Padres tóxicos: 15 características que los hijos detestan
Fecebook@WilliamTorresEntrenador
La gran mayoría de padres intentan de
manera genuina darlo todo por sus hijos y hacer todo
lo que tienen a su mano para satisfacer sus necesidades, pero incluso lo padres
con mejores intenciones cometen errores y llevan a cabo comportamientos poco
beneficiosos para el desarrollo y el bienestar de sus descendientes.
Las
conductas tóxicas de los padres
Desafortunadamente,
algunos padres van más allá que los simples errores y realizan conductas
tóxicas que perjudican seriamente el crecimiento de su hijo y su salud
emocional, porque la figura de un padre puede marcar el futuro de su hijo y es,
junto a la madre, el agente educativo más importante para éste. ¿Existe los
padres tóxicos? Y, más importante: ¿qué efectos pueden tener sus conductas y
malos estilos educativos en las frágiles psiques de los hijos?
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Pero, además: ¿cuáles
son las conductas perjudiciales de los padres hacia sus hijos? ¿cuáles
son los comportamientos tóxicos de los progenitores? A continuación, puedes
encontrar las 15 características más habituales de los padres tóxicos.
1. Demasiado exigente
Hay algunos padres que son demasiado
exigentes con sus propios hijos y que no toleran sus fracasos. Estos padres críticos, son demasiado perfeccionistas y esperan que sus
hijos lo hagan todo bien, y piensan que la manera de conseguirlo es
recordándoles sus errores una y otra vez.
Este tipo de
comportamiento puede provocar serios problemas para sus descendientes en el
futuro y, en ocasiones, un daño psicológico y emocional que puede acompañarles
el resto de su vida. Una de las causas de esta conducta puede ser la baja
autoestima del padre, un tremendo sentimiento
de inferioridad e incluso una personalidad
perfeccionista.
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2.
Manipuladores
A pesar de
que muchos padres tienen un comportamiento ejemplar con sus hijos, hay otros que, de
manera consciente o inconsciente, tienen una actitud manipuladora y que dañan
profundamente a sus hijos, porque, en ocasiones, no pueden escapar de ellos. Son
padres que, además, suelen tener este tipo de comportamiento con otros individuos
y, por tanto, sus propios hijos sufren sus comportamientos tóxicos también.
Las personas
manipuladoras son expertas en detectar las debilidades ajenas para llevarlas a
su propio terreno de manera sigilosa. Además, suelen no detenerse hasta
conseguir su objetivo, son insaciables y suelen tener una gran necesidad de
control.
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3.
Autoritarios, poco tolerantes e intransigentes
Los padres autoritarios son aquellos que
obligan a sus hijos a comportarse de determinada manera sin tener en cuenta sus necesidades y emociones, Son intolerantes e
inflexibles y hacen sentir mal a éstos, mostrándose incluso agresivos cuando
sus hijos no actúan como ellos desean. Esto incluye sacar las cosas de contexto
y actuar de manera desproporcionada en muchas ocasiones.
Son padres
que muestran una comunicación escasa con sus hijos e intentan criar niños
obedientes, pero también muy dependientes. Al ser poco afectuosos, sus hijos
suelen acabar siendo poco alegres o espontáneos.
4.
Maltratadores físicos y verbales
Por mucho que a algunos de nosotros nos
cueste creer que existen padres que maltratan a sus hijos, éstos existen.
Algunos de éstos emplean la violencia física en
momentos puntuales y otros más a menudo. Algunos de ellos emplean la violencia
verbal: hablando de malas maneras y propinando insultos. Los padres
maltratadores crean problemas serios en la autoestima de sus hijos y provocan
un daño que puede difícil de borrar de la memoria.
5.
Demasiados críticos
Existen los padres exigentes como hemos
dicho, pero, además, también es posible encontrar padres demasiado críticos. Son padres que raramente elogian a sus hijos y no suelen ser conscientes
de que no saben que con sus reproches continuos acaban reforzando el mal
comportamiento que pretenden corregir. Criticar trae consigo juzgar, censurar y
condenar, y esto hace que los hijos se pongan a la defensiva y respondan con
hostilidad y desconfianza.
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6.
Poco afectuosos
Los hijos
necesitan sentir el cariño de sus padres, especialmente cuando se sienten
solos. El cariño del hogar puede ayudar a pasar los malos ratos y crea vínculos
afectivos que luego el niño aprende. Los modelos familiares que no tienen su
base en el afecto y la confianza, pueden provocar problemas en las relaciones
interpersonales de los hijos en el futuro.
7.
Poco comunicativos
La
comunicación es básica en las relaciones interpersonales, porque puede evitar
muchos conflictos. Pero en el caso de la relación padre-hijo es especialmente necesaria
porque puede ayudar al hijo a sentirse querido y es necesario
para su correcta educación. Los padres poco comunicativos evitan tener
conversaciones con sus hijos y no tienen en cuenta sus necesidades. De hecho,
los padres deberían tener en cuenta no solo lo que dicen, cuándo lo dicen y
cómo lo dicen, sino que deberían ser expertos en la escucha activa de sus
hijos.
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8.
Culpabiliza a sus hijos de su propios fracasos o frustraciones
Algunos
padres no están a gusto con sus propias vidas, por ejemplo, por sentirse
fracasado en su trabajo. Como consecuencia de ello, su autoestima puede estar
baja y pueden mostrarse bastante irritables y poco pacientes. Estos padres,
además, pueden cometer el error de proyectar sus fracasos en la
gente que les rodea, especialmente a aquellas personas cercanas,
como sus propios hijos.
9.
Proyecta sus fantasías o sueños en sus hijos
Mientras
algunos pueden culpar a sus hijos por sus fracasos, otros pueden proyectar
sus sueños fallidos o expectativas no cumplidas en los más pequeños.
En otras palabras, pretenden que sus hijos vivan la vida que ellos no han
podido vivir. Por ejemplo, obligándoles a bailar cuando los niños no disfrutan
con esta práctica.
10.
Excesivamente protector
La gran
mayoría de los padres quieren que sus hijos estén bien y se preocupan por
ellos. Pero algunos padres convierten esta conducta en un comportamiento
totalmente tóxico. Por ejemplo, no dejándoles salir con sus amigos a pasear
en bicicleta por miedo a que tengan un accidente. Esto provoca que sus hijos se
vuelvan inseguros y no desarrollen su propia autonomía, y, además, no les dejan
disfrutar de su vida.
11.
No aceptan sus amistades
Los padres
tóxicos no aceptan las amistades de sus hijos porque tienen expectativas de
quién deben mezclarse o no mezclarse. Ya sea porque no tienen
carrera, porque llevan tatuajes o por no ser como
ellos quieran que sean. Los padres tienen que dejar a sus hijos
vivir su vida.
12.
Planifican su carrera profesional
La
preocupación de los padres porque sus hijos tengan la vida que ellos desean puede hacer que sus
hijos acaben eligiendo su carrera profesional en función de los gustos de sus
padres. Por ejemplo, algunos hijos pueden destacar como artistas y
pueden ser felices desarrollando su pasión, pero, en cambio, acaban estudiando
la carrera de medicina y dedicándose a algo que no les hace plenamente felices.
Cada uno debe vivir la vida en función de sus propios sueños y expectativas, no
reproducir la de sus progenitores.
Fecebook@WilliamTorresEntrenador
13.
Son egoístas
Todos hemos
conocido a personas muy egoístas durante nuestra vida, pero más complicada es la
situación cuando este tipo de hábitos y actitudes egocéntricas se manifiestan
en los padres. Los padres egoístas solo piensan en sí mismos y
causan mucho sufrimiento en los hijos que pueden no sentirse queridos.
14.
Son un mal modelo
Los padres
son ejemplos para los hijos y son los modelos más importantes para su vida,
porque en ellos se ven reflejados y suelen heredar ciertos hábitos, costumbres
e incluso comportamientos. Cuando los padres no dan ejemplo y son un mal modelo, los hijos
corren el riesgo de aprender conductas nocivas. Eso sin
tener en cuenta el daño emocional que les pueden hacer, por ejemplo, si son alcohólicos.
15.
No les enseñan hábitos saludables
Los hijos se
ven reflejados en los padres, pero especialmente importante es
saber que los progenitores educan a sus hijos a la hora de adoptar hábitos
saludables. Los padres que no tienen un estilo de vida saludable, mandan
un mensaje erróneo a sus hijos, y eso puede tener un efecto en su salud futura.
No solo eso,
sino que, además, cuando los hijos son muy pequeños son seres que están a
merced de sus padres. Si éstos les alimentan mal, los hijos pueden sufrir las
consecuencias negativas de este comportamiento. Por ejemplo, sufriendo
sobrepeso debido los malos hábitos alimenticios de
la familia y un estilo de vida sedentario.
Fecebook@WilliamTorresEntrenador
¿Cómo
evitar un estilo parental perjudicial para los hijos?
Todavía no
existe una guía parental definitiva, puesto que cada familia tiene sus
propias circunstancias, limitaciones y formas de actuar. Lo que sí conviene
tener en cuenta es qué estilo educativo queremos promover,
y tener una cierta coherencia a la hora de transmitir un estilo de crianza u
otro.
Si los
progenitores están de acuerdo en la mayoría de límites y actitudes que deben
promover hacia sus hijos, y realizan el acompañamiento del menor de un modo
afectuoso y cercano, es mucho más probable que los conflictos tarden en
aparecer, y que cuando lo hagan sean de menor intensidad.
por Juan Armando Corbin