Insomnio por
estrés: cuáles son sus síntomas y cómo combatirlo
Este tipo de problemas para dormir bien puede desgastar mucho la salud
de las personas estresadas.
El insomnio por
estrés es uno de los principales problemas de salud que afrontan muchas personas en
su día a día. Es un tipo de alteración del sueño que tiene un impacto directo
tanto en el desgaste del cuerpo como en el riesgo de equivocarse y quedar
expuestos al riesgo durante el día a día, y esta situación, a su vez, puede
hacer aumentar el estrés, lo cual empeora la situación.
En este artículo veremos tanto
consejos sobre cómo combatir el insomnio por estrés como los síntomas típicos
de esta alteración.
Insomnio por estrés: ¿cómo aparece?
En el momento de irse a dormir y
conciliar el sueño, nuestra percepción
sobre los posibles peligros o problemas que nos acechan tiene
mucha importancia. Si hay algo que nos hace pensar que estamos en una situación
vulnerable, el sistema nervioso tenderá a mantenerse en un estado de alerta, ya
que esto hace más probable que busquemos una solución de inmediato.
Desafortunadamente, en las
sociedades occidentales los problemas no suelen tener que ver con explorar el
entorno en busca de recursos próximos o de lugares seguros a los que recurrir,
sino que tienen que ver con finalidades más abstractas y con muchos pasos
intermedios. Por ejemplo, aprobar un examen la semana que viene, o
reconciliarnos con una persona que vive lejos.
Así pues, en el momento de irse a
la cama no siempre es práctico sentir esa inquietud, y lo
único que se puede hacer es tratar de conciliar el sueño. Es en
estos casos cuando aparece la cara menos mable de este mecanismo de adaptación
al medio: el insomnio por estrés.
Síntomas
Los principales síntomas del
insomnio por estrés son la aparición de pensamientos intrusivos e imágenes
mentales que surgen en nuestra consciencia una y otra vez, las dificultades
para encontrar una postura en la que nos sintamos cómodos, la imposibilidad de desenganchar nuestro foco de atención
de un tema concreto, y en casos extremos, los temblores por causas
ajenas a la temperatura.
En otros casos, el insomnio por
estrés no solo se manifiesta al intentar conciliar el sueño, sino que hace que nos despertemos en mitad de la noche sin
sentirnos especialmente soñolientos y sin ganas de quedarnos en la
cama.
Por supuesto, estas señales no
deberían estar relacionadas con una enfermedad ni con el hecho de haberse ido a
dormir a deshoras, dado que estos son factores que tienen una clara incidencia
en cómo dormimos a corto plazo.
¿Qué hacer para volver a conciliar el sueño?
Estos son varios consejos que
puedes seguir para empezar a tener horas de sueño de calidad y, en general, para sentirte mejor.
1. Date un margen
Es importante valorar la propia
salud y no hacer ver que la falta de sueño es algo circunstancial o una simple
fuente de incomodidad. No afrontar el problema hace que sea más fácil que
empeore y se vaya haciendo más grande día tras día.
Así pues, rompe momentáneamente
con aquellas responsabilidades que no sean claramente urgentes y dedica un día
solo a volver a entrar en la dinámica de dormir bien. Esto implica perderse
varias cosas en el primer día, pero a cambio creamos
las situaciones propicias para dar el máximo de nosotros mismos durante las semanas que vendrán. Una vez el
insomnio por estrés no exista, seremos mucho más eficientes dedicándonos a
nuestras tareas y perderemos menos el tiempo.
2. Evita utilizar pantallas al anochecer
Durante las horas previas a irte
a dormir, trata de evitar exponerte a luces potentes y a pantallas. De esta
manera, tu sistema nervioso no se mantendrá
activado tal y como ocurriría en las horas de más luz natural.
3. Haz deporte durante la mañana
El deporte es una buena manera de
descargar parte del estrés, y en ese sentido va bien utilizarlo como recurso.
Sin embargo, evita a toda costa practicarlo pocas horas antes de cenar, o
después. De no ser así, tu cuerpo aún estará muy activado cuando intentes conciliar
el sueño.
4. No tomes estimulantes
Pase lo que pase, evita tomar
cualquier sustancia que active de un modo significativo tu sistema nervioso, como el café.
5. Practica ejercicios de relajación
Recurriendo a estos sencillos
ejercicios de vez en cuando, contribuirás a que tus niveles de estrés no suban
demasiado. En ellos, trabajarás especialmente con tu foco de atención y con los
patrones de respiración. Esto último te
servirá para oxigenarte mejor con menos esfuerzo, de manera que estarás dando motivos para que tu
sistema nervioso no se mantenga en estado de alerta.
6. Asegúrate de que tu cama es cómoda
Parece evidente, pero muchas
veces empeoramos los problemas para dormir pretendiendo conciliar el sueño en
una cama que no está preparada del modo adecuado, o en un sitio que ni siquiera
está diseñado para que se duerma en él.
Así pues, asegúrate de que el
lugar es lo suficientemente grande como para estirarte bien en él, que las
sábanas se adaptan a la temperatura que hace, y que no hay objetos que limitan tu movilidad, teniendo en cuenta que mientras duermas irás
cambiando de postura muchas veces.
por Arturo Torres