Adicción a las redes sociales: el abuso de lo virtual
En Psicología y la salud mental en general, el
concepto de adicción está muy centrado en la dependencia química a sustancias;
de hecho, en los principales manuales diagnósticos el único caso de adicción a
algo que no sea una droga que se menciona es el de la ludopatía, aquella en la
que no se puede dejar de jugar a los juegos de azar.
Sin embargo, fuera del ámbito de lo clínico hay
otras concepciones acerca de lo que se entiende por “adicción”, y estas suelen
cambiar más rápidamente que las categorías más o menos rígidas a las que se
llega a través del consenso científico. Esto se nota especialmente en el ámbito
de las nuevas tecnologías, en el que ya se empieza a hablar acerca de un
fenómeno relativamente nuevo: la adicción a las redes sociales. Y es que
la generalización del uso de Internet tiene sus ventajas, pero también sus
riesgos.
¿Qué es la adicción a las redes sociales?
Tal y como su nombre indica, la adicción a las
redes sociales es una relación de dependencia que alguien desarrolla hacia
estas plataformas virtuales de interacción con otros, aunque en realidad hay
algo más que esto. Las personas que se obsesionan con las redes sociales no
piensan todo el rato en el placer que el uso de la red social les hace sentir,
sino en lo que se consigue a través de esa plataforma.
Eso significa que el uso de estos servicios no
genera un “pico de placer”, sino que lo que se gana es más bien el hecho de
evitar desaparecer del mapa social. Normalmente no se busca una recompensa,
sino que se trata de prevenir el perderse eventos, no enterarse de ciertas
noticias, etc. Es algo que recuerda al fenómeno del síndrome FOMO
(fear of missing out), con el que esta clase de adicción está relacionada.
Por otro lado hay que tener en cuenta que la
adicción a las redes sociales no es simplemente la creación de una dependencia
al uso de los ordenadores. De hecho, si algo caracteriza ahora a las redes
sociales es que están por todas partes: tablets, smartphones, PCs y otros
ordenadores convencionales… incluso en redes virtuales a las que se accede a
través de videoconsolas.
La aparición de este problema en Internet
Uno de los aspectos más negativos de la adicción a
las redes sociales es que hay muchas personas que pueden caer en ella. El
motivo es que estas herramientas no tienen la mala fama de, por ejemplo,
las drogas ilegales, y que el hecho de que los demás las usen crean más motivos
para unirse al fenómeno. Incluso por motivos profesionales, en muchos sectores
es recomendable abrirse un perfil en Facebook, Twitter, Instagram, etc.
En segundo lugar, como las redes sociales han ido
mucho más allá del ordenador, nos pueden seguir a todos lados desde la tablet o
los smartphones, desde los que pueden invadir periódicamente nuestras vidas a
través de vibraciones y sonidos. En Psicología, esto puede ser entendido como
un proceso de aprendizaje que lleva a un solo resultado: pensar todo el rato en
términos de redes sociales, ya que estas nos recuerdan constantemente que están
ahí.
En el caso de los adolescentes, su tendencia la
impulsividad y su necesidad de tener una influencia social amplia y expansiva
puede hacer que caigan rápidamente en esta clase de tendencias. Facebook, por
ejemplo, ofrece el valor añadido de reunir todos los tipos de interacciones
sociales en un solo lugar: publicación de fotografías y selfies, compartir
enlaces y contenidos multimedia como las canciones o los vídeos de humor con
los que uno se siente identificado, publicación de la existencia o no de una
relación sentimental, etc.
¿Qué tipo de persona cae en esta obsesión?
Si hace unos años el estereotipo de persona
obsesionada con las nuevas tecnologías era un varón adolescente o joven adulto
con un reducido número de amigos que no se podía desprender del ordenador,
actualmente los adictos a las redes sociales presentan un perfil mucho más
heterogéneo al que se han añadido en masa las mujeres jóvenes y las
adolescentes con habilidades sociales relativamente buenas.
Las redes sociales son entendidas actualmente no ya
como una limitación de las relaciones, sino que han pasado a ser el
“escaparate” público por el que hay que pasar de manera casi obligatoria para
ser alguien relevante en una comunidad de amigos y conocidos, sea grande o
pequeña, o para llegar a cosechar fama por lugares que nunca se visitará.
De este
modo, un perfil en Facebook es mucho más que un medio para mantener el contacto
con conocidos: es el ecosistema en el que todo lo relevante en términos
sociales ocurrirá. No en vano, por ejemplo, se ha llegado a crear un concepto
para referirse a que un noviazgo no empieza de verdad hasta que no aparezca en
un estado de Facebook: se habla de relaciones “Facebook official”.
Tomado de : https://psicologiaymente.net/clinica/adiccion-redes-sociales
Tomado de : https://psicologiaymente.net/clinica/adiccion-redes-sociales