Sesgo de confirmación: cuando solo vemos lo que queremos ver
Algunas
personas identifican el corazón con la emoción y el cerebro con lo racional. Es
un error. Tal y como indican muchísimos estudios, la irracionalidad está
perfectamente integrada en el funcionamiento de nuestro sistema nervioso, en el
cual se incluye el cerebro humano.
Uno de los
aspectos de nuestra conducta en los que más se deja notar ese componente
irracional son los sesgos cognitivos, es decir, deformaciones en la manera de
razonar que acostumbran a ser inconscientes e involuntarias. Uno de los más
frecuentes es el sesgo de confirmación, muy frecuentes tanto en nuestra vida
diaria como en lo profesional. Veamos en qué consiste.
¿Qué
es el sesgo de confirmación?
Dicho de un
modo resumido, el sesgo de confirmación es una propensión a dar más
importancia y credibilidad a los datos que encajan con nuestras creencias que
a aquellos que las contradicen, aunque en un principio ambas informaciones sean
igual de fundamentadas.
Este sesgo
no solo es negativo porque contribuya a que nuestras ideas no cambien. Además,
bajo su efecto corremos el riesgo de creer que ideas totalmente discutibles y
opinables son casi verdades reveladas, conocimiento puramente objetivo que
sería poco sensato poner bajo sospecha. Es decir, que el sesgo de confirmación
es el peor enemigo de la filosofía, dado que refuerza constantemente las ideas
que de manera automática hemos decidido creer a toda costa.
El
papel de la disonancia cognitiva
La disonancia cognitiva es un concepto
muy conocido en el ámbito de la psicología, y consiste en el sentimiento de
malestar que experimentamos cuando una idea entra en conflicto con una de
nuestras creencias.
A veces
aprendemos a gestionar este malestar de un modo constructivo modificando
nuestras explicaciones acerca de la realidad, y otras no lo conseguimos y nos
limitamos a manipular esas ideas de cualquier manera para que prime la
importancia de lo que ya veníamos creyendo desde antes. El sesgo de
confirmación es uno de esos elementos que nos lleva a descartar ideas provocadoras
por el simple hecho de serlo.
Para
entender mejor lo que es un sesgo de confirmación y el modo en el que la
disonancia cognitiva puede ser mal gestionada, veamos algunos ejemplos basados
en un caso ficticio.
Ejemplos de sesgo de confirmación
Imaginemos
que, después de visitar algunas páginas web pertenecientes a partidos de
extrema derecha, a una persona le empieza a rondar por la cabeza la idea de que
la población negra originaria de varios países africanos es menos inteligente
que los europeos y los asiáticos.
Según este
punto de vista, la pobreza y el poco desarrollo tecnológico vivido en estas
regiones se debería a una menor habilidad cognitiva en el promedio de los
habitantes de esta región. Esta es una idea seductora, porque nos
ofrece una explicación simplesobre un fenómeno que antes creíamos más
complejo, y gracias a esto, y aunque no se dé cuenta, esa persona empieza a
atribuir la pobreza y las desgracias sufrida en estas zonas a la baja
inteligencia de estas gentes.
Sin embargo, como sus ideas encajan mal
con el modo de pensar de muchos de sus vecinos, las creencias de esta persona
pronto se ven confrontadas. Algunos dicen que dar por supuesto la inferioridad
intelectual de la población negra resulta muy gratuito, especialmente teniendo
en cuenta que aún se sabe muy poco acerca de lo que hace que algunas personas
sean más o menos inteligentes. Ante esto, la persona cae en la cuenta de que
quien le replica de este modo es conocido por ser activista de izquierdas, y
asume por tanto que su visión de la realidad ha sido distorsionada por la
propaganda progresista. Esto hace que no tenga en cuenta lo que
le dice.
Otra
persona señala que, incluso aunque prácticamente ya no exista esclavitud en los
países occidentales, la pobreza de las generaciones pasadas de negros aún afecta
a la educación de las nuevas generaciones, y por eso el desarrollo de muchos
niños y niñas se ve complicado por la escolarización de mala calidad, la mala
alimentación y demás factores que se ha demostrado que contribuyen a que el CI disminuya. Pero
esta explicación, a los ojos del otro, es demasiado enrevesada, y por ello la
rechaza: la explicación más simple tiene
que ser que esa tendencia a la baja inteligencia está en la propia biología de
las personas.
Finalmente,
un vecino objeta que incluso en personas negras de clase media, el estigma que
pesa sobre las personas negras en general a causa del racismo tiene el
poder de hacer que sus expectativas de vida sean mucho más modestas, por lo
cual no le den tanta importancia a la educación desde pequeños y que, por
consiguiente, lleguen con más inseguridad y menor experiencia a las pruebas de
inteligencia, baterías de ejercicios que recuerdan mucho a todo lo que se hace
en el contexto académico. Pero esta explicación sigue sin ser tan simple y
“hermética” como la idea de que las personas negras son menos inteligentes, así
que también
es tomada como una deformación de la realidad para hacer
que esta encaje en la propia ideología.
En el
futuro, esta persona se fijará en todas las representaciones de personas negras
que aparecen por la televisión y demás medios de comunicación, y cada vez que
vea un caso de asesinato por parte de un ciudadano afroamericano, por ejemplo,
lo atribuirá a la incapacidad de este para ganarse la vida de forma civilizada.
Por otro lado, cuando vea a una persona negra que ha tenido éxito en la vida y
dispone de una formación y educación excelentes, lo atribuirá a la influencia
que “la cultura blanca” ha tenido sobre él.
Ignorando lo que nos contradice, aceptando lo que nos
reafirma
Tal y
como hemos visto en el ejemplo, el sesgo de confirmación puede
tener consecuencias dramáticas en el modo en el que interpretamos la realidad.
Por ejemplo, hace que la simplicidad de una creencia sea vista como una
cualidad positiva de esta, independientemente en los peligros que entrañan los
simplismos: nos puede llevar al pensamiento circular, porque una creencia tan
simple lo explica todo y a la vez no explica nada.
Por
otro lado, otra característica del sesgo de confirmación es que hace que todas
las experiencias que pueden ser usadas para reforzar una creencia capten de
inmediato nuestra atención, mientras que las que nos contradicen sean ignoradas
o, como máximo, nos lleven a pasar de puntillas sobre ellas, buscando cualquier
explicación que permita hacer ver que nuestras ideas no tienen por qué verse
amenazadas.
En el
ejemplo, las hipótesis basadas en la influencia social y la
educación son descartadas sistemáticamente a favor de una
explicación basada en la biología, pero ocurre lo contrario al ver a una
persona negra y mucho más formada que la media de ciudadanos: en este caso, la
explicación sí está en lo social.
Tomado de : https://psicologiaymente.net/inteligencia/sesgo-confirmacion
Tomado de : https://psicologiaymente.net/inteligencia/sesgo-confirmacion