William Torres te invita a su próximo evento.Manejo del ESTRÉS 27 de Octubre 2018
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¿Cómo se relaciona el estrés con los trastornos alimenticios?
Un vínculo estrecho
documentado científicamente.
En los últimos años, el estrés y sus
efectos tanto sobre nuestro cuerpo como sobre nuestra mente, se han convertido
en uno de los principales motivos de consulta en los despachos de médicos y
psicólogos. Si a este estrés, sumamos algún
tipo de trastorno alimenticio el impacto sobre la salud de la persona es
todavía mayor.
El estrés suele conllevar conductas impulsivas, por
lo que para las personas que padecen un desorden alimentario los factores
estresantes presentes en el ambiente y en la sociedad pueden conllevar un
empeoramiento de los síntoma, ya que se refleja es restricciones de comida más
graves o en el aumento de los atracones y las conductas purgativas.
¿Qué efectos tiene
el estrés en los trastornos alimenticios?
Para comprender mejor cómo el estrés afecta al
desarrollo de los trastornos alimentarios, deberemos conocer cómo el estrés
afecta, en general, a nuestro cuerpo. En situaciones de estrés, nuestro
organismo libera altos niveles de cortisol al
torrente sanguíneo.
Esta hormona, conocida como hormona del
estrés, desencadena una serie de reacciones
como un aumento en la tasa respiratoria y la elevación del ritmo cardíaco, entre muchos otros. Cuando estos niveles de
cortisol permanecen de manera crónica, pueden aparecer una gran cantidad de
alteraciones en el organismo como problemas de sueño y desórdenes de los
sistemas digestivos, cardiovasculares e inmunológicos.
Causas de los
trastornos alimenticios
En el caso de personas con algún tipo de trastorno
alimentario, los altos niveles de estrés suelen estar causados tanto por
factores sociales como ambientales, entre los que se incluye la presión que
ejerce la sociedad en cuanto a los ideales o cánones de un cuerpo perfecto.
Además, los factores emocionales como son los
sentimientos de culpa y vergüenza que la persona siente acerca de su propio
cuerpo o imagen favorecen y potencian el desarrollo de estos estados de estrés
y tensión contínua.
Sin embargo, no todo es negativo cuando hablamos de
estrés. El estrés no siempre tiene que
estar relacionado con sensaciones negativas de ansiedad y angustia.
Si la personas es capaz de aprender e interiorizar mecanismos de afrontamiento
del estrés eficaces, como son las respuestas de relajación, es posible
canalizar esta energía para convertirla en combustible para nuestra motivación
para la acción y el cambio.
Con las herramientas y técnicas adecuadas, los
niveles saludables de estrés pueden ser aprovechados como fuerza motivadora. En
los casos concretos de las personas que padecen un trastorno alimenticio, con
la ayuda adecuada, el estrés puede ser la fuerza motriz que otorgue a estas
personas el poder y la motivación suficiente para encontrar una alternativa a
sus impulsos con la comida.
Este empuje o energía motivadora puede servir para
encontrar una forma de reconciliarse con la comida y con su propio cuerpo,
encontrando también actividades que resulten placenteras y que los ayude a
sentirse en paz en ellos mismos.
Técnicas para
manejar y disminuir el estrés
No obstante, la capacidad para convertir el estrés
en motivación y energía positiva no aparece por arte de magia. Existen una gran
cantidad de técnicas que, llevadas a cabo de manera constante y tenaz pueden
ayudar a la persona con un trastorno alimentario a aliviar y disminuir los efectos
que el estrés tiene sobre su organismo y sobre su mente.
A continuación, presentamos
una serie de recomendaciones sumamente útiles para manejar el estrés y sus
consecuencias.
1. Técnicas de
relajación muscular
Mediante las técnicas de relajación
muscular la persona toma conciencia del estado de sus músculos y en
consecuencia es capaz de relajarlos. Cuando nuestra musculatura está relajada se envían
señales a nuestro cerebro para disminuir el estado de tensión en el que se
encuentra, lo que facilita la disminución de los niveles de estrés.
Al comenzar, la persona debe de tensar de manera
voluntaria los diferentes grupos musculares del cuerpo para, a continuación
liberar la tensión de estos. Este ejercicio implica desde extremidades hasta
incluso los músculos faciales.
2. Masaje muscular
Siguiendo con las técnicas de relajación
físicas, la terapia de masaje muscular en
las áreas musculares de tensión provoca una respuesta de relajación que ayuda a reducir el estrés y alivia el
dolor provocado por la tensión física acumulada a lo largo del día.
Realizar un masaje en zonas como el cuello, la
espalda y los hombros nos otorga un momento de relajación y libera el estrés
que no resulta beneficioso. Aunque estos masajes pueden ser realizados por uno
mismo, es recomendable acudir a un especialista para minimizar posibles daños y
disfrutar todavía más de este momento relajante.
3. Actividades como
el yoga o el tai chi
Practicar actividades físicas relajantes como yoga o tai chi
ayudará a, además de estar en forma, a desarrollar una gran cantidad de
técnicas de conciencia corporal las cuales potencian la autoaceptación.
A través del yoga es posible centrar la mente y el
cuerpo, realizando todo tipo de movimientos que aportan fuerza y equilibrio.
Numerosos estudios han revelado que este tipo de actividades favorecen la
autoaceptación y el desarrollo de un autoconcepto positivo. Lo que resulta
particularmente útil en los trastornos alimenticios.
Además, otras
actividades como la lectura o escuchar música nos ayudan a distraernos y a
tranquilizarnos, proporcionando una salida productiva a la energía
que nos queda al final del día.
4. Ejercicios de
meditación
Existen innumerables técnicas de meditación que pueden resultar de gran utilidad para
desarrollar la atención plena sobre los patrones de alimentación y pensamientos
en torno al cuerpo y la comida.
Ejercicios de atención plena, meditación de la
respiración y meditación de exploración corporal son algunas de las técnicas más
útiles. Las cuales generan estados de relajación y fomentan la autoaceptación.
5. Relacionarse con
otros
Cuando nos encontramos estresados, resulta particularmente útil buscar el contacto con otras
personas. Relacionarse con
amigos, familiares y personas que apreciamos hace que nos sintamos mucho mejor.
Contar las preocupaciones o problemas a personas de confianza humaniza nuestras
experiencias y nos ayuda a liberar tensiones
6. Conectar con la
naturaleza
Realizar actividades y paseos al aire
libre, respirar aire fresco y dejar que el sol aumente nuestros niveles de
vitamina D, nos
ayudará a reconstruir nuestros pensamientos y a liberar la tensión y el estrés.
Mediante la práctica constante de estas técnicas y
actividades relajantes, la persona con trastorno alimentario encontrará una
salida a su sensación de estrés y ansiedad. Esto favorecerá el desarrollo de la
fuerza de voluntad y, junto con la ayuda de un profesional de la salud o en
psicología, ayudará en el proceso de reconciliación con su propio cuerpo.
Referencias
bibliográficas:
·
Calvo
Sagardoy, Rosa (2002) Anorexia y bulimia: guía para padres, educadores y
terapeutas. Barcelona: Planeta prácticos.
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Esteban,
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Fundación
Imagen y Autoestima. “Guía básica sobre prevención y detección de trastornos
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·
Toro y
Vilardell, E. (1987) Anorexia nerviosa. Martínez Roca, Barcelona..