Preocupación y Ansiedad como aspecto psicológico importante en esta cuarentena.
La cuarentena suele ser una experiencia desagradable para los seres humanos, debido a que es un aislamiento obligatorio y que implica romper con nuestro día a día, nuestras rutinas, nuestro ocio, nuestros amigos, familia, nuestra pérdida de libertad, la aparición del aburrimiento y un largo etcétera. En efecto esta situación tiene una potente carga psicológica sobre nosotros.
De
repente nuestra vida se ha paralizado y nos toca adaptarnos temporalmente a una
nueva situación. Por supuesto el momento que acontece nos genera estrés, pero
no sólo la situación vivida, sino también todas las consecuencias generadas por
esta. Puede surgir la pérdida del trabajo, la reducción de ingresos mensuales,
gestionar el hecho de convivir 24h con nuestra pareja, hijos, familiares o
compañeros de piso. En el caso de las personas con hijos, también hay un
aumento del estrés. Quizás para los niños sea más complicado entender esta
situación y por qué no se puede salir de casa.
Cifras y Conceptos publicó una encuesta a 1848 mayores de edad en distintas ciudades y zonas rurales de algunos centros poblados del país. Con datos recogidos entre el 24 y 28 de abril pasados, la encuesta halló que
- Un 17 % de los consultados reportó tener un nivel alto de depresión;
- Otro 17 %, un nivel medio de depresión, y
- Un 51 % adicional, un nivel alto de ansiedad
William Torres Psicólogo Clínico y de Familia
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¿Qué es la preocupación?
El ser humano tiene la increíble
capacidad de poder pensar en eventos futuros. “Anticipar el futuro” nos permite
anticipar obstáculos o problemas, dándonos la oportunidad de planificar
soluciones. Cuando nos ayuda a conseguir nuestros objetivos, “anticipar el
futuro” puede ser útil. Por ejemplo, el lavarse las manos y el distanciamiento
social son medidas útiles que podemos decidir tomar para evitar la propagación
del virus. Sin embargo, la preocupación es una manera de “anticipar el futuro” que
a menudo nos hace sentir angustiados o ansiosos. Con frecuencia, cuando nos
preocupamos excesivamente, pensamos en el peor de los casos y sentimos que no
vamos a poder salir adelante.
¿Cómo nos hace sentir la preocupación?
La preocupación puede manifestarse en forma de
pensamientos o imágenes, que pueden progresar de una manera cada vez más catastrófica
y desembocar en situaciones imaginarias poco probables.
Algunos experimentan la preocupación
como algo incontrolable que parece tener
vida propia. Es natural que muchos de nosotros nos encontremos pensando en
escenarios del peor de los casos
La preocupación no ocurre sólo en
nuestra mente. Cuando se hace excesiva también la sentimos en el cuerpo. Los
síntomas físicos de preocupación y ansiedad incluyen:
• Tensión muscular o dolores
generalizados.
• Inquietud e incapacidad de
relajarse.
• Dificultad para concentrarse.
• Dificultad para dormir.
• Sentirse fácilmente agotado.
¿Qué desencadena a la preocupación y a la ansiedad?
Cualquier cosa puede desencadenar
la preocupación. Aún si las cosas van bien, puedes acabar pensando “¿pero, y si
todo se viene abajo?”. Sin embargo, hay situaciones concretas en las que la
preocupación es más común. Los desencadenantes más importantes son situaciones
que son:
• Ambiguas – abiertas a distintas
interpretaciones.
• Nuevas – no tenemos la
experiencia previa que nos ayude a orientarnos.
• Impredecibles – no está claro
cómo saldrán las cosas.
¿Te resulta familiar? La situación de salud mundial cumple todos estos requisitos, por lo que tiene sentido que haya mucha más preocupación. Es una situación extraordinaria e incierta, y esto puede dar paso fácilmente a la preocupación y la ansiedad.
¿Existen distintos tipos de preocupación?
La preocupación puede ser útil o
perjudicial, y a menudo los psicólogos distinguen entre la preocupación de
“problemas reales” y la de “problemas hipotéticos”.
• Las preocupaciones de problemas
reales se basan en problemas que necesitan soluciones ahora mismo. Por ejemplo,
la preocupación real sobre el virus en estos momentos, ha dado lugar a
soluciones útiles, como lavarse las manos, el distanciamiento social y
mantenerse en aislamiento si uno tiene síntomas.
• Las preocupaciones hipotéticas
sobre la crisis de salud actual podrían incluir pensar en el peor de los casos
(lo que llamamos catastrofizar). Por ejemplo, imaginarse la peor situación
posible, como que la mayoría de gente se muere.
¿Qué puedo hacer?
•
Busque información sobre qué hacer para cuidarse y cuidar de otros.
•
Elija fuentes confiables de información y procure saber la procedencia de las
noticias que recibe – no difundir noticias falsas -. Use sitios web oficiales,
como el de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Ministerio de Salud y
de Universidades.
•
Evite pasar todo el día revisando las redes sociales, o leyendo los periódicos
y escuchando noticias para que no haya sobrecarga de información. Hacer eso,
puede dejarlo más estresado y ansioso, por eso es importante delimitar un
momento y horario específico para eso.
•
Llene su tiempo con información optimista y actividades agradables.
•
Piense en cómo hacer que sus tareas sean más agradables: busque un ambiente
tranquilo, prepare un té o algo que le brinde comodidad para sentirse más capaz
de realizar las tareas.
•
Planee actividades para el día que no abrumen su cuerpo y mente.
•
Separe horarios para el trabajo, el ocio y la interacción familiar.
•
Incluya en su rutina acciones de autocuidado: ejercicio físico, meditación o
relajación, una alimentación saludable que incluya frutas y verduras. Beba una
cantidad adecuada de agua diariamente.
•
Haga una lista de tareas en orden de prioridad e intente resolverlas una por
una. Puede ser necesario decir “no” a algunas demandas no urgentes en algún
momento.
•
Un buen consejo para mantenerse enfocado es establecer pequeñas recompensas
después de terminar cada tarea, como ver un episodio de su serie favorita o
pasar unos minutos con su mascota. Usar la comida como recompensa puede no ser
la mejor opción.
•
Si está preocupado con su situación financiera, un buen consejo es organizar
una tabla con sus ganancias y gastos. Establezca qué gastos son esenciales y cuáles
pueden ser reducidos.
•
Confíe en que puede hacer algo para mejorar la forma en que está manejando esta
situación de crisis por la epidemia.
Información tomada de:
https://razonpublica.com/depresion-ansiedad-ante-la-llegada-la-covid-19-colombia/
https://www.puc-campinas.edu.br/wp-content/uploads/2020/04/Cartilla-estres-esp.pdf