La vejez en cuarentena
Esta
enfermedad infecciosa causada por el virus SARS-CoV-2, afecta el sistema
respiratorio, causando complicaciones a nivel pulmonar. Por ende, sujetos con
una respuesta inmunológica menor y un sistema respiratorio desgastado por el
avance natural de la edad o enfermedades comórbidas, están más comprometidos a
nivel de salud. Respecto a los adultos mayores, cabe cuestionarnos, ¿solo son
vulnerables por su edad? ¿Cómo podemos ayudarlos?
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Partimos de una premisa: no debemos subestimar a nuestros mayores. A lo largo de su vida, han pasado por diversas crisis, pandemias, guerras e inminentes “finales del mundo”. En ellos recae la voz de la experiencia, lo cual puede tener un impacto negativo cuando se cumplen los siguientes preceptos
- Desconfianza: Dado
que han “sobrevivido” a todo lo anterior, es normal que sientan mayor
desconfianza de las autoridades y los medios de comunicación.
- Nuevas tecnologías: Hoy en día, la información cambia a una velocidad vertiginosa y por diversos medios digitales. En este marco, si no existe un correcto acceso a las TICs (Tecnologías de Información y Comunicación), tanto la desinformación como la sobreinformación basada en fuentes falsas, son muy comunes.
- Aislamiento social: Un problema que trasciende al coronavirus. La pérdida de contacto social debido al “abandono” y enfermedades crónicas, sin un correcto abordaje, es un factor de riesgo.
- Deterioro cognitivo: El avance de la edad trae consigo repercusiones naturales en las funciones ejecutivas. Un claro ejemplo son los de memoria o atención, pueden ser un problema si no existe un abordaje.
Recomendaciones para adultos mayores con trastornos cognitivos
En el caso de adultos mayores que tengan trastornos cognitivos
como demencia o Alzheimer, el aislamiento social puede ser particularmente
difícil, no sólo para ellos, sino que también para quienes los acompañan.
Andrea Slachevsky, Coordinadora de la Clínica de Memoria y Neuropsiquiatría del
Servicio de Neurología del Hospital del Salvador, señala que “las personas con
demencia pueden tener dificultades para entender la epidemia y adaptarse a los
cambios de rutina que las autoridades solicitan”.
Esto va en línea con lo descubierto en recientes investigaciones de la Universidad de Pekín, donde las personas con demencias mostraron mayor dificultad para comprender la pandemia y adaptarse. La falta de rutina y el aislamiento social provocaron desorientación y exacerbación de los trastornos de conducta en este grupo etéreo
“Este también es un problema para los cuidadores o quienes
acompañan a los adultos mayores, quienes deben tener claro que verán
exacerbadas conductas propias del trastorno, como ansiedad y estrés. El cambio
de rutina, la ausencia de actividad física y el escaso contacto social, sin
duda llevarán a una agravación de problemas como desorientación, irritabilidad
y falta de sueño” añade Slachevsky.
Con el fin de reducir las complicaciones, especialmente en
personas mayores con trastornos, se recomienda mantener el contacto familiar a
través de la tecnología y disminuir el consumo de noticias y comentarios
relacionados al COVID-19, que tienden a sobre preocupar o confundir. Por ello,
“es mejor acompañar y fomentar la participación en actividades que les interesen
y que se ajusten a sus habilidades. Es bueno proporcionarles tareas hogareñas
como doblar ropa, hacer la cama o barrer. Además de validar sus acciones y
entregarles refuerzos positivos”, comenta la Coordinadora de la Clínica de
Memoria.
Por último, ambas especialistas concuerdan que una gran
herramienta a utilizar con personas de edad avanzada, tengan o no trastornos
cognitivos, es el uso del humor para hacer frente a este nuevo contexto. “Un
humor simple puede amortiguar las emociones negativas y entrega una sensación
de paz”, concluye Daniela Thumala.
Las personas
mayores por lo general, suelen ser muy sensibles con el afecto que les
transmiten los suyos con las visitas y los acompañamientos, el aislamiento
puede hacer que muchos se sientan un poco abandonados y esto les genere
sufrimiento. Por ello, lo que se pretende con esta guía es tratar de que la
situación a nivel emocional sea lo más normal posible, para esto se recomienda:
Apoyo familiar
·
Tener una comunicación clara y franca para así reducir los niveles
de angustia. Es necesario dialogar con los adultos mayores, explicarles la
vulnerabilidad que hay relacionada con la edad de ellos y el virus, y que la
idea es tratar de protegerlos mediante el aislamiento social.
·
Compartir hechos simples sobre lo que está sucediendo y brindar
información clara sobre cómo reducir el riesgo de infección en palabras que las
personas mayores puedan entender. Repita la información cuando sea necesario.
Las instrucciones deben comunicarse en una forma clara, concisa, respetuosa y
paciente y también puede ser útil que la información sea por escrito o en
imágenes.
·
Apoyar constantemente al adulto mayor sin discriminarlo, haciendo
que entienda que no lo están rechazando en caso de que este aislado.
·
Establecer un contacto fluido con familiares y amigos a través de
las redes sociales o vía telefónica, celular, chat, ideo chat, Skype, entre
otras; este es un buen momento para fortalecer las relaciones familiares.
·
Si está muy angustiado, hable con personas cercanas de su confinamiento,
eso le dará alivio. También es normal sentirse triste, con ansiedad y
preocupación frente a esta situación; acepte lo que siente y haga lo posible
para manejarlo.
·
Mantenga buen ánimo y considere que este aislamiento le puede
resultar provechoso.
·
Promueva el dialogo con su familiar y hágalo participe en todas
las actividades del hogar, que expresen sus emociones y puntos de vista. Si
están aislados vincule la tecnología para mantener la comunicación.
·
No contribuir a generar pánico, de por sí ya se tiene con el miedo
asociado a la enfermedad y a la muerte, frente a la posibilidad que los adultos
mayores son los más vulnerables; brindar calma y estimular el cuidado emocional
por medio del acompañamiento observando los aspectos positivos de la crisis.
Mantener una rutina
·
Es fundamental que se pauten horarios y se ordenen las actividades
del día. Así, nuestro sistema nervioso se adaptará más rápido a la situación y
esta tendrá menos repercusiones negativas y somáticas.
·
Establecer un plan diario de actividades con rutinas sencillas
manteniéndose ocupados. Tener en cuenta los hábitos saludables; higiene,
alimentación, actividad física.
·
Mantenerse ocupado, por ejemplo, organizar el closet o ropero, o
realizar alguna actividad que tenía aplazada en su hogar.
Dieta y ejercicio
· Dado que la movilidad se verá naturalmente reducida, es necesario realizar ejercicios aeróbicos y principalmente de estiramiento durante el día, con el n de cuidar músculos y articulaciones. Además, el encierro puede predisponer a las personas a comer para ocupar su tiempo. Esto es contraproducente ya que tampoco es necesaria tanta energía, y por ello, es conveniente mantener una dieta saludable, completa y estructurada.
Actividad intelectual
·
El poco uso de las habilidades cognitivas durante la vejez suele
producir un deterioro de las mismas. Es por ello que se recomienda utilizar
diariamente la lectura y escritura, actividades creativas como la pintura y el dibujo,
o actividades lúdicas que exijan la lógica a nivel individual o grupal.
Hobby o hobbies
·
Realizar pasatiempos o actividades que se practiquen por gusto y
de forma recreativa en el tiempo libre para distraerse; retomar las
manualidades, dibujar, colorear, escuchar música, realizar juegos, ver
televisión, videos y ejercitarse.
·
Realice actividades que lo diviertan o le resulten entretenidas,
el internet es un gran recurso si lo sabe manejar.
Sueño y cuarentena ¿qué hacer y qué no hacer?
·
En esta situación la cama puede ser nuestro peor enemigo. Si me
recluyo en mi habitación y ejecuto en ella actividades contrarias al sueño como
el ejercicio o la alimentación, durante la noche, el sistema nervioso no identicará
el lugar ni el momento para el descanso. Es así que pueden aparecer síntomas de
insomnio.
·
Se recomienda evitar la habitación en el día y mantener reguladores
del ciclo circadiano, como la exposición solar (en la ventana) y la ingesta de
alimentos frescos.
Combatir el estrés con inteligencia emocional
Los cambios
de humor pueden afectar la convivencia. Para evitarlo, es necesario gestionar
correctamente las emociones y los momentos. Algunas orientaciones que pueden
servir:
·
Identificar lo que me sucede: En primer lugar, intentar encontrar
y describir las emociones del momento, para luego entender de dónde provienen y
elaborar una estrategia acorde.
·
Encontrar un medio para expresarme: El encierro produce la
necesidad de «descarga» y muchas veces son otros los que pagan los platos
rotos. Para evitarlo, primero debemos permitirnos exteriorizar lo que nos
sucede y, en segundo lugar, buscar un buen medio para hacerlo. Escribir o
conversar en un ambiente distendido, libre de estímulos estresores puede ser
útil para bajar tensiones.
·
Técnicas de relajación: La respiración guiada, la relajación
muscular, la meditación y los ejercicios de atención, en un ambiente distendido
y con música agradable, pueden ser factores beneficiosos a la hora de regular nuestras
respuestas emocionales.
· Evitar el consumo: Durante el encierro, cualquier bebida o alimento que altere el funcionamiento del sistema nervioso, es aún más perjudicial para el individuo y su entorno. Evitar el alcohol en exceso, medicamentos no formulados para tranquilizarse y los estimulantes como la cafeína.
Información tomada de:
https://www.explora.cl/blog/personas-mayores-y-covid-19/
https://neuro-class.com/adulto-mayor-y-cuarentena-una-guia-psicologica/