"¿PUEDE UN CRISTIANO ASISTIR A UN
PSICÓLOGO o PSIQUIATRA?"
(Hago
esta pregunta ante la reiterada y muy absurda negativa de algunos líderes
religiosos a que sus feligreses asistan a terapia psicológica o psiquiátrica.)
Respuesta:
La
pregunta de si un cristiano puede ver a un psicólogo o a un psiquiatra como la
solución para superar las enfermedades mentales, se está volviendo más y más un
punto de discusión. Hay un gran número de psicólogos, psiquiatras y consejeros
cristianos, y los creyentes están buscando regularmente sus consejos, la mayor
parte de las veces por depresión y ansiedad. Por unos pocos incidentes
registrados en las Escrituras que tratan sobre síntomas que parecen ser
similares a las enfermedades mentales de la actualidad, muchos cristianos
asumen que todos los problemas psicológicos pueden ser atribuidos a demonios.
Sin embargo, no hay forma de que sepamos si estas personas estaban mentalmente
enfermas según nuestro moderno sentido del término, y aún si eso es o no
relevante. El problema es que hay una amplia variedad de desórdenes
psicológicos, algunos de los cuales son emocionales y algunos físicos, pero
todos ellos tienen un componente espiritual.
Un
estilo de vida pecaminoso puede ser una causa de depresión o ansiedad. En el
caso de un verdadero creyente en Cristo, la persona necesita darse cuenta de
que Dios está esperando que confiese sus pecados, se arrepienta de ellos, y
regrese a Él. La Biblia nos dice que Satanás tiene una significativa cantidad
de influencia sobre la gente (2 Corintios 4:4). Es más fácil obedecer a Satanás
de lo que es obedecer a Dios, porque Satanás nos anima a ser indulgentes con la
naturaleza pecaminosa que todos tenemos. De esta forma, una persona mentalmente
enferma puede ser influenciada por demonios. Es importante recordar, sin
embargo, que los cristianos no pueden ser poseídos por demonios o influenciados
más allá de una tolerable intensidad de tentación (1 Corintios 10:13). Esto es
porque los creyentes ya están poseídos por el Espíritu de Dios (Romanos
8:9-11), y el templo para el Espíritu Santo no compartirá espacios con los
demonios.
Otra
cosa que la gente no toma en consideración, es que Dios ha permitido que la
humanidad invente y desarrolle diferentes clases de medicinas para la salud. Si
una persona tiene una verdadera enfermedad mental, causada por desbalances
hormonales o químicos en el cerebro, la medicación puede ser necesaria. No es
diferente a ir al doctor para obtener un medicamento para un problema de la
tiroides, o diabetes, o cualquier otra enfermedad física. Esto no quiere decir
que Dios no pueda curar milagrosamente, porque Él puede hacerlo. Pero Él no
siempre interviene de esta manera.
Si
está, o no está bien usar medicamentos es una decisión personal. Esto se
convierte en una cuestión de conciencia, porque la Biblia no trata con ello
específicamente.
Algunas
cosas que debemos considerar son: ¿Afecta mi comportamiento a otros,
especialmente a mi familia? ¿Mi enfermedad está causando que desobedezca a Dios
y me resista a permitir que el Espíritu Santo trabaje a través de mí? ¿Mi
testimonio por Cristo está sufriendo por esta incapacidad? Si una persona sabe
que está enferma, pero se rehúsa a conseguir ayuda por razones egoístas, es
pecado. Si el tomar medicinas para enfermedades cerebrales, está fuertemente en
contra del sistema de creencias de la persona, y pasa mucho tiempo en oración y
meditación, ésta debe discutir cualquier otra alternativa con su doctor, o su
pastor o ministro.
No es
pecado tomar los medicamentos necesarios o ver a un psiquiatra. Esto no muestra
una falta de fe en Dios, aunque siempre debemos acudir primeramente a Él para
pedir salud y dirección. Él quiere encargarse de cada parte de nuestras vidas,
y nosotros debemos sentirnos libres de llevar nuestros problemas a Él en
oración para cada situación y cada circunstancia. Con frecuencia Él usa
medicamentos y terapeutas para curar a Sus hijos. Sin embargo definitivamente
es preferible ver a un consejero o psiquiatra cristiano capacitado, a ver a un
terapeuta secular, quien sólo dará consejos desde el punto de vista del mundo,
en vez del punto de vista bíblico. Dejemos que las palabras del salmista David
nos animen: “Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;
puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico
nuevo, alabanza a nuestro Dios...” (Salmo 40:2-3).
“Según
he estudiado la Biblia y las enseñanzas en el seminario pienso sobre el tema lo
siguiente:
Una
cosa que hay que tomar en consideración, es la verdad de que Dios ha permitido
que la humanidad invente y desarrolle diferentes clases de medicinas para la
salud y el beneficio de las personas. Si una persona tiene un verdadero desequilibrio
emocional, causado por desbalances hormonales o químicos en su cerebro o por
traumas y situaciones insoportables como la pérdida de un ser querido o una
violación, la medicación puede ser necesaria y el padecimiento debe tratarse
con la misma seriedad y objetividad con el que se trata una cirugía o una
enfermedad de consideración, sin entrar en fanatismos o en legalismos. No debe
ser diferente a ir al doctor para obtener un medicamento para un problema de la
tiroides, o diabetes, o cualquier otra enfermedad física.
Esto
no quiere decir que Dios no pueda obrar milagrosamente en la persona, porque
para Dios todo es posible, sin embargo muchos al pedirle a Dios por su
enfermedad esperan ver un destello de luz o una manifestación sobrenatural suceder
de forma inmediata e instantánea, pero si bien es cierto Dios hace estas cosas
cuando él quiere, la mayoría de las veces el actúa de forma discreta a través
de muchas formas diferentes las cuales al ser muy normales para nosotros y al
no tener nada de sobrenatural terminamos diciendo que el que sanó fue un médico
o nosotros mismos, sin entender que Dios está detrás de todo, pues si no es por
su voluntad no sanaríamos ni siquiera de un simple resfrío.
Si
está o no está bien usar medicamentos para tratar una depresión o la ansiedad
es una decisión personal que debe
tomarse con seriedad, conocimiento de la situación y responsabilidad, pues si
bien es cierto no todo caso a merita medicación, no toda situación puede manejarse
en un comienzo sin estos.
Si es
correcto o no ver un psiquiatra o un psicólogo es algo que dependerá de la
situación y la persona, es algo personal que debe tratarse con responsabilidad
y es algo que no debería demonizarse ni señalarse pues esto primero que todo no
muestra una falta de fe en Dios, más siempre debemos acudir primeramente a Dios
para pedir salud y dirección y que sea Él quien tome control de nuestro proceso
de sanidad y utilice a los médicos si es el caso de la mejor forma. Dios quiere
encargarse de cada parte de nuestras vidas, y nosotros debemos sentirnos libres
de llevar nuestros problemas a Él en oración para cada situación y cada
circunstancia”. (Apreciación de un pastor amigo)
Porque
entonces con absoluto respeto hago unas preguntas:
“Porque el Señor da la sabiduría; conocimiento
y ciencia brotan de sus labios”.
Proverbios 2:6 - NVI
“Si a alguno de ustedes le falta
sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente
sin menospreciar a nadie”.
Santiago 1:5 - NVI
Si
tomamos esto literalmente, entonces, ¿YA NO HAY QUE MANDAR A LOS HIJOS AL
COLEGIO NI A LA UNIVERSIDAD?
“Más él herido fue por nuestras
rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre
él, y por su llaga fuimos nosotros curados”.
Isaías53:5 - RVR1960
Y
como ya fuimos curados, entonces ¿TAMPOCO DEBEMOS IR AL MÉDICO NI LLEVAR A
NUESTROS FAMILIARES?
“Hijitos míos, estas cosas os escribo
para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el
Padre, a Jesucristo el justo”.
1 Juan 2:1 - Reina Valera 1960
Además
como en Cristo tenemos abogado, si tenemos un problema jurídico, ¿TAMPOCO
DEBEMOS RECIBIR ASESORÍA JURÍDICA DE UN ABOGADO?
Yo
más bien me pregunto:
¿Cuál
es el miedo a ser valorados en una asesoría psicológica?
¿Sera
que tienen cosas escondidas que prefieres encubrirse en una falsa y fanática
religiosidad para que no le sean sacadas a la luz?
Hummmmm….
Vaya uno a saber!
Como
dicen por allí:
“CARAS VEMOS TRASTORNOS
MENTALES NO SABEMOS”!!!!!