¿Cómo Saber si Tienes Ansiedad? Los 10 Signos Principales
Saber si tienes ansiedad observando los síntomas
es muy importante para poder tratarla adecuadamente. La ansiedad es una de
las alteraciones psicológicas más comunes, que se presenta en un mayor número
de personas y que cada una de nosotros puede experimentar en algún momento
de su vida.
Sin embargo, a menudo puede resultar
difícil detectar qué sensaciones responden a un trastorno de ansiedad y cuando
se está sufriendo realmente una alteración de este tipo.
¿Cómo se detecta la ansiedad?
Para interpretar adecuadamente la
ansiedad como síntoma psicológico primero de todo debemos mencionar que la
ansiedad en sí no siempre tiene por qué constituir una alteración mental.
De hecho, la ansiedad se interpreta
como un mecanismo de activación mental y física que utilizamos las personas en
múltiples ocasiones d nuestra vida.
Las personas podemos experimentar ansiedad cuando
tenemos mucho trabajo a realizar en poco tiempo, cuando queremos conseguir un objetivo concreto o cuando estamos estudiando un
examen de vital importancia.
De este modo, la ansiedad aparece cada
vez que necesitamos activarnos de una forma especial para realizar unas tareas
determinadas.
Sin embargo, cuando esta activación
aparece en un contexto en el que no existe ningún motivo por el cual deberíamos
activarnos más de lo normal para nuestro óptimo funcionamiento aparece lo
que se denomina ansiedad patológica.
Así pues, en estos casos las personas
sufren una activación anormalmente elevada y experimentan muchas dificultades
para revertir la situación, volver a un estado de mayor tranquilidad o
conseguir calmarse.
Este hecho pone de manifiesto las
dificultades para diferenciar la activación normal o adecuada de nuestro cuerpo
con la ansiedad y el estado psicológico que le caracteriza, el cual puede
resultar muy molesto y desagradable.
Como hemos dicho, el principal aspecto
que nos permite diferenciar un estado del otro es la presencia de un estímulo
que motive la sobreactivación de nuestro cuerpo y nuestra mente.
Sin embargo, a menudo los estímulos
pueden resultar muy ambiguos, ya que cualquier cosa que pueda motivar un estado
de mayor activación en una persona, será siempre interpretado de modo
subjetivo.
Esto provoca que la divergencia de
opiniones sobre si una persona padece o no ansiedad sea un aspecto más que
común en este tipo de alteraciones, y las personas a veces no sepan a
ciencia cierta si padecen ansiedad o no.
Así pues, para ayudar a delimitar qué
aspectos caracterizan un estado de ansiedad y qué sensaciones experimenta una
persona nerviosa, es de vital importancia tener en consideración los
siguientes signos.
10 signos para descubrir si tienes ansiedad
1-Problemas para dormir
Posiblemente la principal
característica que se presenta en los trastornos de ansiedad son los problemas para dormir.
Con problemas para dormir no se hace
referencia a días puntuales en los que sea hace dificultoso conciliar el sueño
o días en los que uno se despierta más temprano de lo habitual, sino
problemas continuos y reiterados en los intentos de descansar adecuadamente.
Una persona con ansiedad muy
seguramente tendrá problemas para conciliar
el sueño por la noche a pesar de haber
realizado un notable desgaste físico y psicológico durante el día.
Así pues, a pesar de que se pueda
sentir cansado o con necesidad de descansar, a una persona ansiosa le suele ser
muy complicado dormirse cuando se acuesta en la cama.
Este hecho se explica debido a la
sobreactivación tanto física como psíquica que experimenta una persona que un
trastorno de ansiedad.
Los individuos ansiosos tiene una mayor
activación cerebral en todos los momentos del día y les cuesta mucho desviar la
atención de sus pensamientos durante todo el día.
De este modo, cuando están cansados o
se van a la cama, les cuesta mucho realizar el simple ejercicio mental de
evitar pensamientos extremos para conseguir conciliar el sueño.
Para poder dormir adecuadamente las personas
necesitamos un mínimo estado de calma y
relajación, por lo que las personas que no
consiguen alcanzarlo tiene muchas dificultades para conciliar el sueño.
2-Tensión muscular
Otro aspecto fundamental que
caracteriza los estados de nerviosismo es la tensión muscular.
Como venimos remarcando, cuando aparece la ansiedad se produce de inmediato un incremento en la
activación de la mente y del cuerpo.
De este modo, los músculos del cuerpo,
en vez de estar relajados y con un tono normal durante la mayor parte
del tiempo como la mayoría de las personas, estos están en constante
tensión.
Para que se entienda mejor pondremos el
siguiente ejemplo:
La ansiedad es ese mecanismo cerebral
que nos permite poner nuestro cuerpo en marcha antes situaciones que requiere
una respuesta rápida y efectiva.
Por ejemplo, si estás en medio del
bosque y oyes un ruido amenazador, la ansiedad permitirá que actives tu cuerpo
de la forma pertinente para que, en caso de emergencia, puedas responder
adecuadamente.
De este modo, una de las principales
acciones que realizará tu mente sobre tu cuerpo será tensionar fuertemente los
músculos para que estos estén preparados para la acción.
Si este estado de ansiedad se presenta
únicamente durante esta situación, los músculos estarán fuertemente tensionados
durante un periodo delimitado de tiempo, y en cuento la amenaza
desaparezca estos volverán a su tono normal.
Sin embargo, cuando presentas ansiedad patológica, tu mente estará activando tus músculos de forma
continua durante todo el día, durante todos los días.
De este modo, si padeces ansiedad tus
músculos se irán tensionando cada vez más, serás incapaz de relajarlos y muy
probablemente sentirás dolores de espalda o de cervicales.
3-Malestar físico
Debido a los mismos motivos que hemos
comentado anteriormente, la ansiedad puede provocar un gran número de dolores o
malestares físicos.
Como nuestro cuerpo está
permanentemente activado, este no puede relajarse nunca y empezamos a
experimentar ciertas sensaciones molestas.
Las sensaciones físicas que se pueden
experimentar en la ansiedad pueden ser diversas, sin embargo, la más común
suelen ser los típicos “nervios en el estómago“.
Esta sensación se caracteriza por una
serie de molestias desagradables en esa parte del cuerpo que se interpretan
como sensaciones nerviosas, como si los nervios estuvieran almacenados en
el estómago.
Esto se debe a que el intestino es un
órgano altamente sensible a las tensiones psicológicas, por lo que
experimentamos la permanente activación de esa parte del cuerpo como muy
molesta y desagradable.
Así mismo, estas sensaciones nos pueden
originar hinchazón, gases, estreñimiento u otros problemas digestivos.
No obstante, “los nervios en el
estómago” no son la única molestia física que puede causar la ansiedad.
Palpitaciones, elevación de la
frecuencia cardíaca, sudoración, temblores, sensación de ahogo, opresión
torácica, inestabilidad, mareos o náuseas pueden ser otros de los síntomas
físicos experimentados en la ansiedad.
4-Pensamiento incontrolable
Otra de las características de la
ansiedad es la incapacidad de controlar el
pensamiento.
Cuando la ansiedad aparece en nuestra
mente, esta toma el control de forma total y nos impide detenerlo cuando nos
provoca malestar.
Los pensamientos empiezan a surgir sin
ningún tipo de control, se deslizan por nuestra mente con total libertad y, a
veces, por mucho que lo intentemos no somos capaces de detenerlo.
Así pues, por muy molestos que sean los
pensamientos que tengamos y aunque tengamos ganas de que desaparezca, este
sigue funcionando como si tuviera vida propia.
Es como si la hemorragia de emociones y
sensaciones que provoca la ansiedad tuvieran un mayor control sobre
lo que pensamos que nosotros mismos.
De este modo, la tranquilidad se nos
presencia como inalcanzable, ya que sólo somos capaces de prestar atención
a nuestros pensamientos, los cuales incrementan e incrementan nuestro
estado de ansiedad.
5-Preocupación excesiva
Así mismo, los pensamientos
incontrolables descritos en el apartado anterior no suelen poseer un contenido
agradable y optimista.
Más bien todo lo contrario, suelen
centrarse en aspectos que nos provocan mucha preocupación y aumentan nuestra
sensación de ansiedad y nerviosismo.
De este modo, las preocupaciones
aparecen en la mente sin ningún tipo de control, y estas se van haciendo cada
vez más grandes, confeccionando un bucle sin fin con nuestras sensaciones
físicas de ansiedad.
6-Miedos irracionales
En algunos casos, las preocupaciones
excesivas pueden convertirse en miedos totalmente irracionales hacia distintos
aspectos.
Estos problemas de ansiedad son los que
se conocen como fobias, y se caracterizan por temer de forma excesiva y
sin ningún tipo de motivo algún aspecto concreto.
Estos miedos irracionales pueden
aparecer ante cualquier elemento (serpientes, arañas, alturas, sangre, etc.) o
situaciones (al conducir, al relacionarte con otra gente, al estar solo,
etc.).
Así mismo, la persona que los padece es
capaz de interpretarlos como irracionales pero a pesar de ser consciente de que
no tiene sentido tener un miedo tan extremo, es incapaz de extinguirlo y/o
reducirlo.
Otra vez más estamos ante la
incontrolabilidad del pensamiento, este empieza a producir contenido altamente
ansioso y desagradable, y por muchos esfuerzos que se realicen siempre
parecen ganar la partida.
7-Perfeccionismo
Uno de los rasgos más comunes de las
personas que padecen ansiedad es el
perfeccionismo y la necesidad de realizar las
cosas de la mejor manera posible.
En este caso, el perfeccionismo en si
no es un signo que demuestre la apariencia de la ansiedad pero sí que puede
explicar en muchas ocasiones el origen y el mantenimiento de este tipo de
alteraciones.
Las personas perfeccionistas tendrán
una mayor motivación para realizar adecuadamente las cosas pero a su vez
tendrán una menor sensación de control al percibir la imperfección de
muchas de los elementos que les rodean.
De este modo, una persona muy
perfeccionista puede experimentar elevados estados de ansiedad por aspectos que
pasarían desapercibidos para otras personas que no se centren tanto en los
detalles.
8-Sensación de inseguridad
La inseguridad es
un síntoma común en la mayoría de trastornos de ansiedad.
Este signos se caracteriza por el
surgimiento de una sensación determinada en la que se experimentan sentimientos
de incontrolabilidad, dificultad para reconocer lo adecuado y ausencia de
estímulos que reafirmen el dominio de las cosas.
De hecho, muchos trastornos de ansiedad
pueden originarse en la ausencia de control de aspectos que se constituyen como
vitales para una persona.
¿Mi puesto de trabajo me garantiza un
futuro laboral estable? ¿Conseguiré mejorar la relación con mi pareja y casarme
con ella? ¿Elegí bien los estudios que realice y me garantizarán encontrar
trabajo?.
Aspectos como estos pueden generar un
sensación de falta de control en la persona que se experimente con elevados
estados y emociones de ansiedad.
En estos casos, el eje central de la
ansiedad puede ser esta ausencia
de seguridad y la necesidad de estar activado
constantemente al realizar intentos en vano de conseguir un mayor control
de la situación.
9-Dificultad para concentrarse
Cuando se está ansioso o extremadamente
nervioso, concentrarse y pensar con claridad suele presentarse como una tarea
altamente complicada.
El motivo es que para concentrarse adecuadamente se requiere una cantidad notable de energía y
una dirección total de nuestra atención hacia un estímulo concreto.
Sin embargo, una persona ansiosa tendrá
su mente en constante funcionamiento, invirtiendo altos niveles de energía en
mantener los pensamientos permanentes que definen su estado de ansiedad.
De este modo, cuando la persona se
dispone a cambiar su foco de atención y no hacer caso a sus pensamientos para poder concentrarse en cualquier tarea, su cerebro suele no
hacerle caso.
Para la mente de un persona con
ansiedad, los pensamientos ansiosos que alberga en su interior parecen ser
mucho más importantes que cualquier otro aspecto, de este modo, hacerle
cambiar de opinión y conseguir que se concentre en otras cosas suele resultar
complicado.
10-Inquietud o impaciencia
Finalmente, el último signo que
caracteriza la ansiedad y que resulta muy útil para detectar este tipo de
estados es la inquietud o impaciencia.
Las personas nerviosas suelen tener
muchas dificultades para tranquilizarse por lo que su cuerpo estará permanente
activad e inquieto.
Así mismo, este estado de
sobreactivación provocará que la persona se presente altamente impaciente ante
cualquier cosa.
El organismo de una persona con
ansiedad va más acelerado que el resto, por lo que espera que las cosas
funcionen a la misma velocidad que él. Cuando esto no sucede, los
sentimientos y los pensamientos de impaciencia aparecen al instante.
¿Y tú qué otros síntomas de la ansiedad
tienes?