Las 9
señales para identificar y neutralizar a una persona tóxica
Las personas tóxicas pueden
sacarnos de quicio, por eso hay que aprender a desenmascararlas.
En otros artículos hemos abordado la realidad de
las personas tóxicas, esos individuos que, a pesar de que comúnmente no
tienen mala intención, consiguen sacar la peor versión de los que están a
su alrededor.
¿Qué caracteriza a la gente tóxica?
No soy muy partidario como psicólogo de etiquetar
a las personas, y menos cuando estas etiquetas son negativas. De hecho, parece
que el concepto de “persona tóxica” ha aparecido en cierto tipo de literatura
como una forma de catalogar la personalidad de ciertos individuos, y raramente
se explica que el carácter y los hábitos se pueden cambiar.
Por tanto, una persona puede causar malestar a sus
allegados bajo ciertas circunstancias, pero nunca hay que caer en el error
de pensar que las personas tóxicas no pueden cambiar. Todos podemos cambiar,
absolutamente todos. Incluso puede que alguien te considere una persona tóxica,
así que hay que relativizar esta etiqueta y darle un sentido nuevo, que nos
ayude a escapar de situaciones que nos hacen sufrir, pero no como una forma de
despreciar o estigmatizar a alguien.
Personalidad tóxica: en ocasiones
merece la pena alejarse
¿Quién no ha tenido un jefe cínico, un compañero de
trabajo detestable o un cuñado que no para de decirnos lo que tenemos que
hacer? Lidiar con personas tóxicas puede ser inevitable en determinados
contextos. Pero lo que sí podemos controlar es la forma en que hacemos frente a
sus comportamientos.
Si no actuamos con las debidas precauciones, las
personas negativas pueden llegar a influirnos y hacernos sentir mal.
Además, es posible que acumulemos tensión y estrés por tener que convivir con
ellas. Motivos más que suficientes para intentar deshacernos de esta carga
psicológica.
Aquí te propongo nueve señales que deben
alertarte de que una persona tóxica te está consumiendo. Ha llegado el momento
de poner negro sobre blanco, porque nadie tiene el derecho de hacerte
sentir mal.
1. Hablas mucho
sobre la persona tóxica
Si notas que estás continuamente quejándote a tus
compañeros de trabajo sobre lo manipulador que es tu jefe de oficina o
lamentándote ante tu pareja de lo mal que te hace sentir tu suegra en las
reuniones familiares, debes saber que esta actitud va a agotarte
mentalmente, y por supuesto no va a ayudar a mejorar la situación.
Conversar acerca de la persona tóxica una y otra
vez solo consigue mermar tu autoestima y darle más importancia
de la que realmente tiene. No vas a solucionar nada dándole vueltas, y quizá
empieces a resultar molesto para quien debe escuchar tus constantes lamentos.
2. Te hace perder
los papeles
Si tu día a día está siendo afectado por un experto
manipulador o por personas que te critican a tus espaldas, debes saber
que los individuos tóxicos pueden afectar a tu equilibrio emocional. Debes
tener cuidado, porque es fácil que lleguen a causarte frustración e
incluso ira. Si esto sucede, es el momento de tomar medidas y solucionar el
problema.
3. Tu autoestima se
resiente
La gente tóxica suele ser grosera, maleducada y
pueden resultar muy ofensivos y molestos. En ocasiones, su trato degradante
hacia ti puede hacer sentir mal, pero recuerda que tu valor como persona
nunca debe estar supeditado a las opiniones (y mucho menos a los insultos
y vejaciones) de alguien que no seas tú mismo.
4. Les echas la
culpa de tu comportamiento o actitud
Si una persona tóxica logra hacerte pasar por su
aro y manipularte, puede ocurrir que culpes constantemente a esa persona
de las decisiones que tomes y de todo lo malo que te suceda. Si crees que la
persona tóxica tiene la culpa de todo, reconsidera la situación. Tal
vez solo le culpas para rehuir tu responsabilidad. Es tu vida, y si hay
alguien que tiene tanto poder sobre ti, lo mejor es que intentes alejarte y que
empieces a aceptar la responsabilidad que tienes sobre tu propio destino.
5. Temes tener a la
persona tóxica cerca
Si te horroriza pensar que debes pasar un rato con
esa persona, no hay duda alguna que, por lo menos para ti, ese individuo
es tóxico y tiene la habilidad de crearte un fuerte malestar. Si con solo
anticipar que vas a tener que encontrarte con ese compañero tóxico en una
reunión ya empiezas a tener sensaciones negativas, es una señal inequívoca de
que algo tiene que cambiar en tu vida.
6. Te rebajas a su
nivel
Cuando alguien te saca de tus casillas de forma
constante, puede que sientas la tentación de entrar al trapo y comenzar a
confrontarle. Esto hará que empieces a tener actitudes y conductas reactivas
que, probablemente, no están en consonancia con tus valores personales. Caer en
el juego de la persona tóxica puede ser inevitable si nos lleva a un extremo,
pero no es el modo de resolver la situación. De hecho, es probable que solo
logres empeorar las cosas y desesperarte más.
7. Te impide estar
relajado y cómodo
Cuando nos vemos asediados por personas que nos
manipulan o usan estrategias retorcidas para desmotivarnos, puede que llegue un
punto en que nos sintamos en un estado de constante tensión y preocupación.
Y cuando estamos intranquilos, es más fácil que las cosas nos salgan mal.
Si no consigues tener la cabeza fría y relativizar la situación, la persona
tóxica irá comiéndote el terreno. Por eso es importante que logres distanciarte
emocionalmente de la fuente de toxicidad.
8. Reaccionas con
mecanismos de afrontamiento disfuncionales
Cuando vivimos en un permanente estado de tensión,
podemos reaccionar de forma negativa. Por ejemplo, para mitigar el desasosiego
que sentimos, podemos permitirnos algunos “caprichos” nada saludables, como
tomar una copa de alcohol de vez en cuando o comer más de la cuenta. Es una
forma insana de atajar la sensación de ansiedad, y te lleva a un
círculo vicioso del que va a ser muy complicado salir.
9. A tu pareja
también le afecta emocionalmente
Puede que la persona tóxica sea algo así como una
figura de autoridad (un jefe, un profesor, tu padre o madre…) que no
puedes cuestionar. Si se da el caso de que te humilla y tu nivel de desgaste
emocional aumenta, puedes cometer el error de trasladar tu foco de
malestar hacia nuestra pareja, hijos o familiares. El mal humor se
contagia, y si dejas que la persona tóxica te contamine es posible que te
conviertas en una persona tóxica para nuestro tu más cercano y hagas sufrir a
personas que no tienen la culpa.
Gestiona la presencia de las personas
tóxicas en tu vida
Si las personas tóxicas están sacando la peor
versión de ti, va a ser necesario que te plantees algún tipo de cambio en
tu vida.
Esto
puede pasar por un simple cambio de mentalidad: no entrar al trapo de sus
juegos manipuladores o ignorar su presencia, por ejemplo. En otros casos, la
mejor decisión puede ser alejarte de este foco de negatividad y de mal humor
antes de que te acabe afectando seriamente.