jueves, septiembre 08, 2005

EFECTOS DE LA SEPARACIÓN EN LOS HIJOS

LA FAMILIA

La familia, es el grupo primario básico por excelencia, en ella se da el grado mas intimo y estrecho de relacionamiento o de interacción personal entre sus miembros (padres e hijos) y es en ella donde se determinan o encausan los valores, creencias y costumbres de una determinada estructura social.

Se le denomina la matriz de identidad, porque es en su seno donde el niño adquiere conciencia de su ser, de su género, de pautas de comportamiento y de relacionamiento con otros, lo que se incorpora o aprende en la familia, queda como una huella indeleble, en forma consciente o no, para toda la vida.

Este grupo primario básico, en su accionar es pasible de modificaciones que se vinculan a diferentes momentos históricos, en los que se plantean necesidades diferentes para los grupos humanos, pensemos en la mujer y en su rol tradicional de ama de casa, "labores propias de su sexo", con su salida al mercado laboral, donde se produjo una reestructuración de los roles en el seno de la familia, muchos hombres comenzaron a compartir las tareas domésticas, el cuidado directo de los niños, y otras que durante décadas fueron patrimonio casi exclusivo de las mujeres
Una de las funciones fundamentales de la familia ha sido proporcionar esa sensación de continencia y seguridad que resulta difícil de encontrar en otros grupos humanos.

La familia funciona en nuestra imaginación como una especie de refugio, lugar de seguridad emocional, frente a los vaivenes e incertidumbres de la vida cotidiana.
Cuando se produce la ruptura matrimonial, la estructura familiar seguramente ya ha venido procesando una situación de crisis desde hace un tiempo generando tensión y el surgimiento de diferentes sentimientos y manifestaciones en sus integrantes.

CAMBIOS QUE TRAE APAREJADO EL DIVORCIO O SEPARACIÓN
El divorcio o la separación efectiva legalizada, es un proceso de grandes cambios
  • Afectivos
  • Económicos
  • Sociales
  • Legales
  • Personales

La mayor parte de las parejas que se separan viven un real proceso de duelo que abarca también a los hijos y en oportunidades a otros miembros de la familia extensa abuelos, tíos que también participan. La misma separación tiene diferentes significados para cada miembro de la pareja:


1. Puede ser sentida como la pérdida de esperanza, de expectativas y de un ideal que no pudo alcanzarse
2. Se puede vivir como un fracaso y generar sentimientos de culpa
3. En algunos casos se puede vivir como una liberación, pero ello no impide la necesidad de elaborar el proceso de duelo, de cambios y fundamentalmente el sufrir por los hijos
4. Son frecuentes las vivencias de baja autoestima, de cuestionamientos y de revisión o evaluación de la vida pasada


Todo el sistema familiar requerirá de cambios y de un reajuste en los roles, tanto en el aspecto económico, como pueden llegar a ser cambios de vivienda, de colegio, a nivel laboral necesidad de trabajar más horas o tener otro trabajo, y también emocionales y conductuales, ya que se necesitan instrumentar nuevos comportamiento y hábitos.


Aparecen entonces, padres deprimidos, frustrados, o padres liberados, también pudiendo encontrarse ante nuevas oportunidades, aspectos que no siempre son compartidos por ambos miembros de la pareja conyugal.


Durante las fases previas y posteriores a la ruptura, es posible que se manifiesten intensos estados afectivos en todos los involucrados, sufrimiento psíquico, confusión o desconcierto. Y el surgimiento de trastornos en diferentes esferas, en el cuerpo, trastornos psicosomáticos, ( dolores de cabeza, malestares estomacales, erupciones de la piel, y otros) trastornos del sueño(dificultad para conciliar o mantener un sueño reparador, despertarse varias veces por la noche, o un exceso de sueño y somnolencia durante el día) trastornos de la alimentación (falta de apetito o excesos en la comida o la bebida como el alcoholismo)consumo de psicofármacos como tranquilizante u otras sustancias.


Es importante consignar que los efectos de la separación no son ajenos al contexto cultural, en países latinoamericanos, lo más frecuente es que se produzca una sobrecarga de responsabilidad en la mujer, y un aumento de las consultas psicológicas por depresión, angustia, síntomas fóbicos y soledad.


En los niños, hay consenso en considerar, que la mayor vulnerabilidad, se plantea no solo con la separación en sí, sino que se agrava con las peleas, las discusiones y agresiones, podemos decir que el dolor propio de la separación se perpetúa e una familia con dificultad en mantener un dialogo respetuoso y un intercambio afectivo adecuado en el compromiso conjunto de sostener la crianza de los hijos.


Cuando la pareja conyugal, no puede dejar lugar a la pareja parental, o coparental en la responsabilidad conjunta del cuidado de los hijos, todos los efectos psicológicos de ello se evidenciarán en una serie de manifestaciones en los hijos, dependiendo de la edad

MANIFESTACIONES


• Antes de los 3 años
Pueden aparecer diferentes manifestaciones: regresar a conductas evolutivas ya superadas como la pérdida del control de esfínteres, irritabilidad, dificultad para separarse de los adultos, angustia y necesidad de contacto físico prolongado, inhibición en el juego, temor a ser abandonado.


Sentimientos de inseguridad, temores, aún cuando a esta edad pueden no llegar a comprender porque sus padres se separan y atribuir las causas a elementos concretos de la realidad, que muchas veces tienen que ver con conductas realizadas por ellos, (p. ej. se separan porque él o ella hizo algo malo, se portó mal o porque no lo quieren), pudiendo llegar a atribuirse a sí mismos la responsabilidad de la separación.


Pueden darse trastornos de conducta, en el jardín maternal, agitación, hiperactividad, rabietas, momentos de agresividad, y también trastornos del sueño con terrores nocturnos.


• Entre los 3 y los 7 años
Existe un aumento en el grado de tristeza, manifiesta llanto o sollozos, introversión, conductas compensatorias, temores ligados a fantasías de pérdida, a ser abandonados o quedar desprotegidos. Se preocupan por los sentimientos de rechazo que puede tener el padre o madre al irse, también puede aparecer temor a no verlo nunca más.

Sentimientos de nostalgia ante la falta de padre.
Pueden llegar a idealizar al padre ausente y fantasear con la nueva reunión de la pareja.
Pueden surgir fantasías de que van a ser reemplazados por otros hijos, más aún en el caso que exista un tercero.


Se puede producir un descenso en el rendimiento escolar y temor a ser expulsado del colegio.

• Entre los 8 y los 10 años
Aumentan los sentimientos de culpa por el rompimiento de la familia, una disminución de la autoestima y sentimientos más claros de depresión, unidos a un sentimiento de abandono o pérdida de amor, sus conflictos pueden expresarse volviéndose callejeros, saliendo evadiéndose de su casa o bien tornándose hiperresponsables, haciéndose cargo del padre del cual queda a su cargo ocupándose de su cuidado, intentando ocupar en alguna circunstancia el lugar del padre ausente.


También pueden surgir conductas delictivas o antisociales.
Intensa ira contra uno de sus padres, deterioro de la relación con sus compañeros.


• Adolescencia
Surgen sentimientos depresivos, se pueden dar fugas o ausentismo escolar, inicio temprano da la actividad sexual, abuso del alcohol y drogas, hasta llegar en algunas ocasiones a intentos de autoeliminación (suicidio).