5 errores habituales que
repercuten en el bienestar psicológico de las personas
Varias trampas en las que
caemos habitualmente y que nos afectan a través del desgaste psicológico.
A nadie le gusta experimentar
disgustos, sufrimientos y dificultades; menos aún cuando dicho malestar
proviene exclusivamente de la interpretación que extraemos de los
acontecimientos a los que nos enfrentamos en el día a día. Hay pequeños hábitos
en los que caemos sin darnos cuenta y que, a la práctica, afectan negativamente a nuestros niveles de
bienestar.
Errores a la hora de interpretar la vida
¿Qué errores solemos cometer en
la interpretación de éste tipo de situaciones que nos generan malestar?
1. Atribuciones externas: Responsabilidad vs Victimismo. Echarle
la culpa a otra persona o cosa de mis desgracias
Uno de los aspectos más
controvertidos en el desarrollo del bienestar de las personas y probablemente
el primer paso que se necesita dar para alcanzarlo consiste en tomar
consciencia del papel que cada uno juega en su sufrimiento. Si no me considero culpable de ello, suelo
experimentar el alivio de dicha culpa, que se traduce en una peligrosa
inocencia. Peligrosa porque, si no soy capaz de entender mis responsabilidad en
las interpretaciones que realizamos sobre nuestros sufrimientos, seguiré
experimentándolos, aunque yo atribuya la responsabilidad (que no culpa) a
otros.
Cuando asumimos una
responsabilidad, entendemos que puede existir un factor ajeno a nuestro control
que contribuye efectivamente en nuestra experiencia de malestar; pero
entendemos también que parte de esa experiencia pasa por cómo yo me enfrento a
esa situación, no sólo a la situación en sí. Es en ese momento en el que me
concentro en lo que depende de mí para cambiar cuando empiezo realmente a
conseguirlo. Lo que no depende de mí no merece mi atención, pues por más tiempo
que pase pensando en ello, probablemente jamás podré cambiarlo.
2. Gestión de la atención: Conciencia “on time” vs Conciencia
“off time”.
Según los angloparlantes,
existe una manera de llamar a los pensamientos clasificándolos en dos
categorías.
Cuando estos hacen referencia
a cosas que no están sucediendo en ese preciso instante (recuerdos dolorosos,
imaginaciones, angustias o preocupaciones)se relacionan con una gestión “Off
time de nuestra atención”. Todo lo que ya pasó o está por pasar, que nos genera
estados de sufrimiento y no aporta nada más, son manifestaciones de un estilo
de pensamiento disfuncional, en contraste con la gestión "on time",
basada en el presente.
En estos tiempos existe una
gran curiosidad popular por prácticas como la meditación o el moderno
mindfulness, que fundamentalmente promueven el uso intencionado de la atención,
dirigida hacia el momento presente, o estilo de atención “On time”, que hace
referencia a destinar todos nuestros recursos hacia la situación presente.
Cuando nos sumergimos en una
tarea, nos entretenemos o divertimos haciendo algo, no existe espacio para
volver atrás o viajar hacia algún futuro negativo incierto.
3. Objetivos basados en la autoexigencia: Tengo vs Quiero
A veces, las personas que
experimentan mayores malestares, son personas que se consideran altamente
ambiciosas y que se marcan objetivos basados en la necesidad de alcanzar los
más altos niveles de desempeño, convirtiendo cualquier tipo de error, por pequeño
que sea, en una especie de catástrofe universal. Dichas personas son
consideradas altamente exigentes, pues consideran que ese es el único camino
posible para alcanzar las más altas metas y frecuentemente se frustran y
pierden su confianza personal, debido a su intolerancia al error.
El gran paso en esté camino,
consiste en comprender que existen otras formas de caminar. Que no todo se
puede conseguir, y mucho menos se está en la obligación de conseguir nada.
Cuando basamos un objetivo en
la obligación de lograrlo, perdemos la capacidad de disfrutar del proceso e
incluso de su producto o resultado, pues estábamos en la obligación de lograrlo
y sentíamos la presión de fracasar (“es lo que tenía que hacer”). Sin embargo,
si nos fijamos en los entornos de alta excelencia, como lo es por ejemplo el
campo de la ingeniería, se marcan objetivos de mejora continua o eficiencia,
que consisten en adoptar otro tipo de enfoques.
Aquí de lo que se trata es de
mejorar, sabiendo que lo que hagamos hoy, bueno o malo, se podrá mejorar
mañana. Que Un error no es un fracaso, sino un aprendizaje, y que una buena
gestión de la motivación nos empuja a perseguir objetivos que de verdad se
desean (basados en lo que se quiere), en lugar de a lo que estamos obligados
(lo que “tenemos” que hacer).
4. Creencias autorreferenciales negativas: Soy lo que creo vs
Creo lo que soy
Uno de los mayores errores que
podemos cometer en la gestión de nuestros estados emocionales de bienestar, es
pensar que somos de una determinada manera, pues cuando afirmamos ser de esa
determinada manera, normalmente negativa, asumimos esto como algo personal y
permanente (“yo soy así”).
Si soy lo que creo ser, y creo
ser algo negativo, estaré limitándome, al menos durante el tiempo que mantenga
dicha creencia autorreferencial negativa. Me gusta más pensar que nuestra forma
de ser, tiene que ver con nuestra manera de hacer las cosas y por tanto, si
creo que puedo hacer las cosas de forma diferente, estaré en disposición de ser
y sentirme diferente.
Esa manera de hacer las cosas
de otra forma, es una forma de crear el sentido del propio ser, que obviamente
nos devuelve la capacidad de superarnos, de aprender y de mejorar. Si soy lo
que creo, dejo poco espacio para crear lo que puedo ser.
5. Mala gestión actitudinal: Pesimismo y miedo vs Optimismo y
motivación
Las emociones son a veces como
las olas del mar. Si el mar está calmado, mi bienestar se dispara, y viceversa.
Si el mar viene bravo, mi bienestar se difumina. Es verdad, no podemos decidir
como vendrán dichas olas, pero lo que sí podemos es aprender a navegar frente a
ellas.
Ese aprender a navegar,
consiste básicamente en sacar según qué tipo de interpretaciones de las
diversas situaciones a las que nos tendremos que enfrentar en un determinado
momento en nuestra vida.
El pesimista quiere ver todo
negro donde solo existe un lunar, mientras que el optimista sabe ampliar su
perspectiva, encontrando lecturas que asuman la dificultad y centrándose en
aquellas interpretaciones de las situaciones que contribuyan en mayor medida a
su experiencia de bienestar. No significa necesariamente que todo pueda ser
positivo, sino de centrarse en lo importante. De esta experiencia negativa....
¿qué podría obtener o cómo lo podría asimilar para mi propio desarrollo?
Y tú, ¿también cometes
errores?
psicologiaymente.com/coach/errores-comunes-repercuten-en-bienestar