de su vida social y de sus
relaciones. Esta necesidad de soledad o aislamiento puede acabar
degenerando en una incomunicación casi total y en un abandono personal.
Al mismo tiempo, este
aislamiento agrava los sentimientos de desesperanza y desprecio por lo que se
convierte en un círculo viciosa para la persona.
3. Sensación de falta de energía
La falta de fuerzas o
energía para realizar cualquier tipo de actividad, por sencilla o elemental que
sea es una de los principales síntomas o lamentos que refiere la persona.
4. Fluctuaciones y cambios en la
sintomatología
Es habitual que las
personas que sufren depresión experimenten una serie de fluctuaciones
en su estado de ánimo a lo largo del día. Al igual que la intensidad de los
síntomas no tiene porque ser estable durante el desarrollo de la enfermedad.
La mayoría de los
pacientes refieren que sus síntomas son más leves durante la tarde y que el
malestar se acentúa casi siempre por las mañanas. Estos vaivenes
cíclicos generan una gran ansiedad en la persona, la cual anticipa e
intenta predecir cuándo va a sentirse mal.
Consejos para ayudar a la persona con
depresión
A pesar de que los
puntos anteriores son solamente una pequeña parte del gran abanico de síntomas,
sentimientos y pensamientos que pueden circular por la mente de una persona con
depresión, conocerlos puede servir de gran ayuda a la hora de intentar
ayudarla y acompañarla durante la recuperación.
Es necesario puntualizar
que esto no constituye una terapia y que para que una persona
con depresión consiga sobreponerse a ella es necesaria la intervención
psicológica mediante un profesional. A continuación se presentan una serie de
sugerencias para ayudar a cualquier persona que sufra este tipo de aflicción.
1. Sugerir la ayuda de un profesional
Como se menciona
anteriormente, por muy buenas que sean las intenciones de quien pretenda ayudar
a una persona deprimida, el acompañamiento y los consejos no profesionales no
pueden curar de por sí a una persona con depresión.
Lo primero que hay que
tener en cuenta es que la depresión es una enfermedad que puede llegar
a ser muy grave, y que por lo tanto se hace necesaria la intervención
terapéutica de manos de un profesional.
En este caso, algo que
sí se puede hacer es persuadir a la persona y convencerla para que busque ayuda
o asistencia psicológica. Aunque esta tarea no vaya a resultar sencilla es
sumamente necesario. Mediante conversaciones tranquilas y con mucho
tacto y sutileza, la familia debe insistir en la idea de visitar a un
profesional y, si fuera necesario, ofrecerse a acompañarle.
2. Evitar los consejos sobre la vida
Aunque la voluntad de
ayudar siempre sea positiva, las sugerencias para animar a la persona mediante
consejos para que se sienta mejor, para que reflexione acerca de lo que tiene, o
a través de invitaciones continuas para salir y realizar actividades son
absolutamente ineficaces, llegando incluso a ser contraproducentes y
provocando más malestar en la persona.
3. Mantenerse a su lado
Dicho lo anterior,
aquello que realmente necesita una persona con depresión es que las
personas que le rodean se muestren empáticas, que manifiesten su
comprensión y que puedan estar a su lado cuando lo necesiten.
4. Reforzar sus puntos fuertes
Debido a disminución de
la autoestima y a la infravaloración que sufre, la persona deprimida
tiende a rechazar y no admitir los avances que realiza durante el
proceso de tratamiento. Estas personas tienden a destacar sus deficiencias o
carencias y a obviar su potencial y sus éxitos.
Para ayudarle, es vital
que sus círculos más cercanos sean capaces de poner énfasis en aquellas
habilidades, capacidades o éxitos que posea la persona.
5. Respetar su silencio
No tiene ningún sentido
obligar o forzar a una persona con depresión para que hable o transmita lo que
siente, así como para que esta sea sociable, dado que no es algo que
esté bajo su control. Este tipo de intentos de acercamiento suelen provocar
más tensión y sentimientos de incomprensión en la persona.
6. Transmitirle esperanza
Los sentimientos de
desesperanza asociados a la depresión encierran a la persona en un túnel del
cual no es capaz de ver la salida. Por lo tanto, es aconsejable que los
familiares o personas que le rodean le transmitan, mediante un discurso
coherente y sin ser exageradamente optimista, que a pesar de que ahora no
sea capaz de verlo sí existe una salida.
Es necesario convencerle
de que la depresión es una enfermedad con tratamiento y cura y que si sigue las
pautas de la intervención conseguirá mejorar.
7. No solicitar explicaciones
En muchas ocasiones, y
con la intención de intentar comprender qué le pasa para así poder ayudar, se
presiona a la persona para que intente contar qué le ocasiona este sufrimiento.
Sin embargo, la depresión no es una enfermedad causada por un solo factor, y en
la mayoría de ocasiones ni tan solo la propia persona sabe qué le ha llevado a
tal extremo.
Por lo tanto, pedir
explicaciones racionales cuando la persona no se encuentra en una situación
racional no tiene ningún sentido, y solamente desencadenará
sentimientos de frustración e irritación.
8. Cuidar la propia salud emocional
Finalmente, es necesario
que quien acompañe a la persona deprimida a través de su recuperación sea capaz
de esquivar los posibles efectos psicológicos que esto pueda provocar.
Los estados anímicos
depresivos pueden llegar a ser contagiosos si la persona no
es consciente de ello. Ver sufrir a alguien querido puede desencadenar un gran
malestar emocional por lo que la persona debe estar protegida ante este posible
riesgo.
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