te quiero invitar al taller Manejo del ESTRÉS que se llevará a cabo el dia sabado 27 de Octubre a las 4pm Impartido por el Dr. William Torres Psicologo y el Coach Juan Camilo Torres.
Quiero que participes y disfrutes de este magnífico evento.
Espero te comuniques al 320-4918648
Las 6
hormonas del estrés y sus efectos en el organismo
Estos son los tipos de hormonas que
más influyen en nuestra respuesta ante situaciones estresantes.
Son diversas
las maneras en las que una persona puede responder frente a una situación
estresante, puesto que esta constituye una respuesta subjetiva y personal que
dependerá de cómo la persona perciba y experimente dicha situación.
Sin embargo
,existen una serie de procesos y reacciones fisiológicas comunes a todas las
personas. Estas reacciones vienen desencadenadas por una serie de efectos producidos por las hormonas
relacionadas con el estrés."
¿Qué es el estrés?
Cuando una
persona experimenta un estado de tensión y
ansiedad durante un período de tiempo continuo está viviendo lo que se conoce como estrés.
Este estado puede originar todo un abanico de afecciones físicas así como una
molesta sensación de pesadumbre en la persona que lo sufre.
Por lo
tanto, las dos características principales de los estados de estrés son:
·
Origen psicológico
del estrés, por el cual
un elemento percibido como estresante por la persona induce una serie de
cambios en la actividad física y orgánica.
·
Intervención de las distintas hormonas relacionadas con el estrés, las cuales son las responsables de dichas
alteraciones físicas.
Estas
hormonas son liberadas desde el cerebro hasta todos los rincones de nuestro
cuerpo, provocando, tal y como se comenta, un gran número de cambios físicos y
fisiológicos.
Alteraciones hormonales
La principal
estructura relacionada con los estados y respuestas de estrés es el sistema neuroendocrino, el cual
se activa ante la aparición de acontecimientos o situaciones estresantes
acelerando el funcionamiento de las glándulas adrenales.
Esta
activación provoca una serie de reacción en cadena en la que las distintas
hormonas, siendo el cortisol la
hormona con más peso dentro de estas reacciones y la cual altera en mayor
medida el funcionamiento corporal.
No obstante,
existen diversas hormonas implicadas en los procesos de estrés, las cuales se
ven afectadas por la acción del cortisol.
Hormonas relacionadas con el estrés
Como se
menciona anteriormente, las hormonas implicadas en la respuesta de estrés actúan
sobre otras hormonas modificando su acción sobre el cuerpo.
1. Cortisol
El
cortisol se ha establecido como la hormona del estrés por antonomasia. La razón es que
el cuerpo, ante circunstancias estresantes o de emergencia, produce y libera
grandes cantidades de esta hormona, la cual sirve como detonante para responder
a dicha situación de forma rápida y hábil.
En
circunstancias de normalidad la energía que genera nuestro cuerpo va dirigida a ejecutar las diferentes
tareas metabólicas que mantienen el equilibrio de las funciones
corporales. Sin embargo, ante la aparición de un evento estresante el cerebro
genera una serie de señales que viajan hasta las glándulas adrenales, las
cuales comienzan a liberar grandes cantidades de cortisol.
Una vez
liberado el cortisol, este se encarga de la
descarga de glucosa en sangre. La
glucosa genera una gran cantidad de energía en los músculos, los cuales pueden
moverse con mayor rapidez y ofrecer una respuesta al estímulo mucho más
inmediata. Cuando el elemento estresante desaparece, los niveles de cortisol se
restauran y organismo vuelve a la normalidad.
Esta
respuesta no es para nada perjudicial para la persona, en tanto en cuanto no se
mantenga en el tiempo. Cuando esto ocurre comienzan a aparecer síntomas
causados por una desregulación hormonal. Entre estos síntomas se encuentran:
·
Irritabilidad
·
Cambios de humor
·
Fatiga
·
Cefaleas
·
Palpitaciones
·
Hipertensión
·
Bajo apetito
·
Afecciones
gástricas
·
Dolor muscular
·
Calambres
2. El glucagón
La hormona
llamada glucagón se sintetiza mediante las células del páncreas y su principal
foco de actuación se centra en el
metabolismo de los hidratos de carbono.
El cometido
principal de esta hormona se basa dejar que el hígado libere glucosa en los
momentos en los que nuestro cuerpo la necesita, bien por una situación
estresante con el objetivo de activar los músculos o bien porque los niveles de
glucosa en sangre sean bajos.
Ante una
situación de emergencia o estrés, el páncreas libera grandes dosis de glucagón
al torrente sanguíneo para cargar de energía nuestro cuerpo. Este desequilibrio
hormonal, aunque útil en situaciones de amenaza puede resultar peligroso en personas que padecen algún tipo de
diabetes.
3. Prolactina
A pesar de
que esta hormona sea conocida por su implicación en la secreción de la leche
durante el periodo de lactancia, los niveles de prolactina pueden verse
seriamente afectados ante situaciones de estrés que se prolongan en el
tiempo, llegando a provocar
hiperprolactinemia.
Tal y como
su propio nombre indica, la hiperprolactinemia se refiere a un incremento de
los niveles de prolactina en sangre. Esta mayor presencia de prolactina en
sangre inhibe, mediante diferentes mecanismos, la liberación de hormonas
hipotalámicas encargadas de la sintetización de estrógenos.
Como
consecuencia, la inhibición de las hormonas sexuales femeninas acarrean en la
mujer la reducción de los estrógenos, alteraciones menstruales e, incluso, falta de ovulación.
4. Hormonas sexuales
Ante
circunstancias estresantes, las hormonas sexuales conocidas como testosterona,
estrógenos y progesterona ven perturbado su funcionamiento normal.
4.1. Testosterona y estrés
La
testosterona, hormona sexual masculina por mérito propio, es la encargada del
desarrollo de las características sexuales masculinas, así como de la respuesta
sexual.
Cuando la
persona experimenta niveles de estrés altos durante largos periodos de
tiempo, la producción de testosterona
disminuye, ya que el cuerpo prioriza la liberación de otras hormonas
como el cortisol, más útiles ante situaciones de estrés o peligro.
Fruto de
este sometimiento prolongado a los efectos de la inhibición de la
testosterona, la persona puede experimentar
problemas sexuales como impotencia, disfunción
eréctil o falta de deseo sexual.
Oros
síntomas vinculados con la reducción de los niveles de testosterona son:
·
Cambios de humor.
·
Fatiga y cansancio constante.
·
Problemas para conciliar el sueño e
insomnio.
4.2. Estrógenos
Como se
menciona anteriormente, los altos niveles de estrés disminuyen la liberación de
estrógenos, perturbando el funcionamiento sexual normal de la mujer.
No obstante, la correspondencia entre estrógenos y estrés se
produce de forma bidireccional. De forma que los efectos del estrés
contribuyen a la reducción del nivel de estrógenos y al mismo tiempo estos
ejercen una función protectora ante los efectos del estrés.
4.3. Progesterona
La
progesterona se elabora en los ovarios y entre sus muchas funciones se
encuentra la de ajustar el ciclo menstrual
e intervenir en los efectos de los estrógenos, con la finalidad de
estos no sobrepasen su estimulación de crecimiento celular.
Cuando una
mujer se ve sometida a situaciones o contextos estresantes durante mucho
tiempo, la producción de progesterona disminuye, causando una gran cantidad de
efectos y síntomas tales como fatiga extrema, aumento de peso, cefaleas,
alteraciones en el humor y falta de deseo sexual.
Conclusión: un nexo entre la psicología y la
fisiología
La
existencia de las hormonas del estrés muestra hasta qué punto el sistema
endocrino está vinculado a nuestros estados mentales y a nuestros estilos de
comportamiento. La liberación de uno u otro tipo de hormona es capaz de
producir cambios medibles tanto en las dinámicas neurobiológicas del organismo
como en la frecuencia de aparición de ciertas acciones.
Así pues,
constatamos una vez más que la separación entre los procesos fisiológicos y los
psicológicos es una ilusión, algo que utilizamos para comprender la compleja realidad del funcionamiento
del ser humano, pero que no se corresponde necesariamente con una
frontera presente de manera natural en la biología de nuestros cuerpos.
por Isabel Rovira Salvador