¿Por qué nos castigamos por errores del pasado?
Es humano cometer errores,
y a lo largo de nuestras vidas podemos llegar a cometer muchos. A veces sabiendo que podemos
cometerlos, otras veces poniendo las mejores intenciones, pero teniendo
resultados que no esperamos, o pensando en ese momento determinado de nuestras
vidas que es lo mejor que podemos hacer (aunque luego, con el paso del tiempo
nos demos cuenta de que podríamos haber actuado de otra forma).
¿Qué pasa con estos errores que cometemos?
Cuando
aceptamos que nos equivocamos, o que nos hubiera gustado actuar de otra forma
en determinado momento y pasamos la página, es decir seguimos adelante con
nuestras vidas aprendiendo de ese error todo es perfecto, pero… a veces sucede
que una y otra vez aparece ese error en nuestra mente y no nos deja liberarnos.
Esto sucede cuando la persona no se perdona y por el contrario se tira todas
las culpas por ese error cometido.
¿Por qué nos castigamos por errores del pasado?
De la mano con
el no soltar ese error y seguir atados viene el autocastigo, pero… ¿porque lo
hacemos? Existe algo que se llama culpa, y existe algo que se llama
responsabilidad, es decir, el poder asumir que tuvimos ese error, poder
hacernos cargo de eso. El problema se da cuando mezclamos culpa con
responsabilidad, ya que la culpa viene de la mano con el autocastigarse.
Castigarnos surge de esa sensación de culpa, de sentir que lo que hicimos fue
horrible y por lo cual debemos castigarnos por ser malas personas y haber
actuado mal.
El problema
principal reside en la autoestima, porque cuando tenemos amor por nosotros
mismos y sabemos lo que valemos por lo general no nos castigamos, al menos no
por demasiado tiempo. Cuando tenemos baja autoestima tendemos a pensar que las
cosas pasan por nuestra culpa, que lo que nos rodea falla porque nosotros
tenemos que ver con eso. Obviamente, si pensamos que las cosas suceden por
nuestra culpa vamos a pensar que merecemos ser castigados por eso.
¿Quién se encarga de ese castigo?
Nosotros
mismos, nos ponemos una especie de penitencia que en realidad no nos ayuda para
nada a aprender de ese error y crecer. A veces el castigarse viene de familias
que son más bien autoritarias, que funcionan con rigidez, en las cuales la
persona se cría con una visión de que un error debe ser castigado, en vez de
aprender de él y sacar lo positivo. Por este motivo es que muchas personas
arrastran esas creencias que fueron o aun siguen siendo impuestas por su
familia, obviamente sin cuestionarse que no funciona así.
Castigarse no
es una solución porque no hace que ese error que cometimos se marche, es decir,
por más que nos castiguemos y castiguemos ese error va a seguir existiendo.
Cuando nos castigamos surge como una especie de pensamiento de que si lo
hacemos ese error va a disminuirse, o que las consecuencias que tuvo o tiene se
van a ir. La forma de hacer que este error disminuya es aceptar que todos
cometemos errores, en menor o mayor medida, y muchas veces sin querer hacerlo,
lo mejor es pedir disculpas si se puede y sino sacar lo mejor que se pueda de
ese error para intentar no volver a cometerlo.
El castigo anula el crecimiento, por más que nos impongamos un
castigo muy severo esto solo va a causar dolor y más dolor, mas culpa, pero no
va a hacer que podamos observar ese error y aprender de él.
En caso de que
te sientas mal por algún error cometido en el pasado o sientas que siempre te
castigas ante cosas que ya no puedes remediar y por más que lo intentas no
puedes dejar de hacerlo, muchas veces sirve realizar una terapia psicológica en
la cual se de paso a la reflexión y se pueda obtener la ayuda de un profesional
para salir adelante.
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