En cuarentena con un adolescente, ¿Qué puedo hacer?
La
adolescencia es el periodo de culminación de desarrollo madurativo en relación
al cerebro y al sistema nervioso, finalizando a los 20 años. Es decir, hasta
esta edad los jóvenes no serán capaces de poseer un autocontrol, gestión
emocional y funciones ejecutivas (planificación, organización, inhibición, etc)
maduros. Esta etapa es para nuestros hijos un periodo donde se desarrolla su identidad y su personalidad.
Es un momento duro para ambas partes, puesto que pasamos de la dependencia
infantil a la búsqueda de autonomía.
Si a este cambio añadimos una cuarentena por un
virus que cambia la rutina y los hábitos de toda la familia, es la suma para
que cuyo resultado sea una acumulación
de emociones y sentimientos de miedo, rabia, tristeza, incertidumbre, entre
otros
Un trabajo reciente de
investigadores italianos y españoles, informa que el 85% de madres y padres
notaron cambios en el estado emocional y el comportamiento de sus hijes y que
el síntoma más frecuente fue la dificultad
para concentrarse, seguido de aburrimiento, irritabilidad, inquietud,
nerviosismo, sentimientos de soledad y preocupación. Todos pasaron mucho
tiempo frente a pantallas, hicieron menos actividad física y durmieron más
horas durante la cuarentena.
La Universidad Complutense de Madrid, en España, hizo un relevamiento con foco en la salud mental de la población durante el confinamiento. Sus conclusiones se asemejan a los resultados del relevamiento de un grupo de científicos de la facultad de Psicología de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES), en Argentina. Los indicadores de ambas entidades comulgan: los jóvenes entre 18 y 39 años experimentan mayor nivel de ansiedad, depresión y estrés en el encierro que el resto de los rangos etarios.
Perdida de la interacción social ¿afecta en el adolescente?
Uno de
los procesos más afectados en este periodo de cuarentena con relación a los
adolescentes es la socialización. La relación entre pares es crucial en esta
etapa, pues los amigos son quienes ayudan
a la construcción de la identidad. El proceso de estar en grupo sirve para
muchas cosas, pero principalmente les permite saber qué tipo de persona son en
el vínculo con los otros, quiénes quieren ser. También los amigos son el
espacio donde surge el encuentro de pareja, siendo una preocupación muy grande
para los adolescentes.
Antes de
la etapa de aislamiento, los jóvenes podían disfrutar reuniéndose en fiestas,
salidas grupales y otras actividades que les permitían conocerse más entre
ellos. Una característica interesante del adolescente es la sensación de
omnipotencia y el ego que se desarrolla en esta etapa, pues el individuo se
siente capaz de realizar varias cosas desde salir a divertirse hasta altas
horas de la noche y al mismo tiempo llevar muchas asignaturas en la
universidad. Por ello, esta población se
ve limitada en el desarrollo de estas actividades, pues no tiene el espacio
físico a su disposición ahora, aunque en el contexto actual, es afortunado para
su seguridad.
En este
escenario, la tecnología está jugando un rol importante al convertirse en los
nuevos espacios protagónicos de interacción entre los jóvenes, a pesar de que
ellos siempre han estado allí. Ya sea por medio de juegos, aplicaciones para
videoconferencia, extensiones para compartir pasatiempos juntos o incluso las
clases virtuales, los adolescentes pueden compartir y vivir nuevas experiencias
comunicativas. Lo virtual se ha
convertido en un excelente soporte de contacto, porque nos está permitiendo
reunirnos con todos. A veces, escuchamos a los docentes o padres decir que
las redes aíslan a los chicos. Es curioso porque, dada esta situación, son los
adolescentes lo que más buscan contactarse y quienes encuentran nuevas formas
de hacerlo.}
Para poder llevar a cabo una feliz y calmada convivencia es necesario tener en cuenta los
siguientes tips:
Primero
Entender al adolescente, cómo
se siente, cómo vive la situación actual… Por la naturaleza y necesidades que
presentan en dicha etapa, normalmente requieren salir, socializar, y sobretodo,
relacionarse con sus amigos. Ante este retiro en casa, no pueden llevar a cabo
un aspecto básico de su día a día, lo que conlleva al aumento de malestar,
frustración, y por ello, discusiones en el ámbito familiar.
Segundo
Mantener la calma, entender
que para nosotros también es un momento duro, necesitamos tranquilizarnos y
gestionar lo que estamos viviendo. Intentar planificar un horario semanal con
una serie de rutinas donde haya espacio para uno mismo, el trabajo, la familia
y los amigos. Llevando a cabo ejercicios de relajación, meditación y deporte. Y
manteniendo en lo posible la vida social con amigos y seres queridos mediante
videollamada.
Tercero.
A la hora de llevar un diálogo e intentar acuerdos, es primordial tener en cuenta estas tres premisas:
- ·
¿Qué le sucede a mi hijo/a para que actúe así?
- ·
¿Qué quiero transmitirle?
- · ¿Cómo puedo transmitirle mi mensaje?
Cuarto
Intentar poner unas pautas en
casa respecto a la nueva situación. Realizar una reunión donde
se marquen los nuevos timing, tiempo
para ocio, tareas o deberes, juegos, etc.
Quinto
Cuando aparezca un conflicto, no entrar directamente. Esperar a que nuestro hijo/a se tranquilice y una vez que se haya calmado hablar con él/ella.
Sexto
No olvidar la relevancia de mantener una conducta positiva y asertiva, es decir, serena, evitar
luchas de poner, siendo amable pero firme con los limites, empatizar y escuchar
sin juzgar.
Séptimo
Ser
conscientes de que esta situación es dura para todos, por ello, si trabajamos
en equipo la convivencia será mejor.
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https://www.telam.com.ar/notas/202005/466119-opinion-adolescentes-cuarentena.html
https://puntoedu.pucp.edu.pe/noticias/adolescencia-en-cuarentena/
https://www.nataliamartinpsicologia.com/adolescentes-y-cuarentena/