Cómo adoptar una actitud
mental positiva, en 6 consejos
Varios consejos para aprender a centrarse en el
lado bueno de la vida y no obsesionarse con lo malo.
La actitud
mental positiva es aquello que marca la diferencia a la hora de disfrutar de las oportunidades que nos da la vida. Y
es que hay personas que, sin saberlo, se centran siempre en lo malo, sin darse
cuenta de que el tiempo que pasan lamentándose es algo con lo que se
autosabotean.
En este
artículo veremos varias claves para tener una actitud mental positiva y saber
valorar la posibilidad de centrarse en las cosas buenas que nos brinda la
existencia.
La importancia de tener una actitud positiva
Es cierto
que el mundo está lejos de ser un lugar perfecto. Hay mucho en él que debe ser
arreglado, pero eso no significa que sea imposible ser feliz con lo que
hay.
Está claro
que para sentirse bien es muy importante tener acceso a ciertos recursos
básicos, pero también es verdad que, teniendo las mismas cosas, hay grandes
diferencias en el modo en el que las personas aprecian lo bueno que les ocurre.
Una parte de
la felicidad tiene que ver con las necesidades básicas objetivas y materiales,
mientras que otras están relacionadas con la mentalidad, la gestión de
la atención y la frecuencia con la que se tienen pensamientos
positivos. Veamos cómo podemos contribuir a disponer de esta parte más
subjetiva y privada del bienestar.
Varios consejos para disfrutar de una buena mentalidad
Siéntete
libre de aplicar estas claves a tu vida diaria, adaptándolas a las
características de tus hábitos y modo de vida.
1. No confundas pesimismo con realismo
En los
momentos en los que nos sentimos mal, tendemos a verlo todo desde un punto de
vista pesimista. En estos momentos, es muy frecuente creer que todo lo
que nos haga sentir bien es un engaño, y que la realidad está caracterizada
por el dolor y el malestar.
Claramente,
este pesimismo es un sesgo, una manera de deformar la interpretación de lo que
nos ocurre. Es por eso que no hay que caer en la trampa de creer que la
felicidad es una ilusión.
2. Orienta tu pensamiento hacia objetivos concretos
Si trazamos
planes realistas cuyos resultados puedan ser valorados a corto plazo, tendremos
la posibilidad de alegrarnos con frecuencia.
Pero lo
mejor de hacer esto no se basa en esos momentos de entusiasmo y alegría que
ocurren al llegar a un objetivo. Lo mejor es tener una fuente
motivacional.
3. Rodéate de personas con actitud positiva
La manera de
pensar y de sentir se contagia con gran facilidad. Por eso, merece la pena
disponer de círculos sociales en los que prime el optimismo y
la actitud mental positiva. Si tenemos estímulos que susciten alegría,
diversión u optimismo, es más fácil que esta manera de pensar cobre vida en uno
mismo y la empecemos a reproducir automáticamente, de manera autónoma.
4. Lánzate hacia proyectos a largo plazo
Además de
tener siempre en mente pequeños objetivos, es importante tener uno de largo
alcance. De esta manera, tenemos una finalidad general que guía
nuestros actos y que nos da la posibilidad de pensar en ese futuro
mejor que queremos construir.
Es cierto
que parte de los problemas de tristeza y malestar psicológico se deben a no
pensar en el aquí y ahora, pero también es verdad que si nos planteamos
finalidades más ambiciosas, tendremos una sensación de progreso que nos permite
esperar con ilusión ciertos hitos.
5. Ayuda a otros sin esperar nada a cambio
Muchas
personas ayudan a otras esperando que estas hagan algo muy concreto por ellas
para compensar. Esta clase de chantajes encubiertos son totalmente
perjudiciales, para todo el mundo. Sin embargo, ayudar por el placer que esto
produce es algo distinto.
El ser
humano es empático, y por eso, ver el alivio y el agradecimiento en
los demás es una manera de tener muchos más motivos para sonreír.
6. Distánciate de las opiniones negativas
Las
opiniones negativas no tienen por qué ser desacertadas por es simple hecho de
no darnos motivos para alegrarnos. Sin embargo, es bueno saber distanciarse de
ellas, ponerlas en cuarentena. Muchas de ellas son emitidas por el simple hecho
de herir, o simplemente para expresar una actitud o defender una ideología
yendo en contra de otra.
Así,
debemos quedarnos solo con el posible valor informativo de esta clase
de mensajes, no centrarnos solo en cómo nos hacen sentir. Ver el contexto
es importante, así que también es importante valorar la posibilidad de que la
intención de quien las expresa no sea expresarse honestamente. En caso de que
sí sea lo que piensa, es bueno separar opiniones de razonamientos.
Una manera más amable de ver la vida
En
definitiva, para tener una actitud más positiva es importante no
ponernos trabas a nosotros mismos dejando que la desesperanza nos atrape y
nos lleve a ver las cosas desde un sesgo negativo. Para ello, hay que trabajar
en el día a día hacia objetivos claros y realistas, y elegir entornos sociales
que nos lleven a dar lo mejor de nosotros mismos.
por Arturo Torres